La crisis con Marruecos reafirma la españolidad de Ceuta y Melilla
La UE subraya el carácter comunitario de las dos ciudades autónomas que reciben la visita de un presidente español por primera vez en 15 años
La crisis provocada por Marruecos en Ceuta, con la entrada irregular de 8.000 inmigrantes en solo 36 horas, ha tenido un efecto colateral contraproducente para Rabat, según fuentes gubernamentales: la reafirmación de la españolidad de las dos plazas norteafricanas. Nunca antes se había producido un apoyo tan expreso y unánime de los máximos responsables de las instituciones europeas a la soberanía española de Ceuta y Melilla. Entre otros, el presidente del Consejo, Charles Michel, subrayó que “las fronteras de España son las de la Unión Europea”; el de la Eurocámara, David Sassoli, añadió que “las fronteras griegas, españolas e italianas son fronteras europeas”; y el vicepresidente de la Comisión, Margaritis Schinas, concluyó que “la frontera de Ceuta es una frontera europea”. Todos ellos, a través de tuits en español.
Ceuta y Melilla forman parte de la UE, pero no están protegidas por el paraguas de la OTAN. Tan especiales son que hacía 15 años que no las visitaba un presidente del Gobierno español en ejercicio. El último en hacerlo, antes de este martes, fue José Luis Rodríguez Zapatero, en 2006. Le precedió Adolfo Suárez en diciembre de 1980, un cuarto de siglo antes.
Los dos inquilinos de La Moncloa que ha tenido el PP, José María Aznar y Mariano Rajoy, nunca fueron a Ceuta y Melilla en visita oficial. Aunque acudieron a las dos ciudades autónomas siendo presidentes del Gobierno, lo hicieron como líderes del PP y en campaña o precampaña electoral. Trataban de evitar así la irritación de Marruecos.
El propio rey Juan Carlos tuvo que esperar a noviembre de 2007, más de tres décadas después de su coronación, para visitar las dos ciudades y saldar la deuda pendiente con sus habitantes. Felipe VI no ha ido nunca, ni como Rey ni como Príncipe de Asturias.
Marruecos guardó silencio cuando el martes, en plena crisis, Sánchez canceló un viaje a París y se fue a visitar las dos ciudades. Previamente, el jefe del Gobierno informó al Rey, quien telefoneó a los presidentes de ambas: Juan Jesús Vivas (Ceuta) y Eduardo de Castro (Melilla).
El Gobierno interpretó desde el principio que no se trataba solo de una crisis migratoria, como sería el caso si la entrada masiva de inmigrantes se hubiera producido en las costas de Cádiz o Almería, sino que estaba en jaque la “integridad territorial” y la “seguridad de los españoles”, que se mostró dispuesto a defender “bajo cualquier circunstancia y con todos los medios necesarios”, en palabras de Sánchez. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, definió lo sucedido como una “agresión a las fronteras” españolas.
Por eso, la presencia del Ejército en la playa del Tarajal, aunque fuera solo en misión de apoyo a la Guardia Civil, tenía un carácter disuasorio.
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