La nueva cúpula del PP: los cinco vicesecretarios de Feijóo
El nuevo presidente de los populares recurre a dos consejeros de la Junta para la coordinación general y la vicesecretaría de Política Económica y nombra a dos mujeres para la secretaría general y Políticas Sociales
Un día después de ser elegido nuevo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha desvelado este domingo la composición de la nueva cúpula de su partido. Ya había adelantado el viernes el nombre de quien será su número dos en la Ejecutiva, Cuca Gamarra, que sustituirá en el cargo de secretaria general al polémico Teodoro García Egea y que hasta ahora era vicesecretaria de Política Social; y este sábado, del número tres, el coordinador general, que será el andaluz Elías Bendodo, mano derecha de Juan Manuel Moreno en la Junta de Andalucía. Estos son los perfiles de los recién nombrados para la dirección del Partido Popular, a falta de que Feijóo anuncie posibles cambios en las portavocías en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo —esos cargos también forman parte de la Ejecutiva del PP—, que ahora ocupan Gamarra, Javier Maroto y Dolors Montserrat, respectivamente.
Cuca Gamarra, secretaria general | Gran experiencia en política municipal
Gamarra se licenció en Derecho Económico y tiene un posgrado en Derecho Cooperativo por la Universidad de Deusto. También tiene un máster en Práctica Jurídica y es colegiada del Colegio de Abogados de Vizcaya. Está soltera. En su carrera política de 20 años cobra relevancia su etapa municipal, donde fue primero (entre 2003 y 2007) teniente de alcalde y portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de su ciudad natal, Logroño; y después, a partir de 2011, alcaldesa de esa capital.
Su experiencia en política municipal es una de las facetas que más ha convencido al que será nuevo presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, para que Gamarra ocupe durante los próximos años el segundo cargo más importante del principal partido de la oposición: el de secretaria general. Ha pesado también que fuera mujer, según fuentes de la formación. Gamarra valora especialmente en las dirigentes políticas que no se pongan “techos de cristal”.
Elías Bendodo, coordinador general | La mano derecha de Juan Manuel Moreno
Bendodo es licenciado en Derecho por la Universidad de Málaga y siempre ha trabajado en política. Entró en Nuevas Generaciones (NNGG) del PP con 21 años, junto con Moreno, y desde ahí ha recorrido todos los tramos, siempre en ascenso, hasta llegar ahora al Gobierno andaluz. Con 26 años fue presidente provincial de NNGG de Málaga y con 34 (en 2008) presidente del PP de Málaga, la organización provincial con más afiliados del PP andaluz (34.800). Con 37, en 2011, accedió a la presidencia de la Diputación de Málaga.
En la Junta de Andalucía ha llevado el día a día con las consejerías dirigidas por Ciudadanos y con el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs). También ha sido el que ha llevado el peso de las no siempre fáciles negociaciones con Vox.
El próximo coordinador general es de origen sefardí, pero no presume ni le gusta hablar de ello. Casado con una periodista, sus hijos van a un colegio católico. Aplica en política uno de los principios básicos del judaísmo. “A mí lo que me gusta, de lo que disfruto, es hacer el camino, eso es lo importante”, suele decir.
Esteban González Pons, vicesecretario Institucional | Un europeísta que escribe novelas
Es vicepresidente y portavoz adjunto del PP europeo, pero su vocación está en la escritura, de ficción y de artículos periodísticos, pero sobre experiencias y conexiones vitales o sentimentales. Ahora tenía casi en suerte y en imprenta otro título para continuar su personal biblioteca, que había paralizado en la editorial por si Feijóo lo nominaba, contra su criterio, secretario general del PP, como había planeado en el congreso exprés de las primarias de 2018. No fue así.
Pons, en todo caso, querría seguir su carrera en Bruselas, incluso ser comisario europeo, pero ha aceptado en el PP de Feijóo un cargo a medida, vicesecretario Institucional: primero, porque se lo ha pedido el líder; segundo, porque le permite estar en el núcleo de decisión y poder del partido todos los lunes en el comité de dirección; tercero, porque ese rescate supone de hecho una cierta revancha frente a todos los máximos responsables del PP que le fueron relegando de otros puestos en estos últimos años. Ni Mariano Rajoy lo nombró ministro cuando parecía evidente ni Pablo Casado le permitió prosperar en Bruselas, como portavoz del PP español o para otros cargos más institucionales, para los que sí había recabado apoyos, incluso del Gobierno del PSOE. El área institucional que ahora ostentará y su talante le permitirá explotar sus buenos contactos internacionales, pero también relaciones de Estado con otros partidos.
Carmen Navarro Lacoba, vicesecretaria de Políticas Sociales | Un nombramiento para respaldar al PP castellano-manchego
Aupada por Núñez, Navarro, a la que conoce porque fue su jefa servicios jurídicos en la Diputación provincial de Albacete cuando él fue presidente, ha sido también directora de Bienestar social y Sanidad en Albacete, antes de que el partido la situara como número uno al Congreso por esa provincia. Fue diputada en la Cámara baja durante la XI, XII, XIII y XIV legislaturas, está casada y tiene dos hijos. Su formación académica proviene del mundo de derecho, y es letrada de la Comunidad de Madrid con máster en Gestión de Administraciones Públicas.
Pedro Rollán, vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local | Un todoterreno de Madrid para las elecciones de 2023
Rollán llega al círculo clave de las decisiones del PP sin que se le pueda identificar como un ayusista. "Es que no lo es", fotografía una fuente conocedora de las interioridades del partido en Madrid, donde el ascenso del exvicepresidente regional y exportavoz gubernamental (en tiempos de Garrido) ha causado sorpresa. "No es ayusista", certifica un segundo interlocutor de la máxima confianza de Rollán. De hecho, aunque la presidenta regional le incluyó en su lista electoral de 2019, dentro de la cuota adscrita a los partidarios de Cifuentes, y para lanzar un mensaje de continuidad, luego no entró en el equipo para los comicios de 2021, cuando ya era senador.
Así, Rollán personaliza en la nueva dirección nacional del PP la cuota madrileña, que no de Díaz Ayuso: sustituye a otro político de la región en el cargo, el exalcalde de Boadilla Antonio González Terol, y lo hace sabiendo que ocupa un puesto clave. Queda apenas un año para las elecciones municipales y autonómicas de 2023, que serán el primer gran examen de la era Núñez Feijóo en el PP. De la labor de Rollán dependerá mucho del resultado que obtenga su partido. "Es la vicesecretaría más importante, porque coordina toda la acción política municipal y autonómica, y ahí necesitas gente que haya gestionado en lo local y en lo autonómico", diseccionan en el PP de Madrid, vinculando la elección de Núñez-Feijóo al currículo de un político que lo ha sido todo en la política regional: portavoz municipal de la oposición, alcalde, consejero, vicepresidente autonómico, y presidente regional.
"Es la persona adecuada", ha resumido Núñez Feijóo, que confía en Rollán para afrontar una auténtica contrarreloj: preparar y activar a su partido para unas elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán en apenas un año, con las heridas de la guerra interna que acabó con Pablo Casado aún abiertas, y con el ascenso de Vox como peligro más inmediato para los intereses del PP.
Miguel Tellado, vicesecretario de Organización Territorial | El fogueado guardián del aparato
En Ferrol, donde se estrenó de concejal, y en el Parlamento gallego, se fogueó en acalorados debates y entabló buena relación personal con una edil comunista que ahora ha llegado a vicepresidenta del Gobierno de España, Yolanda Díaz.
A Miguel Tellado no le agrada nada que se entrometan en su labor de cocina, no cree nada en los asesores y gurús externos fichados para las campañas electorales y hasta ahora las diseñaba él con una obsesión casi enfermiza por que su candidato figurase más grande que las siglas de su partido, el PP, y con el empeño de que pudiese pisar hasta la última aldea del rural más remoto. En esos trabajos, y en defensa de esa autonomía y del esplendor de Feijóo, Tellado no ha tenido reparos ni medida para enfrentarse con quién sea, se llame Pablo Casado, los enviados de Teodoro García Egea o toda la oposición gallega. Es acalorado en los duelos dialécticos, especialmente con las formaciones nacionalistas.
El primer trabajo de Tellado como periodista fue en una radio municipal de Fene, un municipio vecino a Ferrol gobernado históricamente por el BNG. No militaba aún en el PP. Tampoco lo hizo cuando tras una entrevista para un medio local el aspirante del PP a la alcaldía de Ferrol, Juan Manuel Juncal, le ofreció ser su jefe de prensa. Esa plataforma laboral le marcó ya para los siguientes encargos políticos, en el gabinete de comunicación de la Diputación de A Coruña, de la alcaldía de su ciudad y de varias 'consellerías' autonómicas.
Fue concejal, desde 2012 diputado y a partir de 2016 secretario general del partido en Galicia, para sustituir a Alfonso Rueda, que ahora será más que probablemente el relevo al menos provisional de Feijóo al frente de la Xunta y del PP en esa comunidad.
Tellado tiene una querencia por su tierra, por su ciudad y por su familia (tiene siete hermanos) que le ha llevado estos años a destrozar los kilómetros de su coche, porque daba igual a la hora que acabase la jornada en Santiago o en un mitin en la otra esquina de Galicia, que siempre optaba por regresar a su casa del barrio de Esteiro en Ferrol para dormir al menos en su cama. Su conexión con Feijóo es total y permanente. Y el presidente del PP ha depositado en él ahora de nuevo toda su confianza en Madrid para un cargo y una responsabilidad importante, por los recientes fracasos orgánicos de la etapa anterior, pero no en el primer plano. Tellado nunca estuvo en Galicia en la terna de teóricos sucesores de Feijóo. Su labor entonces y ahora será otra.
Juan Bravo Baena, vicesecretario de Política Económica | Un técnico responsable de la estabilidad política del Gobierno andaluz
Avalado por Pablo Casado, era diputado por Ceuta desde 2015, cuando fue designado para sustituir al entonces recién nombrado consejero de Hacienda de la Junta, Alberto García Varela, que tuvo que renunciar a su cargo por una dolencia cardiaca.
Licenciado en Derecho y especialista en Derecho Tributario, siempre ha hecho gala de su procedencia de la Agencia Tributaria, donde es funcionario la Unidad de Inspección y Delitos contra la Hacienda Pública. Pero, aunque intenta potenciar su perfil público como técnico ha aprendido rápido a fajarse en la arena política, hasta llegar a hacerse imprescindible en el seno del Gobierno. Un obseso del control del déficit, ninguna partida se autoriza sin su supervisión.
Su brillante oratoria, que siempre trufa con números y alusiones a todas las entidades y organismos económicas, y su cercanía son capaces de encandilar a sus adversarios políticos y de enardecer a los seguidores de las políticas liberales del PP. Su condición de casadista de primera hornada no le ha impedido convertirse en uno de los hombres fuertes del Ejecutivo de Moreno, cuya confianza también se ha ganado en estos meses. Su vinculación con Andalucía viene de su mujer, que es de Jaén, donde la conoció cuando era portero del equipo de fútbol sala de la división de honor de la localidad. Allí nacieron sus tres hijos y allí residió hasta 2012. Su identificación con la provincia —uno de los bastiones socialistas— se ha intensificado tras la crisis del plan Colce. Desde que que se conoció el traslado de la sede logística del Ejército a Córdoba, ha multiplicado su presencia allí y su implicación en planes de impulso económico, desde la Junta.
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