Más de medio siglo luchando contra el narco
La Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional cumple 55 años: de la pionera operación Nécora a la intervención de un narcosubmarino
Algo menos de 500 agentes de la Policía Nacional —130 en la Unidad Central y el resto repartidos por las 17 Unidades de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de toda España— luchan actualmente contra el narcotráfico, desde que en abril de 1967 se creó la Brigada Central de Estupefacientes (BCE). Cumple ahora 55 años y, por el camino, han caído (casi siempre más de una vez) grandes capos y familias de narcotraficantes gallegos como José Ramón Prado Bugallo (Sito Miñanco), Laureano Oubiña o los Charlines; pero también en la zona del Estrecho y el Campo de Gibraltar: Abdellah El Haj Sadek (Messi) en Algeciras, Francisco y Antonio Tejón Carrasco (los Castaña) en La Línea, o Jesús Heredia (el Pantoja) en Chiclana. España, por su situación geográfica, sigue siendo una de las puertas principales de entrada de la cocaína (desde Latinoamérica) y el hachís (desde el norte de África) a Europa, además de terreno abonado para las plantaciones de marihuana.
Aunque sería muy aventurado realizar una estimación de la droga que entra en el continente europeo por nuestro país, las incautaciones anuales recientes reflejadas en el último informe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) de 2020 hablan de más de 37 toneladas de cocaína al año, la mayoría interceptada en contenedores en los puertos de Barcelona, Valencia y Algeciras; cerca de 474 toneladas de hachís (creciendo un 36% con respecto al año anterior), y de ya casi dos millones de plantas de Marihuana, la droga “de moda” por ser la más rentable y la que menos riesgos entraña para los narcos. Esta misma semana se desmantelaba en Navarra la mayor plantación de cáñamo de Europa, 450.000 plantas.
De la operación Nécora en 1990, pionera en la desarticulación de las estructuras mafiosas que operaban en Galicia traficando con hachís y cocaína, aprovechando los canales preexistentes del contrabando de tabaco, y que se saldó con cerca de 90 detenidos (48 imputados), hasta la interceptación de un narcosubmarino en diciembre de 2019, que cruzó el Atlántico desde la selva colombiana con 3.000 kilos de cocaína a bordo y tripulado por tres incautos marineros (un joven gallego y dos ecuatorianos), el narcortráfico ha ido adaptándose para sortear las barreras policiales y mantener un boyante negocio que solo en España se estima que equivale a medio punto del PIB, según el INE.
Sin embargo, pese a ser pocos y con recursos limitados, los agentes siguen librando una por una las batallas, conscientes de que “es una guerra perdida” pero siempre vigilantes, esperando a que “los malos” cometan un error.
Estas son algunas de las operaciones más emblemáticas desarrolladas por la Brigada Central de Estupefacientes en este más de medio siglo persiguiendo el tráfico de drogas y sus enseñanzas y desarrollos de técnicas policiales: testigos protegidos, agentes infiltrados, escuchas , entregas controladas, vigilancias...
Operación French Connection, los inicios de la cooperación internacional (1972). La persecución por parte de las autoridades americanas de la mafia marsellesa que introducía grandes cantidades de heroína turca en Estados Unidos supuso la primera colaboración de la Brigada Central de Estupefacientes con la DEA (Drug Enforcement Administration). Esas buenas relaciones con el departamento americano han caracterizado el funcionamiento de la principal unidad española contra el narcotráfico y se han mantenido fluidas y sólidas hasta hoy, lo que ha permitido desarrollar muchas e importantes operaciones.
Operación Nécora, la importancia del “testigo protegido” (1990). Es la operación pionera en el desmantelamiento de las estructuras familiares que tejían las redes del tráfico de drogas en Galicia. Y parte de la figura del “testigo protegido”: Ricardo Portabales, un narco de poca monta arrepentido que, harto de estar en prisión, delató a los principales responsables de esas mafias gallegas. La operación sirvió, aparte de para descabezar al narco gallego, para afianzar unas relaciones entre policías, jueces y fiscales que se han mantenido firmes hasta hoy en esta lucha. Por aquel entonces fue Baltasar Garzón quien firmó las 60 órdenes de detención simultáneas que ejecutaron cerca de 300 agentes en las primeras horas de la mañana del 12 de junio de 1990. Y, aunque muchos de ellos lograron eludir a la justicia porque no se incautó ni un gramo de droga, fue un claro aviso para navegantes. Todos los detenidos fueron cayendo progresivamente años después.
Operación Temple, la mayor cantidad de cocaína incautada (1999): Es la operación en la que se ha intervenido la mayor cantidad de cocaína hasta el momento en España, 9.500 kilos en el barco Tammsare a 9000 millas de Canarias y 4.500 kilos en una casa abandonada en la Puebla del Caramiñal (A Coruña). La relevancia de esta operación radica también en los detenidos, “importantes traficantes de la zona norte de la Ría de Arousa”, según la policía, y la transformación de alguno de ellos en testigos protegidos. Uno de ellos, José Manuel Vila Siera, considerado por la policía como el cabecilla del clan de Boiro y conocido como el Presidente por el cargo que ocupaba en el club de fútbol de su parroquia, volvió a ser detenido en 2009 en la operación Giga. La paciencia en el desarrollo de las actuaciones, con “muchísimas vigilancias y seguimientos”, permitió la identificación de todas las personas implicadas. Esta operación además traía “sorpresa”: durante la travesía con la droga del Tammsare se murió uno de los tripulantes, que fue hallado donde lo metieron: en el congelador del barco.
Operación Carro, mayor cantidad de heroína incautada (1999): Es la mayor cantidad de heroína intervenida en España, unos 400 kilos. En esta investigación se seguía a un grupo de españoles que tenía contacto con los más importantes traficantes de heroína de la historia: el Paralítico, Urfi Centinkaya, un legendario “señor de la droga”.
Operación Grumete, la mayor operación encubierta de la historia (2001): Es la mayor operación encubierta de la historia de España, con 13 miembros de los GEO introducidos como tripulación en un herrumbroso mercante, el Agios Constandinos, con 4.000 kilos de cocaína a bordo enviada desde el Caribe a Galicia por Sito Miñanco. Este último fue detenido mientras daba instrucciones por conexión remota desde un chalet de Boadilla del Monte (Madrid) para que se efectuase el trasvase de la droga a un pesquero gallego, el Tatiana. Es otro caso de colaboración con la DEA, la policía canadiense y las autoridades colombianas. Al igual que hubo una perfecta coordinación con la Fiscalía y con el trabajo judicial de Juan Del Olmo, que mantuvo en absoluto secreto (y “bajo llave”) la operación, sabedor de que Sito tenía gente en todas partes y podían producirse filtraciones que echaran al traste una complejísima y delicada investigación. En esta operación hay además dos testigos protegidos, uno de ellos era un agente doble: el capitán del Agios, que trabajaba tanto para la DEA como para la organización de Sito. La operación supuso la desarticulación completa de la organización del mítio narco gallego. Sin embargo, uno de sus socios pudo alertar a la rama que le blanqueaba el dinero en Marruecos para que huyese, según los investigadores. Y desde 2001 hasta el 2018, que volvió a ser detenido (operación Mito), contó con toda su estructura económica para seguir traficando e incorporando a gente nueva al mundo de las drogas, “como el hijastro de Laureano Oubiña”, David Pérez Lago, señalan.
Operación Tabaiba, contra los lancheros (2009). Por primera vez se consiguió atacar a toda la organización que daba apoyo logístico a los lancheros que descargaban la droga en las costas gallegas. Eran personas sometidas a todo tipo de medidas de seguridad: “Se les vendaban los ojos, se les metía incluso en el maletero de los coches y se les encerraba en la nave para fabricar las lanchas o arreglarlas o llevar combustible, sin que supieran siquiera para quién trabajaban, aunque sabían perfectamente que su trabajo iba a favorecer que la organización de narcotransportistas pudiera recoger la droga y llevarla a tierra”, explican fuentes policiales. En esta ocasión se intervino además la lancha más grande que se ha encontrado nunca: La Patoca. Su creador fue un lanchero conocido como Patoco, que falleció durante la investigación en un accidente de moto. La lancha tenía 20 metros de eslora y siete motores de 350 caballos. Baltasar Vilar Durán, conocido como Saro, que la tripulaba se encuentra fugado desde entonces con dos condenas por cumplir.
Operación Colapso y “la Reina de la coca” (2011): Se desmanteló el mayor laboratorio de cocaína de España, ubicado en una finca de Villanueva de Perales. Se detuvo a Ana Cameno, conocida hoy como la “Reina de la coca”, que estaba al frente de la organización, ya que era quien contactaba directamente con las organizaciones colombianas. De hecho, se habían traído a cuatro profesores de Bioquímica de la Universidad Javeriana de Bogotá-Colombia como cocineros. Esta operación destapó los tentáculos de la red de “los Miami” en España, con cerca de un centenar de detenidos. Álvaro López Tardón, a quien se le encontraron los mismos apuntes que a Cameno en sus agendas, fue juzgado en Estados Unidos e ingresó en una prisión de Florida. Ahora, como el resto de los detenidos, está pendiente de que la Audiencia Nacional fije el juicio de esta macrocausa, a la espera de que se encuentre un lugar apropiado para tantas personas y sus correspondientes abogados.
Operación Focus con drogas sintéticas(2015): Se intervino una de las mayores cantidades de éxtasis en España (670.000 pastillas) y se interceptaron los canales de la droga entre Holanda y España gracias a la colaboración de las autoridades holandesas y turcas, ya que la operación se inició siguiendo a compradores que querían llevar una parte de las pastillas a Turquía y otra a España.
Operación Mito, la recaída de Sito (2018): Sito Miñanco, por aquel entonces recién salido de la cárcel y en libertad vigilada, es detenido porque nuevamente quiso implicarse en todas las fases del negocio: “Se implica en la construcción de las lanchas y su equipamiento tecnológico con los más avanzados equipos de comunicaciones, y se implica en la coordinación del encuentro del barco que transportaba la cocaína hasta España y la lancha que hace hundir una vez que se entera que el pesquero con la droga había sido intervenido”, aseguran fuentes policiales. Ya en 2017 en sus primeros permisos, había sido visto a las cuatro de la madrugada en una playa de la Costa da Morte (punto histórico de descargas de drogas) acompañado de un traficante de la zona de Ribeira. A partir de ahí, vuelve a ser identificado en Marbella junto a otros investigados de origen holandés y búlgaro. En la operación se escapó un lanchero, Chiscote. En la ría se dice que tanto él como Saro están escondidos y solo salen para hacer recogidas de droga en lanchas rápidas.
Operación Marea Negra: la prueba de los narcosubmarinos (2019): Esta operación sirvió para probar la sospecha de la existencia de narcosubmarinos que cruzaban el Atlántico cargados de droga. Dese 2006 la Policía Nacional venía alertando de este sistema de transportar droga: “En diversas ocasiones habíamos fotografiado desde aviones cerca de La Guyana este tipo de artilugios marítimos semisumergibles que tenían destino España”, revelan fuentes policiales. “Y sabíamos de grupos gallegos que organizaban estas operaciones porque algún testigo protegido en 2009 ya nos había hablado de que había recogido 3.500 kg de cocaína de un batiscafo”, añaden. La operación, con información facilitada por el MAOC (Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico), también dejó al descubierto la brutal competencia entre los cuerpos de seguridad españoles, hasta el punto de que mientras estaba custodiado el aparato en la zona franca del puerto de Bouzas (Vigo) por la Guardia Civil, alguien seccionó su hélice, de 100 kilos, que posteriormente tuvieron que reponerle. Hoy puede verse el arilugio expuesto en la Escuela de Policías de Ávila.
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