Día 1 de la refundación de Ciudadanos: ni rastro de la marca, el logo o el color naranja
Los ocho miembros del equipo que pilota la renovación del partido se reunirán semanalmente y adoptan un perfil propio respecto al resto de la directiva
Ni Liberales, ni Cs, ni nada. Tras la primera reunión del equipo político que coordina la refundación de Ciudadanos, el portavoz del grupo de trabajo, Guillermo Díaz, ha comparecido este lunes en la sede central de la formación, en Madrid, en un atril aséptico, con fondo blanco y del que ha desaparecido cualquier identificación con la marca del partido. Ni rastro del color naranja que distingue a la formación de Arrimadas, ni de la rotulación que hasta ahora estaba siempre presente. “Somos muy conscientes de que vamos a tener que adoptar decisiones difíciles. Sin determinación no llegaremos a ninguna parte”, ha subrayado Díaz durante su intervención.
Entre esas decisiones “difíciles” se contempla tanto un posible cambio de nombre y de color. Cualquier propuesta que venga de la militancia o de los cargos orgánicos del partido será analizada por la comisión que dirige la “catarsis” de Ciudadanos. “Quiero hacer un llamamiento a toda la afiliación, a todos los simpatizantes, a todos aquellos que crean que un espacio como el nuestro es necesario”, ha remarcado Díaz en referencia el “proceso de escucha”, que empieza esta semana y que durará seis meses. Pero, con la comparecencia de este lunes, se puede entrever hacia dónde se encamina la tabula rasa a la que apunta la formación, al menos en las formas y la transmisión del mensaje de refundación.
Entre la rueda de prensa en la que la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, presentó la hoja de ruta de la renovación de Cs, y la de Díaz, este lunes, ha pasado solo una semana y se ha celebrado una única reunión del equipo del G-8 —como han denominado al grupo de trabajo integrado por los ocho dirigentes que pilotan la refundación—. Aun así, las diferencias son ya evidentes: fuera las palabras Liberales y Cs de la foto. Además, la única rotulación que podía leerse durante la intervención del portavoz del grupo —Equipo para la Refundación #Contamoscontigo— estaba dibujada en azul, en lugar del naranja característico del partido. Un azul que obedece al color de los liberales europeos, con los que Ciudadanos está en contacto continuo para nutrirse de la experiencia de sus socios en Europa en este camino de la refundación y con los que prevén reunirse próximamente.
Fuentes de la dirección admiten que la escenografía estaba planeada para infundir la idea de que la formación entra de lleno en “un proceso de cambio” con la “mente abierta” y que cualquier postulado “está en cuestión”. Además, la estrategia pasa por diferenciar, también de esta forma, al equipo de la refundación del de la ejecutiva de Ciudadanos. Una diferenciación que no ha sentado bien a otros dirigentes. Fuentes de la cúpula critican que el partido haya empezado a dar pasos evidentes en su transformación, dejando fuera de las decisiones a la ejecutiva del partido. “Es una patochada”, se queja un alto cargo respecto al trabajo del equipo de refundación.
Una de las novedades que se han anunciado este lunes ha sido, precisamente, el reparto de las áreas que corresponden a cada uno de los miembros del equipo de refundación: la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, estará a cargo de la coordinación política; el diputado Guillermo Díaz será el portavoz y gestionará la comunicación del grupo; el eurodiputado Adrián Vázquez, la coordinación ejecutiva; la portavoz en Baleares, Patricia Guasp, acción autonómica y finanzas; el concejal madrileño Mariano Fuentes, ideas y ejes de renovación; la diputada María Muñoz, acción institucional y reformas económicas; la alcaldesa de Ciudad Real, Eva Masías, acción local y municipalismo; y el candidato de Santa Coloma, Dimas Gragera, organización, movilización y militancia.
El reparto de tareas también ha suscitado inquietud entre otros miembros de la directiva, porque, según sostienen estas fuentes, supone dotar de poderes de ejecución o de cambios en la organización a un grupo concreto —este G-8—, al margen del resto de integrantes de la ejecutiva a los que se les presupone esas atribuciones. No obstante, Villacís y Díaz forman parte también de la ejecutiva permanente. El equipo de refundación se reunirá semanalmente y tendrá que informar periódicamente a la ejecutiva de los avances, como así se exigió la semana pasada tras las críticas por el acuerdo de confidencialidad que les impide desvelar el contenido del plan de ataque.
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