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Sánchez se propone dar la vuelta a las encuestas ante el catastrofismo y bloqueo de Feijóo

El presidente anuncia un plan urgente de ahorro energético y reclama a Bruselas una reforma del mercado de la energía. “Las entidades financieras pueden y deben ayudar al país a salir de esta situación”, afirma

Pedro Sánchez, antes de la comparecencia de este viernes en La Moncloa.Foto: Jaime Villanueva | Vídeo: EPV
Javier Casqueiro

Ni catastrofismo ni euforia. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha querido lanzar este viernes un aviso, durante la presentación de su balance de fin del curso político, a los que pregonan que viene un cambio de ciclo, a los que auguran en las encuestas que el popular Alberto Núñez Feijóo ya va camino de La Moncloa y a los que extienden a España los cambios de dirigentes que se han sucedido en otros países de nuestro entorno europeo como consecuencia de la crisis económica y de la guerra. Sánchez advirtió así de que no piensa rehuir la pelea en este próximo 2023 tan electoral: “Voy a trabajar para darles la vuelta a las encuestas, no cayendo en el catastrofismo de la derecha y ultraderecha ni en la euforia”. A Feijóo ni lo mencionó, pero sí se quejó una veintena de veces de la oposición de bloqueo y vetos de PP y Vox. También anunció varios decretos extraordinarios que el Consejo de Ministros aprobará este lunes para fomentar el ahorro energético, que ha calificado de “urgente”, y la mayor coordinación en la lucha contra incendios. Y a los mandatarios de la banca y las eléctricas les envió un mensaje sobre sus protestas ante los nuevos impuestos en forma de toque de atención: “Si protestan es que vamos en la buena dirección”.

Fue, en general, un balance de inconformismo por parte del jefe del Ejecutivo ante los escenarios de incertidumbres varias que se despliegan para después del verano, y en particular para el próximo otoño, sobre todo en el ámbito económico. Sánchez prometió a todos los ciudadanos y sectores implicados que su “agenda modernizadora” se concentrará en “proteger y avanzar” sobre sus derechos. Y volvió a citar en varias ocasiones que sus prioridades están fijadas en las clases medias, trabajadoras y en los más vulnerables, frente a otros “poderes oscuros”.

Cuando más tarde se le pidió mayor precisión sobre la autoría de esas presiones y protestas sobre sus planes fiscales, el presidente aprovechó para dirigir un dardo bien directo a las cúpulas de los grandes bancos y empresas eléctricas y energéticas que han rechazado de plano el nuevo tributo registrado ya en las Cortes. Sánchez citó por su nombre a Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), a Ana Botín (Santander), e incluso al presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y añadió: “Si protestan es que vamos en la buena dirección. Si se fijan, son los mismos que cuando aprobamos el Salario Mínimo Interprofesional o la reforma laboral dijeron que España se iba a caer y que se iba a expulsar el empleo. Ha sucedido lo contrario. Vamos en la buena dirección”. De hecho, ha pedido a las entidades financieras que “arrimen el hombro” porque, ha dicho, “pueden y deben ayudar al país a salir de esta situación”.

El presidente relató todo lo sucedido en estos siete meses, desde su anterior balance en diciembre, poniendo énfasis en los daños múltiples ocasionados por la guerra en Ucrania. Así, destacó los casi 30.000 millones de euros movilizados para luchar contra la descontrolada inflación, contener el precio y reducir un 80% el IVA de la factura de la luz, y todas las medidas y decretos aprobados para paliar al máximo los efectos de esta crisis.

Pedro Sanchez
Pedro Sánchez, durante su comparecencia este viernes en La Moncloa.Jaime Villanueva

Sánchez, ante cada recordatorio, se detuvo en subrayar que cada idea, actuación o propuesta había contado siempre con la oposición “de la derecha y la ultraderecha” en España. Y lo hizo para diferenciar la manera socialdemócrata en la que responde a esta situación su Gobierno de cómo lo hicieron otros anteriores del PP y para iniciar, a su manera, la larga precampaña electoral que ya se vislumbra.

Sánchez evidenció así que ni la pandemia ni la guerra en Ucrania lo habían bloqueado o paralizado, en contraposición a lo que él observó con anteriores presidentes, porque se considera un líder que “no se pone de perfil” ante nada. El jefe del Ejecutivo explicó que el virus le sirvió de motivación para acelerar la transición digital, y ahora los ataques indiscriminados de Vladímir Putin lo espolean para impulsar la ecológica ante el evidente cambio climático y la ola de incendios.

En ese contexto, anunció que en septiembre planteará ante la Comisión Europea la reforma del mercado eléctrico para desacoplar de la tarifa el precio del gas y que se fije un límite máximo para el precio de las emisiones de CO₂. En España, el Consejo de Ministros especial del próximo lunes abordará un paquete de medidas “urgentes”, que no concretó, para la eficiencia y el ahorro energético, y también un real decreto para imponer una serie de actuaciones urgentes en materia de incendios forestales, concentradas en “fortalecer y coordinar las tareas de extinción y restauración de las zonas afectadas”. Para dar ejemplo, el presidente del Gobierno compareció para ofrecer esas explicaciones en la rueda de prensa de balance en el salón de tapices de La Moncloa con traje pero sin corbata, y animó a empresas y responsables a hacer lo mismo cuando se pueda, y también a bajar algunos grados el aire acondicionado en edificios públicos y hasta centros comerciales.

Ese afán combativo y de resiliencia que se le reconoce ante las adversidades lo extendió al ámbito político y electoral, que en teoría tampoco pinta nada bien para el PSOE ante las elecciones autonómicas y locales de mayo de 2023, y luego las generales. Sánchez reconfirmó que su cita con las urnas a nivel nacional no se prolongará, como se había especulado, más allá de diciembre de 2023, pese a que en octubre la infanta Leonor cumple 18 años y a que España ostenta ese semestre la presidencia de la UE. El dirigente socialista aseguró que esas elecciones se celebrarán cuando toque constitucionalmente, al final de este mandato. También reiteró que “está muy a gusto y satisfecho” con su actual equipo en el Gabinete y que, por tanto, no tiene pensado ejecutar cambios entre los ministros en septiembre.

Sánchez no nombró a Feijóo en ningún instante, pero le tuvo en mente en muchas ocasiones cuando recalcó que la derecha y la ultraderecha, a las que equiparó, no le han facilitado nada. Avanzó que piensa dar la batalla con “sentido común” y constató que pese a la sustitución de Pablo Casado por Feijóo hace cuatro meses, él solo ha apreciado “un cambio de cara, no de actitud”, porque sigue viendo al PP en una “actitud de bloqueo, negacionismo y catastrofismo”. El líder del PSOE cree que existen “fundamentos sólidos” para confiar en las garantías que atribuye a su Ejecutivo para continuar reforzando lo que está funcionando. Y sobre la reciente remodelación en la cúpula del partido, apenas aportó alguna explicación al agradecer de nuevo el trabajo a los sustituidos y apuntar que esos cambios eran “necesarios”.

Al PP no le ha convencido nada la exposición de Sánchez. Su secretaria general y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, ha destacado que el mismo día que el presidente salía a “sacar pecho de sus medidas los datos económicos le corrigen y demuestran que no han funcionado”. Y agregó: “Los españoles son un 11% más pobres que hace un año. Esa es la realidad de la sociedad española, la que no lleva corbata”. Fuentes del PP han difundido luego críticas a que Sánchez tras ese mensaje se hubiese desplazado para iniciar un viaje oficial hasta la base de Torrejón de Ardoz, en Madrid, en helicóptero en vez de en coche, con lo que eso supone de coste y gasto en combustible.

Nada más concluir el balance, Sánchez ha comenzado una gira que lo llevará a visitar Serbia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte y Albania, en la que les trasladará el apoyo de España a la adhesión a la Unión Europea de estos países, algunos de los cuales han hecho avances notables en su proceso de integración. En la visita, por tanto, Sánchez va a expresar la cercanía y los lazos que unen a España con esta región, que forma parte del sur de Europa y que, según considera el Gobierno, terminará uniéndose a la Unión Europea. Sánchez mostrará este apoyo a países que llevan años inmersos en el proceso de incorporación a la UE, después de que el Consejo Europeo concediese de forma urgente el estatuto de candidato a Ucrania y Moldavia, por las circunstancias excepcionales que se viven en el continente a causa de la guerra iniciada por Rusia.


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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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