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Desarticulada la banda de los ladrones ‘manitas’ de la Costa del Sol

La Policía Nacional desmonta una organización a la que se achaca una veintena de robos en oficinas y naves industriales de Málaga con el uso de drones y un amplio catálogo de herramientas y técnicas

Agentes durante la intervención policial en Málaga.Vídeo: POLICÍA NACIONAL

El oxicorte es una técnica especializada que se utiliza para cortar chapas y barras metálicas de gran grosor. Piezas con las que una radial no puede y este sistema sí, primero calentando el metal a unos mil grados y más tarde lanzando un chorro de oxígeno que ejecuta el corte. Es complejo y requiere conocimientos técnicos, pero era la forma cotidiana con la que una organización criminal asentada en Málaga abría cajas fuertes durante sus robos. Era solo parte de un proceso milimétrico que incluía drones, inhibidores de frecuencia, equipos de transmisiones, extractores de bombines y una enorme gama de herramientas dignas del mejor taller especializado. La Policía Nacional ha detenido a sus siete miembros en las provincias de Málaga, Cádiz y Valencia, de los que cuatro están ya en prisión. Se les achaca una veintena de asaltos a oficinas y naves de la Costa del Sol.

La banda estaba liderada por un ciudadano británico de 41 años y otro español, de 26. El procedimiento de los delincuentes, según han podido averiguar los agentes, era muy similar en cada caso. El primer paso era realizar una gran planificación detallando cada movimiento. Para ello, visitaban los polígonos industriales para estudiar el terreno y, a veces, incluso accedían a sus objetivos de manera legal. Se hacían pasar por trabajadores de alguna empresa de seguridad o telefonía, hablaban con los responsables y, durante ese tiempo, localizaban dónde estaban las oficinas o con qué medidas de seguridad contaba el espacio. También utilizaban drones “para hacer vigilancias previas sobre los establecimientos y naves” que tenían como objetivo, según ha explicado el inspector Manuel Velázquez del grupo de robos de la comisaría provincial de Málaga durante una rueda de prensa celebrada esta mañana. Su equipo ha sido el responsable de desarrollar la operación, denominada Way II.

Cuando tenían elaborado el plan, el grupo se desplazaban hasta el lugar elegido —siempre en localidades de la Costa del Sol— en coches de alta gama y gran cilindrada. Una vez en el terreno, desplegaban una enorme variedad de herramientas especializadas mientras mantenían comunicación por radio. Para acceder a las instalaciones donde quería robar bien extraían los bombines de las cerraduras o las fracturaban directamente, pero otras veces —según les conviniese— directamente rompían las paredes de algún local colindante —practicaban un butrón— o se colaban por los tejados. Dentro, forzaban las cajas fuertes para sustraer el dinero y, en caso de que fuera un proceso que les llevase demasiado tiempo, directamente se la llevaban, transportándola en furgonetas o camiones que previamente habían sustraído y en los que también cargaban otros enseres robados. Cuando era necesario, utilizaban la técnica del oxicorte, que según la información policial “requiere de una gran pericia” y tiene, generalmente, aplicaciones industriales.

Los integrantes de la banda tomaban grandes medidas de seguridad. Generalmente, alquilaban coches a nombres de personas sin antecedentes para desplazarse a otras ciudades de la geografía española, en las que pasaban distintos periodos intermitentes tras sus robos. Además, usaban identidades usurpadas para cumplir los trámites en los alojamientos donde trataban de desaparecer por un tiempo. Parte de los objetos sustraídos los guardaban en una nave que habían ocupado en un polígono industrial de Marbella. Entre ellos había embarcaciones sustraídas que servían a grupos relacionados con el narcotráfico en la zona.

La investigación para dar con ellos arrancó a finales del pasado verano, después de que se sucedieran una serie de robos con características similares que hacían pensar que los autores eran los mismos. Conforme los agentes avanzaban descubrieron que los autores podrían ser los mismos que los investigados en la operación Way I desarrollada en 2020. Eran personas que conformaban un grupo “perfectamente organizado” y “con una alta profesionalidad” que se asentaba en la Costa del Sol pero tenía ramificaciones en Madrid y Cádiz.

Finalmente, la Policía Nacional desarrolló un dispositivo en coordinación con el juzgado de Instrucción Número 10 de Málaga que incluyó la entrada y registro de cinco viviendas y dos trasteros en la Costa del Sol y culminó con la detención de todos los miembros de la banda criminal investigada, es decir, siete personas, entre ellas los cabecillas. De los arrestados, tres lo fueron en Torremolinos, Fuengirola y Estepona, mientras que otros tres cayeron en San Fernando (Cádiz) y uno más en Gandia (Valencia). Se les achacan una buena retahíla de delitos: pertenencia a organización criminal, robo con fuerza, falsedad documental, contra la seguridad de tráfico, tráfico de drogas, hurto de vehículo, reclamación judicial y usurpación de bienes inmuebles.

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Entre los objetos intervenidos se encuentran multitud de herramientas —desde destornilladores y prismáticos a gatos o cuchillos— además de inhibidores y detectores de frecuencia, botellas de acetileno y oxígeno para la apertura de cajas fuertes, un dron para el estudio de los tejados de las naves, herramientas específicas para la realización de butrones, extractores de bombines de las cerraduras, equipos de transmisiones o tres coches de alta gama, así como una embarcación de cinco metros de eslora robada en Marbella y 15 gramos de droga sintética. Todo el material incautado está valorado en medio millón de euros, según ha asegurado la policía.

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