Sánchez a Casado: “Las familias van a poder celebrar las Navidades, España ha resistido”
El PP convierte la última sesión de control del año en el Congreso en una batería de ataques a Calviño y la portavoz de Vox llama “fea” a Yolanda Díaz
La proximidad de las fiestas navideñas ofreció este miércoles, en la última sesión de control al Gobierno del año en el Congreso, un trampantojo de falsas felicitaciones entre los principales líderes políticos del país. El presidente del PP, Pablo Casado, empezó por ahí para volver a reprochar al presidente, Pedro Sánchez, que no reconozca el simbolismo religioso de estos momentos y para relacionar eso con los pactos que, dijo, el Ejecutivo mantiene con partidos como Podemos, ERC o EH Bildu. A continuación, Casado atacó al presidente por no aportar “nada” a la solución de la sexta ola de covid ante una España que observa “conmocionada” porque no sabe si los abuelos y los padres podrán celebrar estas fiestas con sus hijos y nietos. Sánchez replicó: “No se preocupe, las familias podrán celebrar las Navidades, España ha resistido, no se ha vencido y está avanzando”.
“Feliz Navidad porque nosotros sí felicitamos las Navidades y no el solsticio de invierno”, comenzó Pablo Casado. Luego recriminó a Sánchez sus pactos políticos y, soslayando los términos de su pregunta, que versaba oficialmente sobre el balance de los dos años de legislatura, se lanzó a remarcar la preocupación generalizada ante la sexta ola de la pandemia y sus repercusiones sobre las fiestas navideñas. El líder del PP echó así en cara al presidente que haya “tropezado seis veces con el mismo virus” y que, ante este nuevo vendaval pandémico, no pueda “aportar nada a la solución” al no llevar ninguna propuesta concreta a la reunión de la Conferencia de Presidentes que comienza esta tarde en el Senado. “Usa a las autonómias como escudos humanos”, ha dicho.
Casado recogió ahí el hilo de la mayoría de sus intervenciones relacionadas con el virus de la covid-19 y sus variantes desde que irrumpió hace ya casi dos años. El líder del PP requirió al presidente a que presente una ley de pandemias para coordinar mejor con las autonomías posibles soluciones. Esta vez eludió expresiones malsonantes, como la que usó la semana pasada en el mismo hemiciclo, y se limitó a preguntar retóricamente: “¿Qué más tiene que pasar para que usted haga algo y deje de jugar a la lotería con el futuro de los españoles?”.
“Todas sus intervenciones se basan en mentiras”, le respondió Pedro Sánchez tras felicitar igualmente las navidades a Casado. Y subrayó que “los padres y madres, los abuelos y abuelas, podrán reunirse con sus hijos y nietos” y celebrar las fiestas. “En contra de sus negros vaticinios de hace un año sobre que España tardaría cuatro años en vacunarse, la realidad es que se ha conseguido que ese índice de vacunación haya superado el 91% en apenas 12 meses”, remarcó. El presidente catalogó también como una mentira que el paro esté desbocado, como había dicho Casado, y recordó que ya hay 20 millones de ocupados. Y añadió la perspectiva de que el país sea también el primero en recibir los fondos europeos para la recuperación.
Fue ahí cuando el jefe del Ejecutivo aportó su conclusión ante las invectivas de Casado: “La realidad es que, ante la mayor calamidad, España ha resistido, no se ha vencido y está avanzando”. Sánchez aprovechó que estaba ante su último duelo dialéctico del año con Casado para pedirle que en su descanso navideño “reflexione, medite y abandone el insulto y la crispación y tome el camino de la educación y el respeto”. Casado comprendió así que el presidente no le iba a aportar ninguna medida y acabó: “Haga algo que para eso le pagan”. Sánchez replicó: “Reflexione y eche una mano”.
‘Ley mordaza’ y Juan Carlos I
En el resto de la sesión, con muchas ausencias en todos los grupos del Parlamento por la incidencia de la variante ómicron del coronavirus ―esta semana la Cámara retomará las votaciones telemáticas―, el presidente del Ejecutivo reiteró ante la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, que tiene la determinación de cumplir con los puntos del acuerdo de investidura en los que prometió derogar la reforma laboral y la llamada ley mordaza. Según él, el grado de cumplimiento de esos pactos está ahora en el 50%.
La portavoz de la CUP en el Congreso, Mireia Vehí, preguntó de manera muy evidente pero indirecta si Patrimonio Nacional, que depende del Ministerio de Presidencia, “está buscando residencia a algún ciudadano español con residencia ahora en el extranjero”, en alusión a la situación del rey emérito Juan Carlos I en los Emiratos Árabes. Sánchez respondió tajante que no, y luego usó su turno de respuesta a las menciones por parte de Vehí de los escándalos que afectan al ex jefe del Estado para recalcar de nuevo que esas informaciones le perturbaron y no le gustaron, pero también que no hay ninguna acusación formal contra él. El presidente recordó que debe prevalecer por ahora la presunción de inocencia y que el PSOE y él como jefe del Gobierno cumplen y respetan todos los artículos de la Constitución que implican que España sea un Estado de derecho pleno, con sus defectos, y también una monarquía parlamentaria en la que alabó “los esfuerzos de transparencia” del actual Rey.
Los demás portavoces del PP que intervinieron ante el pleno reformularon sus preguntas previstas sobre la situación y perspectivas económicas del país a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, para medirse en una especie de competición interna de defensa de su líder. La semana pasada, Casado tuvo un encontronazo privado con la responsable económica del Gobierno y algunas informaciones apuntaron a que esta había llamado “desequilibrado” al presidente popular y había dicho que se sentía “asqueada” con la estrategia política de Casado (que había aludido en el pleno del Congreso a escabrosos escándalos sexuales relacionados con casas de menores protegidas tanto en la Comunidad Valenciana como en Baleares, bajo gobiernos socialistas). El tema se recuperó de nuevo esta semana y tanto la portavoz popular, Cuca Gamarra, como otras diputadas de ese partido, como Marga Prohens o Belén Hoyo, censuraron que Calviño no se mostrara más “asqueada” por esos casos e intentaron provocarla dialécticamente al llamarla “desequilibrada” y “fracasada”.
Nadia Calviño no entró al trapo. Evitó el cuerpo a cuerpo, pero no rectificó ni corroboró sus palabras privadas contra Casado, del que recordó, eso sí, que había dicho que España está en quiebra. La vicepresidenta esgrimió sus propios datos, pronósticos y previsiones para asegurar que hay signos de recuperación, que el país va de menos a más, que recibirá en breve los primeros fondos europeos; y planteó casi como un deseo navideño que el PP “salga de su hilo autodestructivo de ruido, insultos y crispación” para remar a favor de un futuro más esperanzador.
La secretaria general del grupo Vox, Macarena Olona, preguntó a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a la que denomina siempre “ministra comunista del desempleo”, por el uso de un avión Falcón del Estado para su reciente viaje a Roma para visitar al Papa en lo que Olona consideraba un desplazamiento privado. Y en su retahíla de ataques incluyó que la vicepresidenta disfrute en Madrid de una vivienda oficial de 500 metros y le anunció que quería entregarle el programa electoral de Vox con una dedicatoria que leyó: “Para Yoli, que aspiró a lideresa mundial y no pasó de fashionaria”. Olona se felicitó de mostrar cada semana “la fealdad que esconde” la vicepresidenta, e insistió: “Hay que ser muy fea para atreverse a amenazar a millones de españoles en el templo de la palabra”.
Díaz indicó en su respuesta que la visita al Papa figuraba tanto en la agenda oficial del Gobierno como en el Boletín del Vaticano y por tanto era una visita no privada sino oficial, y recordó, sobre el programa electoral de Vox, que en algunos puntos propone construir un muro en Ceuta y Melilla, derogar la ley de Igualdad, salirse de la Organización Mundial de la Salud y abandonar el espacio Schengen.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.