El asesinato de La Torca de Hoyo Mingo, aclarado en 72 horas: un tiro en la nuca por una deuda de 13.600 euros
Detenidas dos personas, una de las cuales supuestamente cometió el crimen cuando estaba de permiso penitenciario
La Guardia Civil de La Rioja recibió la llamada el 11 de agosto. Alguien había visto a dos personas arrojando un cadáver a La Torca del Hoyo Mingo, una profunda sima en un paraje aislado de Viniegra de Arriba (42 habitantes, La Rioja), y habían huido en una furgoneta blanca. Allá fueron los patrulleros a echar un vistazo al fondo de la dolina, de unos 50 metros de caída libre, donde los escaladores del Grupo de Rescate de Intervención en Montaña de la Guardia Civil fueron los únicos que pudieron extraer, la tarde del mismo 11, el cadáver de un hombre con un tiro en la nuca, que antes había recibido una paliza. Ahora se ha sabido que la víctima, un ciudadano argelino de 45 años residente en Logroño, supuestamente fue asesinado por un español que le debía 13.600 euros por un asunto de drogas y que perpetró el crimen mientras disfrutaba de un permiso penitenciario. El asesinato ha quedado resuelto en 72 horas y las detenciones fueron practicadas en el mismo día del hallazgo del cadáver, pero los detalles no han sido revelados hasta ahora.
La Torca del Hoyo Mingo, aparentemente, sería el lugar ideal para ocultar un cadáver. Muy cerca de la linde entre La Rioja y Soria, es un paraje aislado enclavado en la comarca del Alto Najerilla, bien conocido por espeleólogos y pastores, donde en este agosto de calor y sequía pocas personas se aventuran. Los propios rescatistas de la Guardia Civil consideran que es una depresión “con un alto grado de dificultad” para descenderla. Un escondite que parecía seguro. O al menos eso debieron pensar los dos hombres detenidos, de 39 y 45 años y con una larga lista de delitos anteriores, que tenían fijada su residencia en Logroño y la cercana Alberite.
El plan fue supuestamente urdido mientras uno de los dos detenidos estaba preso (cumplía una pena de tres años por tráfico de drogas) y su ejecución se llevó a cabo cuando este salió de permiso. Según la historia que la investigación de la Guardia Civil ha logrado poner en pie, este preso debía desde hacía tiempo 13.600 euros a la víctima, una deuda que no estaba dispuesto a satisfacer. El 9 de agosto por la tarde, el detenido que disfrutaba de un permiso penitenciario “embaucó” a la víctima para que le acompañara a la localidad de Viniegra de Arriba. Iba a cobrar.
Cuando llegó al pueblo, los dos detenidos se lo llevaron a un lugar apartado del casco urbano, donde le dieron una paliza y, posteriormente, le pegaron un tiro en la nuca, probablemente con la pistola semiautomática del calibre 9 milímetros hallada en uno de los siete registros efectuados. Entonces, los presuntos homicidas envolvieron la cabeza de la víctima en una bolsa de plástico, la aseguraron con bridas y metieron el cadáver en la furgoneta, según ha explicado un portavoz del instituto armado en Logroño.
Y allí lo dejaron hasta que el día 11 se desplazaron a Hoyo Mingo y fueron vistos tirando el cuerpo a la sima por una persona que realizaba trabajos forestales en la zona y que anotó la matrícula sin intervenir en nada, lo que hubiera supuesto un riesgo para su vida. La llamada del testigo y la comprobación de que, efectivamente, había un cadáver en el fondo del hoyo, activó una operación de captura. La Guardia Civil estableció “un cierre de vías de comunicación en toda la provincia”, que contó con apoyo de drones. A las seis de la tarde fue localizada la furgoneta en la avenida de la Constitución de Logroño. Una hora después era detenido el primer sospechoso. A las 21.00 caía el segundo en Alberite. Y poco después era detenida la pareja de uno de ellos por encubrimiento. El supuesto asesino que estaba preso fue arrestado mientras disfrutaba de otro permiso y llevaba en el pie derecho una pulsera de control telemático.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.