Un histórico lanchero gallego, detenido en una operación antidroga en Canarias
Cae una potente red, dirigida por croatas, que introducía cocaína en Lanzarote con barcos de recreo
Las fiestas navideñas siempre han sido fechas clave en el calendario de los narcos, que se ven desbordados por una mayor demanda y tienen que trabajar a destajo. Una tradición que también obliga a la Policía a estar alerta. La isla de Lanzarote ha sido esta semana el epicentro de una importante operación en la que cayeron seis integrantes de una potente red de narcos dirigida por individuos de nacionalidad croata que introducía cocaína en el archipiélago canario.
En el operativo, que culminó este sábado, se intervino en Lanzarote un alijo de 268 kilos de cocaína —valorado en más de ocho millones de euros—, uno de los mayores apresado en la isla. Los investigadores creen que este alijo formaba parte de un cargamento mayor, ya que unos 27 kilos aparecieron flotando dentro de una mochila rescatada del mar.
Esta operación conjunta de la Policía Nacional, Guardia Civil y Agencia Tributaria contó con la colaboración de la agencia antidroga de EE UU (DEA). Entre los detenidos figura un histórico lanchero gallego, Emiliano Bermúdez Montero, con amplios antecedentes en el tráfico de cocaína y hachís. Él era el encargado del desembarco de la droga del barco nodriza, fletado por la organización que tenía conexiones con cárteles sudamericanos que les proporcionaban la mercancía de forma habitual.
La investigación de esta red comandada por croatas, aunque todavía ningún miembro de su cúpula ha sido detenido, arrancó a principios de junio, cuando la organización asentada en las Islas Canarias estaba planificando la introducción de una cantidad importante de cocaína en Lanzarote procedente de Sudamérica, utilizando para ello, embarcaciones de recreo. Con informaciones corroboradas por la DEA, se logró identificar la estructura piramidal del grupo, en el que cada uno de sus miembros tenía unas funciones perfectamente encomendadas, según informó el Ministerio del Interior.
La organización contaba con una infraestructura importante de embarcaciones de recreo ubicadas en Tenerife y Lanzarote. La vía de acceso de la mercancía ilícita consistía en el envío del cargamento hasta un punto estratégico ubicado a varias millas cercanas al archipiélago canario. Allí se recogía la mercancía en una embarcación que salía previamente de Tenerife.
Después, tras planificar diferentes coordenadas marinas cerca de las islas de La Graciosa y La Alegranza, con varias embarcaciones tipo zodiac, se realizaban distintos transbordos de la droga para asegurar el transporte de la cocaína en Lanzarote y despistar a la Policía.
Una vez introducida la droga en la costa, la organización la ocultaba en viviendas de lujo para asegurar su ocultación y custodia. En una de ellas, situada en Tías, la Policía montó un dispositivo de vigilancia y detectó la salida de un vehículo conducido por uno de los integrantes de la organización. Una vez inspeccionado se hallaron 95 kilos de cocaína y el conductor fue detenido.
Tras esta primera incautación se realizó la explotación final de la operación efectuándose otras cinco detenciones y practicándose cuatro registros domiciliarios (dos en la isla de Lanzarote y el resto dos en Tenerife). En estos registros se intervinieron otros 146 kilogramos más de cocaína, 9 kilogramos de hachís, así como numeroso material informático y de telecomunicaciones, como un dispositivo de localización GPS y diversos teléfonos. Además, se han intervenido dos vehículos y una embarcación semirrígida
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