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Detenida una pareja que se hizo rica con el tráfico de migrantes por una ruta de 8.500 kilómetros

Los sospechosos cobraban 12.000 euros por cruzar al menos cuatro países para llegar de Bangladés a España

Rafa Burgos
Un joven es ayudado por miembros de Salvamento Marítimo a su llegada al puerto de Melilla, en noviembre de 2019.
Un joven es ayudado por miembros de Salvamento Marítimo a su llegada al puerto de Melilla, en noviembre de 2019.FG Guerrero (EFE)

Una pareja formada por un hombre de Bangladés de 45 años y una mujer marroquí de 26, vivía con todo tipo de lujos entre Madrid, Marruecos y Dubái. Su negocio, millonario, consistía, según una investigación policial, en utilizar su poder y su influencia para explotar una ruta migratoria de más de 8.500 kilómetros y que todos los años utilizan cientos de sus compatriotas para llegar a España, en una de las rutas más largas y costosas. Según los agentes, cobraban unos 12.000 euros por cruzar al menos cuatro países en un viaje que podía prolongarse un año. El tramo más caro, hasta 5.000 euros, era el que separaba Marruecos de España. Los dos fueron detenidos el pasado octubre en Alicante, junto a un colaborador que residía en Madrid y que fue enviado a prisión. Ambos se encuentran actualmente en libertad provisional.

La pareja, con la ayuda de su cómplice, supuestamente organizó el recorrido de al menos 78 compatriotas, todos ellos por debajo de los 30 años e incluso algunos menores. La red primero compraba billetes de avión con escalas en India y Dubái hasta llegar a Malí, donde quitaban los pasaportes a sus clientes. Una vez en África, el matrimonio se apoyaba en una red que por 5.000 euros metía a los emigrantes en camiones con los que cruzaban clandestinamente primero a Argelia y, después, a Marruecos. Allí mantenían una red de pisos francos en Fez, Tánger y Rabat donde escondían a los migrantes hasta cinco o seis meses. “En estos pisos llegaban a hacinarse 50 o 60 personas”, afirma un investigador. Por último, la red los llevaba en camiones hasta Nador y los embarcaba en pateras con las que llegaban a la Península o a las islas Chafarinas.

En una de esas travesías, en noviembre de 2019, fallecieron siete personas, cuyos cuerpos fueron arrojados por la borda. La patera presentaba “deficiencias visibles”, según cuenta ahora la Policía. Los migrantes se quejaron, pero les golpearon con palos y los amenazaron con un cuchillo para obligarlos a subirse a la barca. La patera se inundó, el motor dejó de funcionar y la embarcación empezó a hundirse.

La investigación comenzó en septiembre de 2019, unos meses antes del naufragio, con el apoyo de un juzgado de Melilla. Fue una denuncia la que puso a los agentes tras la pista de tres relevantes bangladesíes afincados en Madrid que manejaban grandes cantidades de dinero, gestionaban importantes negocios y tenían gran capacidad de influencia en ambos extremos de la ruta entre su país y España. “Eran muy famosos entre sus compatriotas”, señalan fuentes policiales. “Todo el mundo sabía que el acceso a Europa pasaba por ellos. El cabecilla, de 45 años, movía los hilos que trasladaban a los migrantes por media África y los ayudaba a cruzar a España”, cuenta uno de los investigadores. La mujer mediaba y, en ocasiones, recogía pagos en Marruecos, según la investigación. Eran la referencia para los bangladesíes, pero migrantes de todas las nacionalidades contrataban sus servicios.

El tercer arrestado era el propietario de un locutorio en el barrio madrileño de Lavapiés. También célebre en su comunidad, era quien cobraba el dinero de los familiares de los emigrantes. “Es una persona de confianza, muy bien relacionada en ambos países, y con capacidad económica para mover el dinero fácilmente”, indican fuentes policiales.

La policía ha tenido que esperar a la reapertura de fronteras para recuperar el rastro de los sospechosos, desaparecido entre Dubái y Marruecos tras la tragedia de 2019. Con el fin de algunas restricciones impuestas por la pandemia, la pareja volvió a España y en Alicante fue detenida. Al mismo tiempo, los agentes arrestaron al mediador, que seguía en Madrid. Por sus negocios, se les considera jefes de una organización criminal dedicada al tráfico de personas. Por el naufragio de la patera, se les acusa de siete delitos de homicidio.

La ruta desde Bangladesh es una de las más largas y costosas para llegar a España. Los primeros tramos suelen cubrirse en avión hacia países donde o no les exigen visado o no encuentran tantas dificultades para conseguirlo. Algunos pasan un tiempo en lugares como Dubái donde trabajan en la construcción para costearse parte de su viaje. A partir de ahí comienza una travesía clandestina en coches, camiones y, finalmente, en barcas precarias. Los bangladesíes no son un colectivo numeroso entre los que entran irregularmente en España y suelen elegir otros países como Italia o Grecia para llegar a la UE. Entre 2019 y 2020, arribaron a la Península 144 bangladesíes, según datos de Frontex.


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