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El Rey recibirá el jueves en Torrejón a las últimas tropas españolas de Afganistán

La salida de 24 militares y dos intérpretes pone fin a una misión de casi 20 años en el país asiático

Miguel González
Felipe de Borbón, durante su visita a Herat (Afganistán) en junio de 2008, cuando era Príncipe de Asturias.
Felipe de Borbón, durante su visita a Herat (Afganistán) en junio de 2008, cuando era Príncipe de Asturias.Alberto Martín (EFE)

El Rey recibirá el próximo jueves, en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), a las últimas tropas militares españolas desplegadas en Afganistán, que regresarán ese día a España poniendo fin a una misión de casi 20 años, la más costosa en vidas (100 fallecidos) y recursos (3.500 millones de euros) de las Fuerzas Armadas españolas en democracia. Los últimos de Afganistán son 24 militares y dos intérpretes. La llegada está prevista para las 19.00 y se ha limitado la presencia de público en el recibimiento debido a las restricciones impuestas por la covid. Cuando todavía era Príncipe de Asturias, Felipe VI visitó a las tropas españolas en Afganistán en junio de 2008.

El presidente de EE UU, Joe Biden, ha anunciado que el 11 de septiembre no quedarán soldados de su país en Afganistán, pero la salida de sus 2.500 militares y de los 7.000 de la OTAN ya está en marcha. España llegó a tener más de 1.500 soldados en Afganistán, pero en estos momentos el contingente nacional en la misión Resolute Support (apoyo decidido) de la OTAN se limita a 24 militares y dos intérpretes. Su máximo responsable es el coronel Alfonso Álvarez Planelles, que dirige la división aliada que presta apoyo logístico al ejército afgano, en la base Hamid Karzai, en el aeropuerto de Kabul.

El contingente lo completan un oficial, el teniente coronel Pablo Paniagua, en el cuartel general de la OTAN; 14 instructores de Operaciones Especiales que entrenan, asesoran y asisten a sus homólogos afganos; y los ocho miembros del Elemento Nacional de Apoyo (NSI). Los boinas verdes estaban destacados en la base Camp Morehead, a las afueras de Kabul, pero todos se han concentrado ya en el aeropuerto de la capital afgana para preparar su repatriación.

El Estado Mayor de la Defensa tenía preparado el repliegue desde que Donald Trump pactó con los talibanes la retirada de las tropas estadounidenses antes del 1 de mayo de este año, pero estos planes quedaron en suspenso con la victoria del demócrata Joe Biden. La Casa Blanca anunció el 14 de abril que la retirada se habrá completado para el 11 de septiembre, cuando se cumple el 20 aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas. No obstante, el repliegue ya se ha iniciado: algunos países, como Grecia, han sacado a todos sus militares y otros lo están haciendo progresivamente, según las fuentes consultadas.

En el caso español, al tratarse de un contingente reducido, se planea repatriarlos en un único vuelo militar, tras una sencilla ceremonia de arriado de la bandera española en la base Hamid Karzai.

La salida de las tropas occidentales ha coincidido con una ofensiva de los talibanes, que quieren apuntarse como un éxito la retirada. Los insurgentes han lanzado ataques simultáneos en siete provincias y se han hecho con el distrito de Baghlan, en el norte del país. Además, al menos 85 personas, la mayoría niñas, murieron el sábado en un atentado contra una escuela femenina de educación secundaria en Kabul. El temor es que el Gobierno afgano, pese a los ingentes recursos gastados en estas dos décadas para apuntalar su poder, sea incapaz de mantener el control del país tras la salida de la OTAN, como ocurrió en los años ochenta tras la retirada soviética con el régimen de Najibulá.

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Los primeros 350 militares españoles llegaron a Kabul el 24 de enero de 2002, cuatro meses después de que Al Qaeda lanzara sus ataques contra Washington y Nueva York, en el marco de la operación ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a Afganistán). En 2005, ya bajo mando de la OTAN, España se hizo cargo de la base de Herat y del PRT (Equipo de Reconstrucción Provincial) de Qala-i-Now, al oeste del país. El repliegue del grueso de las tropas se produjo entre 2012 y 2013, cuando España transfirió a las autoridades afganas la seguridad de la provincia de Badghis y la base Ruy González de Clavijo. El 31 de diciembre de 2014 concluyó la operación ISAF y fue sustituida por la Resolute Support, mucho más reducida.

A lo largo de estas casi dos décadas, más de 27.000 soldados españoles han participado en la misión en Afganistán con un coste total de más de 3.500 millones de euros. El contingente se ha ido reduciendo progresivamente y pasó de 65 a 24 militares después de que el año pasado, como consecuencia de la covid, se retirase a todo el personal no esencial. En paralelo, se ha recortado el coste de la misión, que superó los 430 millones en 2013 y el año pasado se quedó en 8.017.000 euros.

La misión en Afganistán ha sido también la más costosa en vidas del ejército español en tiempo de paz, con un centenar de fallecidos. La mayor parte de los muertos se produjeron en el accidente del avión Yak-42, en mayo de 2003, con 62 víctimas mortales; y el del helicóptero Cougar en agosto de 2005, con 17, pero también murieron 14 militares en ataques de la insurgencia, la mayoría con artefactos explosivos improvisados (IED).

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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