50.000 firmas de apoyo para el héroe de la ría de Bilbao
Una asociación de ayuda a Senegal pide que el Gobierno español regularice la situación de un joven senegalés que salvó de ahogarse a dos personas en el río Nervión
Mouhamed Diouf es conocido como el héroe de la ría de Bilbao. En el último año, este senegalés de 26 años ha salvado la vida de dos personas que estaban a punto de ahogarse en el Nervión. Su vida ha cambiado muy poco pese a que sus hazañas han dado la vuelta al mundo. Recibe, eso sí, “muchas muestras de cariño” por la calle, asegura el joven africano, pero sigue sin poder legalizar su situación en España, donde vive desde hace cinco años. Una asociación de mujeres vascas, Wolof para Mujeres que Aman Senegal, puso en marcha en junio pasado una campaña de recogida de firmas en Internet para lograr que el Gobierno español acepte regularizar su situación por circunstancias excepcionales.
La asociación Wolof (llamada así por la lengua más hablada de Senegal) ha reunido 48.344 firmas hasta este viernes al mediodía y las ha registrado este viernes ante la Subdelegación del Gobierno central en Bilbao. Ainoa Astiazaran explica a este diario que esta iniciativa popular persigue “sensibilizar a nuestros gobernantes” y “ayudar a este chico a estar en regla entre nosotros”. Mouhamed Diouf vive en Bilbao sin documentación legal: “No tengo papeles y así es muy complicado vivir”. Logra el sustento a duras penas gracias a la generosidad ciudadana, la ayuda de las ONG y de “hacer trenzas a la gente en la calle”, afirma este mocetón de dos metros de altura.
La vida de Diouf alcanzó notoriedad internacional en junio pasado. Era domingo y él estaba sentado con sus amigos cerca del puente de La Merced, en Bilbao: “Escuché a alguien gritar y vi cómo un hombre caía a la ría. Mis dos compañeros y yo corrimos. Había mucha gente, pero nadie quería saltar. Mis compañeros y yo sabemos nadar, así que fuimos a salvarlo sin miedo”, relató entonces el joven senegalés. Consiguió poner a salvo al hombre, de 72 años de edad, a quien acercó hasta el borde de la ría tras permanecer durante 15 o 20 minutos en el agua. Puso en peligro su vida, pero la hazaña tuvo un final feliz. Unos meses antes, en septiembre de 2019, también se lanzó a la ría bilbaína, esta vez tras oír voces de auxilio desde el agua. Se lanzó sin dudarlo, le ofreció la mano a la mujer que se encontraba en apuros y consiguió socorrerla.
Una campaña a través de Change.org quiso lanzarle un salvavidas a Diouf. Las casi 50.000 firmas recogidas en poco más de tres meses le abren una venta a la esperanza. Él dice que su decisión de lanzarse a la ría fue un acto natural, casi instintivo: “Yo no lo hice para conseguir los papeles, pero si eso ayuda...”. Astiazaran afirma que “no debería ser necesario arriesgar la propia vida para conseguir unos papeles o un modo de vida digno y legal en nuestro país, pero desgraciadamente la burocracia es lenta, costosa y empuja a muchos migrantes a no tener papeles aún llevando muchos años residiendo”. La asociación Wolof considera a Diouf un “ciudadano ejemplar” que merece “vivir en nuestro país de manera legal y confortable, sin temor a ser detenido y deportado”.
Diouf vivía hasta hace poco con un marroquí en un piso de Bilbao, pero este mes se ha tenido que mudar a la vivienda de otro amigo: “Estoy bien, no me puedo quejar, tengo buena salud”, comenta por teléfono. Su primera aspiración es “estar en regla” para lograr un trabajo. Hizo un curso de pescador y recibió el ofrecimiento de embarcarse en el Aita Mari, el barco de rescate de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) que asiste a inmigrantes que naufragan en el Mediterráneo. “Está complicado conseguir trabajo sin papeles”, comenta este joven que recorrió Mauritania y Marruecos y cruzó en patera el Estrecho para llegar a Europa, hasta que pudo recalar en Bilbao. El baloncesto es otra de sus pasiones. Estuvo participando en el programa Bihotz Kantxa del equipo Bilbao Basket, que pretende impulsar este deporte como vehículo de integración social. Cuenta que solía acudir a Durango para jugar a la canasta, pero ahora entrena él solo “para progresar”.
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