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Bruselas ve la mano de Rusia tras las presiones de Argelia contra España

Fuentes comunitarias creen que Moscú pretende “desestabilizar” el flanco sur en vísperas de la cumbre de la OTAN en Madrid

M. G.
El ministro de Exteriores argelino, Ramtane Lamamra (derecha), recibía en mayo a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para un encuentro en Argel.
El ministro de Exteriores argelino, Ramtane Lamamra (derecha), recibía en mayo a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para un encuentro en Argel.AFP

Bruselas cree que detrás de las medidas adoptadas por Argelia contra España en los últimos días ―la anunciada, y luego rectificada en parte, ruptura de relaciones comerciales en protesta por el cambio de rumbo del Gobierno de España sobre el Sáhara Occidental― está la mano de Rusia. “Las visitas de Lavrov y Maduro en las últimas semanas son clave” para explicar este movimiento, sostiene una alta fuente comunitaria, en alusión al viaje que el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, hizo a Argel el 10 de mayo, y a la visita, el pasado jueves, del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Con toda Europa cerrando filas ante la invasión de Ucrania, Rusia “quiere desestabilizar” el flanco sur y “armar algo de ruido de cara a la cumbre de la OTAN”, que se celebra en Madrid el 29 y 30 de junio, analiza la misma fuente. “Pero eso es todo lo que va a conseguir: ruido”, añade. En su opinión, la unidad de los socios europeos en esa cumbre está asegurada, con el debate centrado en la entrada de Suecia y Finlandia; a la espera de que Turquía levante su veto, matiza, a cambio de la venta de aviones americanos de última generación como el F-35.

“Esas dos visitas, de Rusia y Venezuela, explican en parte lo que ha pasado”, aseguran fuentes diplomáticas en Bruselas. Las declaraciones de Pedro Sánchez en el Congreso, el miércoles, ratificando su apoyo a las tesis marroquíes sobre el Sáhara ―una solución al conflicto basada en una autonomía de la región bajo autoridad marroquí, en lugar del referéndum de autodeterminación que abriría la puerta a la independencia―, son “la excusa perfecta” que ha utilizado Argelia. Aunque “es innegable”, subrayan estas fuentes, que el cambio de posición del Gobierno español ha sido el desencadenante: “Lo ocurrido es consecuencia inmediata de la nueva posición [de España] sobre el conflicto, sin ninguna duda”.

La Comisión Europea ha hecho causa común con el Gobierno español porque la congelación del comercio con España, anunciada inicialmente por Argelia, “afecta al mercado único”, recuerdan en Bruselas. “Una empresa alemana con fábricas en España se vería afectada”. Además, hay un precedente: aunque China no lo anunció públicamente, dejó de comprar productos de Lituania. Y la reacción de las instituciones europeas fue prácticamente la misma que ahora.

Después de que la delegación de Argel ante la UE negara el viernes esa suspensión del comercio con España ―aunque la había anunciado el miércoles a través de una circular de la asociación argelina de banca y entidades financieras― la comisión está a la expectativa. “Los juristas están estudiando cómo afecta al acuerdo de asociación [suscrito por Argelia con la Comunidad Europea en 2005]”, señalan las fuentes consultadas. El siguiente paso, de mantenerse las medidas de presión de Argel contra España, sería convocar una reunión del comité conjunto entre la Unión y el país magrebí. “Argelia aducirá que no afecta al acuerdo, y la UE dirá que sí y se irá a los tribunales: eso no se va a arreglar a corto plazo”, advierten.

En Bruselas admiten que la situación del mercado del gas impide a los 27 tomar medidas drásticas. “El gas es lo que da fuerza a Argel, en un momento en el que Europa busca desligarse de Rusia y no hay muchas alternativas”, subrayan las mismas fuentes. Pese a la respuesta europea, italianos y franceses están aprovechando ya la crisis diplomática con España para ganar posiciones en Argelia. “Toda la nueva producción de gas irá, muy probablemente, hacia [Mario] Draghi”, el primer ministro italiano, vaticina la alta fuente comunitaria. Pero lo que debe preocupar a España, añade, “es el cierre del grifo del gas, y eso no va a suceder a corto plazo; aunque la nueva producción, cuando puedan ampliarla, se la llevará Italia”. El mercado energético español, en todo caso, no depende del gas argelino porque se apoya mayoritariamente en otras fuentes.

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Además de la mano rusa, las fuentes consultadas explican el conflicto con España en clave interna argelina. “Argelia es un país muy aislado, que ha perdido influencia en el mundo árabe y tiene en Sudáfrica casi a su único aliado en el continente”, explican, “con un régimen esclerotizado, una población muy joven y desesperada por emigrar y un Ejército omnipresente que busca enemigos exteriores”. Marruecos es el enemigo tradicional, pero España corre el riesgo de convertirse en el recién llegado, concluyen.

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Sobre la firma

M. G.
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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