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Cientos de extremeños rodean el Congreso en el Día de Extremadura: “Queremos un tren digno que sea puntual”

Los periodistas Isabel Gemio y Daniel Domínguez han leído un manifiesto donde han recalcado la desconexión ferroviaria que sufre la región desde hace décadas

Manuel Viejo
Un grupo de personas sostiene una pancarta durante una concentración por un tren “digno” para Extremadura, frente al Congreso de los Diputados.
Un grupo de personas sostiene una pancarta durante una concentración por un tren “digno” para Extremadura, frente al Congreso de los Diputados.Ricardo Rubio (Europa Press)

El Día de Extremadura ha tenido su eco en Madrid. Cientos de extremeños han tomado en su día festivo distintos trenes desde Badajoz, Cáceres, Plasencia y Mérida para reivindicar, de nuevo, un tren digno para la región. La idea ha partido de diferentes asociaciones de la sociedad civil, a la que también se han sumado Unidas Podemos y PP, con sus portavoces a la cabeza. Un centenar de extremeños se agolpaban en la estación de Atocha sobre las doce del mediodía, la hora prevista de llegada. El ferrocarril, sin embargo, llegó con unos 15 minutos de retraso. Todos los pasajeros, la mayoría con banderas de la región (verde, blanca y negra) y diferentes pancartas (”Tren digno ya”, “exigimos la malla ferroviaria que merecemos”) han coreado al unísono: “Un tren digno para Extremadura”. El presidente regional, Guillermo Fernández Vara (PSOE), no ha acudido a la concentración.

Unas horas antes, sí estuvo presente en el Teatro Romano de Mérida, donde hizo entrega de las medallas por el Día de Extremadura. El escritor extremeño Luis Landero tomó la palabra. Se dirigió a sus paisanos, rodeado de las grandes personalidades de la región. “Queridos políticos, cordialmente, sois unos canallas”, dijo Landero. “Extremadura sigue estando muy lejos, es el Lejano Oeste, y esa lejanía es, en verdad, un oprobio, una humillación y una burla”. Horas antes, un nuevo tren había llegado a Madrid con más de 90 minutos de retraso. Muchos de los manifestantes de este jueves en Madrid han recordado sus palabras. “Tenemos solo un tren para venir a Madrid con muy pocos horarios”, contaba Juan María Andreo, de 57 años, durante la marcha hacia el Congreso de los Diputados. “Cuando era pequeño yo iba desde Extremadura hacia el norte y el sur de España, esto ya no pasa. No necesitamos un AVE, necesitamos un tren con un mínimo de horarios y que sea puntual”.

Durante un par de horas, los cerca de 300 extremeños ―con muchísima presencia de alcaldes populares de la región, a la que se han sumado más tarde distintos diputados de Ciudadanos y PP, como Inés Arrimadas, Edmundo Bal, o el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida―, han coreado a favor de las mejoras ferroviarias. Los periodistas extremeños Isabel Gemio y Daniel Domínguez han leído un manifiesto sobre las dos de la tarde, donde han recalcado la soledad de la región en cuanto a infraestructuras ferroviarias. “A Extremadura no la engañan más. Los extremeños queremos que este acto de hartazgo se convierta en un acto de reivindicación. No tenemos que inaugurar nada hasta que se termine”.

El nuevo tren extremeño

El nuevo tren extremeño se inauguró el pasado 18 de julio con la presencia del rey Felipe VI en la región. Sin embargo, durante sus primeros siete días no empezó con buen pie. Para entender cómo ha descarrilado la puesta en marcha del nuevo tren de altas prestaciones en los primeros siete días, basta con mirar la hemeroteca. El 17 de junio, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, inauguraba por primera vez el tren desde Plasencia con destino Badajoz. Un mes después, el ferrocarril se volvió a inaugurar con la presencia de Sánchez y Felipe VI, pero con salida en Cáceres. Es más, ya no para en Plasencia. El motivo es que así se llega antes a Madrid. La realidad es que los 45.000 habitantes de la cuarta ciudad de la región quedan desconectados de este nuevo servicio. “Me enteré por la prensa tras haber estado en el tren de la inauguración”, contaba por teléfono el alcalde, Fernando Pizarro (PP) a este periódico el pasado julio. “Y, para colmo, nos han quitado el 50% de los trenes con Madrid. Si antes de la pandemia había 26 a la capital, ahora solo tenemos 13″.

Un grupo de manifestantes se sube al tren extremeño en la estación de Badajoz para completar la ruta Badajoz - Madrid y unirse a la concentración convocada en Madrid por un tren digno.
Un grupo de manifestantes se sube al tren extremeño en la estación de Badajoz para completar la ruta Badajoz - Madrid y unirse a la concentración convocada en Madrid por un tren digno.ROBERTO PALOMO

Sin embargo, las principales carencias de este nuevo servicio que ha hecho este jueves su primer viaje son las vías por la que circula. El tren seguirá atravesando vías de ancho ibérico. Estas líneas solo funcionan en España y Portugal y, por tanto, no permite la circulación de los trenes AVE. Los trenes que circularán tampoco serán nuevos, llevan en circulación por todo el país desde hace 15 años, según fuentes del Ministerio de Fomento.

Pese al nuevo tren, todavía no existe la doble vía en todo el trayecto. En esta comunidad del suroeste de España de más de un millón de habitantes solo existe un carril y, por tanto, en algún momento del trayecto se cruza el tren que sube con el que baja, y uno de los dos tiene que pararse en alguna estación para que no se produzca ningún accidente. Un hecho que sigue provocando numerosos retrasos, viajes en autobús y cancelaciones. Además, junto con Murcia, es la única región que no cuenta todavía con líneas electrificadas—más calidad al servicio—. La demanda de las mejoras del tren llegó a tal punto, que cerca de 40.000 extremeños protestaron en la plaza de España de Madrid el 18 de noviembre de 2017 al grito de “tren digno ya”.

Una desconexión sin precedentes

Hasta 2018, Extremadura era la única región de España que no disponía de ferrocarriles de larga distancia. Tampoco había Alvia: trenes que pueden circular hasta 250 kilómetros por hora, con asientos más cómodos, con cafetería, con radio, con auriculares, con televisores: pequeños placeres a los que optaban todos los usuarios que realizan trayectos de más de cinco horas, excepto estos. Hoy, sí, ya optan, pero solo en una parte de Extremadura y con una velocidad media que no alcanza ni de lejos los 120 kilómetros por hora de media.

El primer aislamiento que sufrió esta región sucedió en la Nochevieja de 1984. Ese día Renfe cerró la línea Plasencia-Salamanca-Astorga. Desconectó para siempre a la comunidad con el norte de España. Desde entonces, si un extremeño quiere ir a Salamanca en tren, por ejemplo, tiene que hacerlo por Madrid. Desde junio de 2015 estos carriles se están desmantelando para formar una vía verde: solo para senderistas y ciclistas. Adiós definitivo a la utópica resurrección de este tramo, pese a que diferentes estudios académicos lo han recomendado de nuevo.

El segundo abandono ocurrió en 2012. Después de 75 años, el tren Madrid-Lisboa, conocido como Lusitania, dejó de funcionar. A día de hoy, la única conexión internacional entre España y Portugal une las ciudades de Vigo y Oporto. Viajar entre las dos capitales tiene una demora de 11 horas y cuatro trenes. Y el tercer abandono regional en Extremadura se desarrolla desde el año 2000 con la promesa de la alta velocidad. Hace 22 años España y Portugal acordaron que el AVE pasaría por el campo extremeño. “Habrá un AVE”, dijo Aznar (PP) en 2002. “Prioridad máxima”, aseguró la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez (PSOE) en 2007. Llegó 2012 y el expresidente Monago (PP) acuñó el término de tren rápido en sustitución del AVE. Y vino 2013 y la exministra del ramo, Ana Pastor, aseguró que estaría listo para 2015. Después para 2016. Luego que para 2017, 2018, 2019, 2020 y 2021. Finalmente, ha sido parcial y en julio de 2022. Y, para colmo, aún continúan los retrasos.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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