La Audiencia Nacional excarcela al etarra Troitiño por “razones humanitarias”
El juez ha tomado esta decisión debido a la enfermedad incurable que padece el recluso
El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, ha concedido el tercer grado al histórico dirigente de ETA Antonio Troitiño, de 63 años, por “razones humanitarias y dignidad personal” debido a la enfermedad incurable que padece. Según el auto, al que ha tenido acceso Europa Press, el juez ha tomado esta decisión de acuerdo al artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario que señala que “los penados enfermos muy graves con padecimientos incurables, según informe médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de clasificación, podrán ser clasificados en tercer grado por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad”, según ha adelantado el diario digital Vozpópuli.
Troitiño ingresó en prisión el 5 de mayo de 2017 con una condena de cinco años, 11 meses y 29 días por el delito de pertenencia a organización terrorista. En concreto, la Audiencia Nacional le impuso esta pena por reintegrarse en ETA tras ser excarcelado por error en 2011 y huir a Londres, de donde fue extraditado. La sección primera de lo Penal de la Audiencia Nacional en su sentencia le aplicó la agravante de reincidencia sobre la pena atenuada de integración en organización terrorista, ya que su última participación en ETA había sido solo en “la retaguardia” y alejado de las armas. Instituciones Penitenciarias había anunciado el pasado octubre el traslado de Troitiño, que sufre un cáncer incurable, a la prisión de Soria desde la de Estremera, en el marco de los traslados y acercamientos de presos etarras impulsados por el Gobierno español.
La asociación de familiares de reclusos de la banda terrorista Etxerat ha confirmado a través de un comunicado que Troitiño (Tariego de Cerrato, Palencia, 1957), exmiembro del comando Madrid, detenido por primera vez en 1987 y condenado a más de 2.500 años de cárcel, abandonará “en las próximas horas la prisión” y le ha enviado “un fuerte abrazo” a él y a su familia para acompañarles “en esta complicada situación”.
Etxerat recuerda que Troitiño no forma parte del listado de 17 presos que padecen enfermedades graves, a pesar de lo cual “las extremas condiciones padecidas en prisión y las largas condenas a las que someten a los presos se encuentran en el origen mismo de situaciones como la que ahora debe enfrentar” este recluso.
El juez asegura en el auto que si el progreso al tercer grado del preso dependiese de su historial delictivo y de su evolución desde el punto de vista de la reinserción, “no cabría concederlo” pues esta “no ha sido suficientemente favorable” pero asume que “debe valorarse la clasificación desde el estado de salud del penado”. De esta forma, tiene en cuenta que, según los informes médicos, su estancia en prisión “podría dificultar” el tratamiento paliativo necesario para su enfermedad, razón que se une a su “escasa peligrosidad”.
Instamos, encarecidamente, a que por las mismas razones humanitarias, no nos hagan cruzarnos con él; ni a nosotros ni a sus víctimas.
— Asociación PRO Guardia Civil (@APROGC) January 12, 2021
No sólo los asesinos tienen derechos. #HablandoClaro 🇪🇸https://t.co/Fg6MpXYdMS
La decisión judicial ha recibido la crítica de colectivos como la asociación Pro Guardia Civil, que en un mensaje en las redes sociales insta “encarecidamente” a que “por las mismas razones humanitarias, no nos hagan cruzarnos con él; ni a nosotros ni a sus víctimas”. “No sólo los asesinos tienen derechos”, asegura en Twitter.
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