Marruecos y España reabren las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla
Unas 827 personas entran en Ceuta y 300 salen en las primeras ocho horas de apertura. El paso se restringe hasta el 31 de mayo a ciudadanos y residentes de la UE y para quienes estén autorizados a circular en el espacio Schengen
Las fronteras de Ceuta y Melilla han abierto este martes a la medianoche después de 26 meses cerradas. La fecha coincide con el primer aniversario de la entrada de más de 10.000 personas en Ceuta gracias a la permisividad de los guardas marroquíes, el episodio que mejor ejemplificó la mala relación entre España y Marruecos en aquella época. Durante esas semanas de mayo fueron atacados con el programa de espionaje Pegasus los teléfonos del presidente del Gobierno español, la ministra de Defensa, el ministro del Interior y el ministro de Agricultura. Ceuta ha abierto la valla a las 00.00, Melilla tres minutos después y Fnideq (Castillejos) a las 00.05. Desde la apertura de la verja hasta las siete de esta mañana, unas 827 personas han salido de Ceuta, ciudad a la que han entrado 318, cifras muy alejadas de las de un día normal de antes del cierre. En el caso de Melilla, salieron unas 432 personas y 148 coches, mientras que en sentido contraron han fluido 320 personas y 127 vehículos.
En la frontera melillense nadie cruzaba en los primeros minutos de la madrugada, pero desde el interior del puesto fronterizo se ha escuchado una algarabía a ambos lados celebrando la reapertura. Fuentes desde el lado marroquí narran que se escucha mucho ruido de cláxones y, de hecho, solo se ha registrado la entrada en Melilla de vehículos y solo un peatón, un vecino de Jaén. Fuentes de las fuerzas de seguridad opinan que las autoridades marroquíes están siendo exigentes y exhaustivos en los controles de salida.
Los tres policías que han abierto la puerta son los mismos que la cerraron hace algo más de dos años, el 14 de marzo de 2020. Al poco de la reapertura, esta noche se han visto cruzar a Marruecos las primeras bicicletas y coches, y varios peatones, a la carrera. “No corráis, que no vale para nada”, les ha espetado un agente de policía en el pasillo de acceso. El paso se ha producido con fluidez, con rápidas comprobaciones de la documentación. “Estoy temblando de los nervios”, tartamudea Fatima, que conduce el segundo coche que pasa el control, con su hijo en el asiento de atrás. Su ilusión se ha visto frustrada enseguida: está separada y no tiene el documento para demostrar la custodia del menor; la policía la manda a darse la vuelta. Un poco después, Fatima y su hijo han podido atravesar la frontera, tras conseguir la madre la documentación. El niño ha abrazado al policía que finalmente les ha dado acceso.
En el punto fronterizo de El Tarajal en Ceuta se ha vivido un ambiente festivo al borde de la medianoche. A un lado, un centenar de personas con su móvil en alto, gritaba, aplaudía y cantaba celebrando la ansiada apertura. Al otro, cerca de una veintena de personas hacía cola para ser los primeros en pasar al país vecino. En una ciudad que no se entiende sin frontera, la apertura de los pasos es un día histórico. No se han registrado colas.
Entre las primeras en cruzar estaba Fatima Abdelkader, de 60 años. Solo va a pasar una hora en Marruecos porque mañana trabaja, pero está feliz de reencontrarse con parte de su familia que vive en Castillejos. A poca distancia de Fatima, aguarda una historia de amor: la de Juan Manuel Aguiar, un marino mercante de 39 años, que se volverá a ver con su mujer Sarah. Juntos hace cuatro años, el cierre de la frontera los separó porque ella, profesora en Castillejos, tuvo que quedarse para mantener su trabajo. En estos 26 meses de cierre solo se han podido ver una vez, cuando reabrió el espacio aéreo el pasado verano. “Ha sido muy duro, y mira que por mi trabajo estoy acostumbrado a la distancia y el aislamiento”, cuenta minutos antes de avanzar hacia el control policial. Aguiar trabaja mañana y se despedirá enseguida de su mujer, pero la vuelta a la normalidad les permitirá poner en orden los papeles de ella.
En Fnidq, se han registrado pequeñas colas, mucho menores que las habituales en el paso fronterizo. Rachid, un ceutí de 50 años, de origen marroquí, ha sido de los primeros en cruzar a suelo español montado en una moto. “Desde mi casa en Castillejos veo mi casa en Ceuta, en el barrio de El Príncipe”, contaba. Mohamed, otro ceutí de 45 años, fue el único de los primeros en cruzar que decidió dejar el coche en Fnideq y pasó caminando a lo largo de dos kilómetros. “Vine a Fnideq en barco desde Ceuta a Algeciras y desde allí a Tanger Med, para pasar las fiestas después de ramadán. Y ahora me vuelvo con mi mujer y mis hijos, que están en Ceuta esperándome”, señala.
La frontera se cerró el 13 de marzo de 2020, a causa de la pandemia, pero Marruecos la mantuvo cerrada después con la intención de presionar a España para que modifique su postura sobre el Sáhara. La reapertura, negociada por autoridades españolas y marroquíes, en las últimas semanas, es solo un pequeño paso hacia la normalidad. El tránsito por las fronteras estará abierto hasta el 31 de mayo únicamente para los ciudadanos y residentes de la Unión Europea y para aquellas personas autorizadas a circular en el espacio Schengen.
El colectivo de trabajadores transfronterizos, acostumbrados a entrar cada día en Ceuta y Melilla para trabajar y volver a dormir a sus casas, no podrá cruzar los pasos hasta el próximo día 31 de mayo. Tampoco la entrada de estos empleados marroquíes supondrá un gran flujo de personas: antes de la pandemia había cerca de 5.000 transfronterizos, pero ahora, los que tienen sus papeles en vigor (requisito indispensable para entrar y salir) rondan los dos centenares de personas.
La frontera, en cualquier caso, ya no será la misma. Ambos países tienen claro que el comercio atípico o contrabando dejará de formar parte del día a día de las dos ciudades autónomas. Ese era un deseo expreso de las autoridades marroquíes, que habían adoptado en octubre de 2019 medidas unilaterales en ese sentido, como el cierre del paso de Tarajal, por donde entraban a Ceuta las porteadoras. Por lo pronto, está prohibido la entrada de mercancías de un país a otro.
Los preparativos se han intensificado en los últimos días a la espera del pistoletazo de salida a medianoche. A los más de 2.000 agentes de Policía Nacional y Guardia Civil desplegados en las dos ciudades, se suman otros 120 en Melilla y 100 en Ceuta.
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