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Los accidentes con patinetes eléctricos se incrementaron en más de un 30% en el último año

En 2020 murieron seis personas en siniestros con Vehículos de Movilidad Personal (VMP) en España, frente a las cinco del año anterior

Una mujer circula en un patinete eléctrico por una zona peatonal de Barcelona.
Una mujer circula en un patinete eléctrico por una zona peatonal de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Los accidentes con patinetes eléctricos en España se incrementaron en un 31,6% en el último año, pasando de 76 en 2019 a 100 en 2020, según las conclusiones de un estudio de la Fundación MAPFRE presentado este miércoles. Además, seis personas fallecieron en 2020 en siniestros con este tipo de vehículos, frente a las cinco del año anterior. Durante la presentación del estudio se ha destacado que los datos utilizados son los de los accidentes “más mediáticos”, ya que no existe un registro oficial de datos de siniestralidad en Vehículos de Movilidad Personal (VMP) en España. Tanto en 2019 como en 2020 la franja de edad mayoritaria de los afectados por este tipo de accidente va de los 16 a los 35 años y en el primer año hubo dos menores de edad fallecidos, cifra que descendió a uno en 2020.

El informe destaca que el uso de este tipo de vehículos ha aumentado progresivamente en estos últimos años, debido principalmente a la irrupción de las empresas de sharing y a la pandemia de la covid-19. Las causas de estos siniestros, según destaca el estudio, son colisiones con otros vehículos, caídas y atropellos. En cuanto al tipo de vía, se producen fundamentalmente en las de ámbito urbano y las colisiones son mayoritariamente con turismos, en un 87% de los casos, aunque también se producen con bicicleta y moto en menor medida. El informe señala, además, un aumento del número de siniestros en los que el conductor del patinete llevaba un acompañante, que ha pasado de suponer el 3% en 2019 al 6% en 2020. Los accidentes con VMP se producen, mayoritariamente, en calzadas de las ciudades (un 66%), mientras que el 10% se dan en pasos de peatones. Además, no llevar casco y circular por una vía interurbana están entre los principales factores de siniestros mortales.

El informe detalla los resultados de dos pruebas de choque (crashtests) dirigidas a observar los daños producidos por este tipo de siniestros. La primera prueba se basa en una hipotética colisión frontolateral de un VMP contra un automóvil y la segunda en el atropello de un peatón infantil. En la primera, el análisis destaca que no se espera que haya lesiones en el tórax ya que la zona torácica absorbe muy bien la energía cinética. La cabeza y la cara reciben un golpe fuerte y no se estima que el hueso frontal y parietal de la cabeza sufran daño, por el uso del casco, aunque la zona facial si que se vería afectada. En la segunda prueba, las zona más afectada sería la cabeza, seguida de los hombros. La rodilla sufriría un impacto directo y la cabeza impactaría directamente contra la columna de dirección, al no llevar casco, ya que es un peatón y no lleva protección.

Durante la presentación se ha recordado que estas cifras son anteriores a la modificación del Reglamento General de Vehículos, aprobada en noviembre de 2020, y que prohíbe algunas de las prácticas que más riesgo de accidente conllevan. La nueva norma prohíbe la circulación de patinetes eléctricos en vías interurbanas, travesías, autovías, autopistas, túneles urbanos y aceras. Además, se impone la necesidad de un certificado de circulación, se prohíbe llevar asiento, no se deben superar los 25 kilómetros por hora y solo se permite un usuario por vehículo, por lo que se evitarían los accidentes con acompañante en el patinete. En cuanto a aspectos que quedan pendientes por legislar, destacan la edad mínima de utilización y las zonas en las que es posible circular dentro de la ciudad y también la obligatoriedad o no del uso del casco, regulaciones que quedan en manos de los ayuntamientos.

En el informe se recuerda que, en caso de atropello, los daños personales de mayor gravedad los sufre el peatón, se alerta de la necesidad del uso del casco y prendas de alta visibilidad para evitar este tipo de siniestros, de no superar la velocidad máxima de 25 kilómetros por hora y de evitar cargas nocturnas sin supervisión. Además, destaca la necesidad de utilizar únicamente el cargador proporcionado por el fabricante. Por otro lado, se demanda a los fabricantes que incluyan los consejos de seguridad de uso en sus manuales de instrucciones, que se introduzcan mejoras de diseño para proteger mejor a los usuarios y que se añadan sistemas para evitar la manipulación de estos vehículos.

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