Sánchez acelera las medidas anticrisis con un consejo extraordinario el sábado tras el fiasco andaluz
El Ejecutivo trabaja desde el lunes en el decreto, que no será una simple prórroga
La reacción de Pedro Sánchez al fiasco andaluz llegará esta misma semana. El presidente ha decidido adelantar la aprobación de las medidas contra la inflación —el nuevo decreto para hacer frente a la guerra de Ucrania— con un Consejo de Ministros extraordinario este mismo sábado. Sánchez participa jueves y viernes en la cumbre de la UE, así que solo tenía hueco el sábado si quería presidir él esa cita clave. Para tratar de reconectar cuanto antes con su propio electorado, al que ven claramente desmovilizado, el Gobierno trabaja a tope desde el lunes, con múltiples reuniones, en el decreto contra la crisis, que tendrá nuevas medidas potentes, según fuentes del Ejecutivo, y no se limitará a una prórroga sin más de otros tres meses de las medidas ya aprobadas, que suponían 6.000 millones de euros. La orden que tienen todos los ministerios implicados es cerrar el decreto esta misma semana para ofrecer a los ciudadanos un mensaje muy claro antes de la cumbre de la OTAN de la próxima semana, que marcará la agenda política. La respuesta de Sánchez al desgaste que se ha visto en Andalucía se hará, pues, en forma de más medidas de protección social y un mensaje claro de refuerzo de la coalición y medidas progresistas frente a una inflación que afecta sobre todo a los colectivos más vulnerables.
Hay ya alguna propuesta sobre la mesa. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha vuelto a ser cauta este martes sobre la aplicación de un nuevo recargo fiscal a las grandes eléctricas, enfriando la propuesta lanzada el lunes por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de subir ya en 10 puntos, en la prórroga del decreto anticrisis, el impuesto de sociedades para estas empresas. “La fiscalidad es una cuestión que no siempre se puede regular a través de decretos ley, tampoco a través de los proyectos de presupuestos. Por tanto, dependiendo de cuál es el camino final que elijamos, podremos utilizar o no ese vehículo”, ha señalado Montero este martes en una entrevista en TVE. “Lo importante es que sea lo más rápido posible y que se pueda aplicar al inicio de un ejercicio fiscal, que yo creo que es lo más ordenado”. Eso supondría retrasar esa subida fiscal hasta 2023. Fuentes del Ejecutivo apuntan que, además, podrían vincularse a la renta las ayudas para la compra de combustible.
Unidas Podemos, con Yolanda Díaz decidida a recuperar impulso cuanto antes después de un muy mal resultado en Andalucía, reclama un impuesto fuerte a las eléctricas y petroleras, en línea con otros países europeos como Italia, Grecia o Reino Unido. Y también, reducir al 50% el abono de transporte para facilitar que la gente lo use más ante el aumento del precio de la gasolina, en línea con lo que ha aprobado Alemania, o un cheque de 300 euros para las personas más vulnerables, como Francia o Italia, que ha aprobado uno de 200. Estas y otras ideas están encima de la mesa del Consejo de Ministros estos días para cerrar un paquete potente que demuestre que el Ejecutivo mantiene la línea seguida hasta ahora de protección de los ciudadanos ante situaciones de emergencia como la actual. “El Gobierno va a apretar el acelerador”, insisten desde el Ejecutivo.
En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, tanto Isabel Rodríguez como Yolanda Díaz han evitado valorar las elecciones andaluzas, aunque la portavoz ha señalado rotunda: “el Gobierno no se presentaba a las elecciones” en Andalucía. El Ejecutivo está convencido de que podrá recuperar el desgaste en el año y medio que queda hasta las elecciones generales. “Este gobierno no muestra actitud de agotamiento, al contrario, ha demostrado que se crece ante la adversidad. El Gobierno está en plena forma”, ha insistido Rodríguez. “Tengo una mala noticia para nuestros adversarios”, ha rematado Díaz. “El gobierno no solo va a terminar la legislatura sino que lo mejor está por delante. Vamos a seguir actuando, el principal problema ahora se llama inflación y vamos a hacer todo lo que sea necesarios para mejorar la vida de la gente”, ha insistido para desgranar después las propuestas de Unidas Podemos y dejar así en evidencia, en la mesa con la socialista Rodríguez, las diferencias del Ejecutivo a la hora de negociar el decreto. Sin embargo, ambas han evitado cualquier subida de tono y Díaz ha insistido en que está convencida de que habrá un acuerdo entre los dos socios de la coalición antes del sábado.
Cambio de ciclo
Sánchez niega rotundamente, y así se lo dijo a los suyos el lunes en la Ejecutiva del PSOE, que en España se haya instalado un “cambio de ciclo político”, como plantea el PP. En el Gobierno creen que la situación no se parece en nada a la de 2011, cuando el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero se hundió a sus peores cotas por los recortes y la crisis económica, que provocaron una desconexión total con su electorado. Ahora España está creciendo, ha superado los 20 millones de ocupados, el verano está marcado por una ocupación casi total en el turismo, y las encuestas señalan que la población aprueba las medidas del Gobierno, aunque eso parece compatible con un evidente desgaste del Ejecutivo y una incapacidad del PSOE y de Unidas Podemos para transformar en apoyos electorales ese respaldo a sus iniciativas clave, como la reforma laboral, la subida del salario mínimo, la actualización de las pensiones, el ingreso mínimo vital o las leyes de protección a la sanidad y la educación públicas.
Algunos dirigentes están desconcertados por este fenómeno, no entienden que el PSOE no tenga más apoyo con una gestión bien valorada, y confían en que sea una cuestión solo de las autonómicas. En especial Andalucía, donde los socialistas han tenido una situación muy complicada, con unas primarias a cara de perro hace un año y un nuevo liderazgo aún no consolidado, y sobre todo, muy poco conocido. “Nunca se han hecho en tres años tantas cosas como ahora. ¿Cómo es posible que haya tanta gente desmovilizada?”, se preguntaba un miembro de la ejecutiva del partido.
Algunos dirigentes señalaron en la ejecutiva que la compleja mayoría parlamentaria, que a veces necesita de apoyos muy polémicos como el de Bildu, hace que el PSOE no se esté llevando ni un solo voto de la práctica desaparición de Ciudadanos, un fenómeno que preocupa a algunos barones porque puede afectarles en las próximas autonómicas y municipales de 2023. En la reunión quedó muy claro que esa es la prueba real para el PSOE, y no estas tres autonomías complicadas que ofrecen un panorama muy negativo del estado de salud electoral de los socialistas y de Unidas Podemos. Por eso, Sánchez animó a todo el partido a “tener un papel más activo y bajar a la calle para explicar la gestión del Gobierno”. “Nos ha dicho que tenemos que salir todos a contar nuestras políticas en el Gobierno y que para eso tenemos un año y medio. Es una tarea que nos corresponde tanto a la dirección federal como a los territorios”, explica un integrante de la dirección.
“Más calle”
Sánchez se comprometió a hacer “más calle”, y pidió a todos “ser cercanos y humildes”. La sensación que se llevaron varios dirigentes es que a partir de septiembre empezará una larga campaña en la que el Gobierno va a tratar de dar un giro completo a ese desgaste que detectan las encuestas, aunque nadie ve claro que haya cambios de ministros en un Ejecutivo que se renovó de forma radical hace menos de un año. Claro que también hay dudas en el PSOE con algunos de esos cambios, porque hay dirigentes que creen que se ha perdido peso político y que se diseñó un Gobierno pensado para tiempos de recuperación económica, pero la guerra en Ucrania y la inflación han destrozado todos los planes.
No hubo voces críticas en la reunión de la dirección del PSOE. Nadie reprochó su campaña al candidato socialista a las elecciones andaluzas, Juan Espadas, consolidado para otros cuatro años. Pero sí se vio una preocupación generalizada. La derrota es muy evidente y hay que reconocerla, señalaron varios. Incluso había dirigentes “afectados”, según algunos miembros consultados. Sánchez y otros dirigentes señalaron que ha sido un error centrar las críticas en Vox, porque eso ha permitido que el PP apareciera como un refugio de centralidad, cuando en realidad, según el presidente, la moderación que pregonan los populares no es real y se ve en sus votaciones en el Congreso y en sus políticas en las autonomías. La estrategia de tratar de movilizar a la izquierda contra Vox ya fracasó en Madrid y ha vuelto a hacerlo en Andalucía, con lo que es previsible que esta haya sido la muerte definitiva de esa línea.
La mayoría absoluta del PP ha arrebatado al PSOE la imagen de un Gobierno PP-Vox en Andalucía que sin duda iba a complicar mucho las cosas a los populares. Siguen gobernando juntos en Castilla y León, y en el PSOE tienen clarísimo que también lo harían en La Moncloa si lo necesitaran, pero el impacto de esa estampa de Macarena Olona como vicepresidenta era demoledor para los populares, y han logrado evitarla.
El PSOE y el Gobierno aún están conmocionados, pero tampoco hay movimientos claros contra Sánchez o Espadas. Susana Díaz, derrotada por Espadas en las primarias andaluzas hace un año, se limitó a señalar: “Estoy triste, a mí me duele mucho mi partido y me duele mucho mi tierra”. Algunos presidentes autonómicos están inquietos porque este desgaste acabe afectándolos a ellos, pero en la Ejecutiva algún dirigente señaló que también se está viendo la tendencia de que tras la pandemia, los ciudadanos apoyan a quien está en el Gobierno, y de hecho, las encuestas no son malas ahora mismo para los barones socialistas. Javier Lambán, el de Aragón, siempre alejado de Sánchez, señaló que “es obvio que el resultado ha sido tan contundente y en una comunidad tan importante, la más poblada, que merece una reflexión muy profunda por parte del PSOE”, pero sin cargar las tintas. El Partido Socialista trata, pues, de salir del agujero andaluz mirando ya a las municipales de 2023 y pendiente de los movimientos del Gobierno, donde ya se trabaja en las próximas medidas mientras se prepara la cumbre de la OTAN, otro gran hito, y el debate del estado de la nación de julio, que intentará pasar la página andaluza cuanto antes, aunque no será fácil.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.