El PP se enreda ante la segunda foto de Colón
La manifestación contra los indultos reabre el debate en el PP sobre la relación con la extrema derecha, con la que evitarán retratarse
El Gobierno sufre con los frentes abiertos de los indultos y la subida de la luz, pero el PP también gestiona sus propios tropiezos. El líder del PP se queja con cierta impotencia de que no consigue colocar su mensaje. Le parece a Casado que la agenda mediática mira “al dedo, y no a la luna”. La luna es, en su opinión, los indultos que Pedro Sánchez planea aprobar para los presos del procés, y el dedo la manifestación en la plaza de Colón que el PP compartirá con Vox el 13 de junio contra la medida de gracia. La protesta provoca contradicciones al PP, que revisita Colón a regañadientes porque no quería salir a la calle y, menos aún, compartir pancarta con la extrema derecha. El líder del PP intentará obviar la foto con Santiago Abascal, en un juego de equilibrios que reabre el debate en el partido sobre la relación con la extrema derecha.
Para algunos, ese equilibrismo evidencia que el PP ha caído en una trampa que da una inesperada baza a La Moncloa. “Cuando el adversario se equivoca, hay que dejarle que se equivoque”, reflexiona José Luis Ayllón, exdirector de gabinete de la presidencia de Mariano Rajoy. El ex alto cargo popular considera que la manifestación de la derecha en Colón ha dado una carta al Ejecutivo de Pedro Sánchez porque ha desviado el foco de la opinión pública hacia los enredos de la oposición. “Durante un buen rato nos olvidamos de que el principal problema de los indultos es que el PSOE va a perder mucha parte de su apoyo electoral con esto”, razona. El dedo y la luna del que se queja Casado, aunque Ayllón admite que la decisión era difícil de tomar. “Yo soy partidario de ser contundente en el fondo y no perder la moderación en la forma. Pero reconozco que no era fácil gestionar esta situación. El PP titubeó para decidir su asistencia a Colón. Por un lado, creo que les hubiera gustado no ir, pero es verdad que la manifestación la convoca un tercero, y por eso creo que Casado pensó que una vez que apoyaba la protesta era más fácil explicar que iba a que no iba”.
El PP se ha visto arrastrado a la plaza madrileña, dos años después de la maldita foto de la derecha dividida en tres —PP, Cs y Vox— que entonces solo benefició a Abascal. La dirección del PP había decidido que no saldría a la calle contra los indultos al procés, pero Rosa Díez, exlíder de UPyD, se interpuso en sus planes. A la marcha convocada por la plataforma de la política exsocialista se sumó rápidamente Vox. Isabel Díaz Ayuso fue la siguiente en anunciar su respaldo, unos minutos después. Y el PP cambió el paso. Ayuso se adelantó, pero según fuentes próximas a la presidenta madrileña lo hizo después de hablar con Casado para preguntarle si le parecía bien dar apoyo a la convocatoria.
El regreso a Colón abre interrogantes sobre el problema de fondo: la relación del PP con la extrema derecha. Casado libra dos batallas a la vez, una contra Sánchez, y otra con Abascal. Ninguna de las dos está resuelta. La decisión de ir a Colón “rompe con la estrategia de moderación de Casado que había empezado en la moción de censura de Vox”, opina Ayllón. Este lunes, el comité de dirección del PP discutió a fondo cómo acudir a la manifestación y la decisión mayoritaria, tras un largo debate, fue evitar retratarse con Vox. “No va a haber foto. Abascal tendrá que ir con geolocalizador si lo quiere intentar”, ironiza un miembro de la cúpula, partidario de no haber acudido a la protesta. Tampoco irá Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia y exponente del sector moderado, que se ha escudado en un viaje al extranjero.
A los más moderados la presencia de Abascal les incomoda. “Compartir una manifestación con Vox es ir del brazo de la extrema derecha”, razona José María Lassalle, ex secretario de Estado en el Gobierno de Rajoy que abandonó el PP en 2018. “Ir a Colón es volver a resignificar políticamente el momento actual con la sombra de lo que representó la concentración de hace dos años”, entiende el profesor de Filosofía del Derecho, muy crítico con el partido de Abascal. “La visión de Vox alimenta la polarización, es una visión patrimonializadora que pretende homogeneizar la nación y que un partido como el PP no puede asumir”. Lassalle cree que es un error regresar a Colón, y que el camino sería justo el contrario: “Se trata de salir de esa foto si de verdad se quiere ser una alternativa de Gobierno homologable a los partidos de centroderecha del resto de Europa”.
Colón polariza las voces de la derecha. En el otro lado, figuras como la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o la exportavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, tienen claro que el PP tiene que estar en la plaza y, es más, debería hacerlo desacomplejadamente. “Sería un ejercicio de cinismo monumental aceptar los votos de Vox para gobernar y negarte a ir a una manifestación con ellos”, opina Álvarez de Toledo, para quien ante un caso como los indultos “es infinitamente más importante” lo que les que une que lo que les separa. La diputada del PP es partidaria de retratarse con Vox. “Les animaría a no tener ninguna vergüenza ni complejo a hacerte una foto con quien gobiernas y con gente distinta a ti con la que compartes la defensa del orden constitucional”. En la misma línea se manifiestan en el entorno de Ayuso: “¿Cómo no va a estar el PP contra esta barbaridad de los indultos? Esté quien esté en la manifestación, el PP está haciendo lo que tiene que hacer”.
En la dirección de Casado hay dirigentes a los que no les gusta la manifestación; y reconocen que ir afecta a la estrategia. “Hay un intento de La Moncloa de volver a hablar de la foto de la vergüenza, cuando esa foto es la otra, la de los independentistas, y quizá les está saliendo si se está hablando de eso”, apunta un miembro de la cúpula que duda sobre si asistir. “El tema de los indultos es un tema muy importante como para caer en la trampa de invertir la carga de la prueba”, admite. “Yo estoy en las antípodas de Vox. Pero en esto estoy donde están los demócratas. El jardín lo tienen en el Gobierno, no nosotros”, contrapone otra dirigente del núcleo.
Vox, mientras tanto, disfruta con las dudas del PP. El portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, ha ironizado sobre la decisión “tan ágil y contundente” de los populares sobre Colón. “Nosotros preferimos no tener que fotografiarnos con quienes no piensan como nosotros o son más tibios”.
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