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Defensa cede un cuartel abandonado para aliviar la crisis migratoria en Canarias

El Ministerio de Migraciones había intentado infructuosamente hasta ahora valerse de instalaciones militares para acoger inmigrantes en las islas

Desembarco de un grupo de migrantes rescatados el pasado 14 de septiembre, en el puerto de Arguineguín (Gran Canaria).
Desembarco de un grupo de migrantes rescatados el pasado 14 de septiembre, en el puerto de Arguineguín (Gran Canaria).DESIREE MARTIN (AFP)

El Ministerio de Defensa cederá el cuartel de Las Canteras en La Laguna (Tenerife) para la acogida de inmigrantes, según han confirmado fuentes gubernamentales. La gestión de la instalación quedaría en manos de la Secretaría de Estado de Migraciones, que lleva meses intentando habilitar espacios en el archipiélago ante el repunte de pateras que ha sobrepasado la limitada capacidad de alojamiento de las islas. Migraciones ya había solicitado ayuda a Defensa, pero hasta ahora no había recibido una respuesta positiva.

El departamento que dirige Margarita Robles no es partidario de involucrarse en la cuestión migratoria más allá de situaciones de emergencia o puntuales y se ha desvinculado del uso que a partir de ahora tengan las instalaciones. “Nosotros no las utilizamos y las cedemos para usos civiles. No entramos, ni es nuestra función, decidir cuál será ese uso”, indicó una portavoz. Respecto a la duración de la cesión, se limitó a decir que se prolongará “el tiempo que se necesite”.

La decisión de Defensa de ceder el acuartelamiento, aunque lavándose las manos sobre su futuro uso, se produce horas después de que el pleno del Senado aprobara una proposición en la que se instaba al Gobierno, entre otras medidas, a la “habilitación de los espacios que reúnan las condiciones adecuadas para la acogida de los migrantes en infraestructuras que son titularidad del Ministerio de Defensa”. La iniciativa partió de Coalición Canaria, pero se pactó con el PSOE, PP, Ciudadanos y PNV.

El cuartel de Las Canteras está en desuso y su adecuación como centro de acogida requerirá, probablemente, cuantiosas inversiones. El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE), declaró el pasado día 17 septiembre que el cuartel no reúne “condiciones mínimas” para ese uso y reclamó que los inmigrantes se distribuyan por el archipiélago y no se concentren en su municipio. El jefe del Mando de Canarias, Carlos Palacios, había anticipado que, en previsión del aumento de la llegada de pateras, Defensa estaba trabajando “en una serie de instalaciones, como son el cuartel de Las Canteras en La Laguna y el del Matorral en Fuerteventura, para cederlos al Ministerio de Migraciones”.

La crisis de acogida en las islas viene agravándose con cada nueva llegada y Migraciones se ha topado con multitud de obstáculos para aumentar las plazas disponibles: desde la oposición de autoridades locales a acoger migrantes a las trabas burocráticas para el uso de terrenos e inmuebles. A pesar de la experiencia tras la crisis de los cayucos de 2006, cuando llegaron más de 30.000 personas en un solo año, no existe en el archipiélago instalaciones suficientes para gestionar un repunte como el actual, que ha supuesto la llegada de más de 6.000 personas en los últimos nueve meses (seis veces más que en el mismo periodo de 2019).

Tras reactivarse la ruta migratoria hacia Canarias en el último trimestre del año pasado, Migraciones ha tenido que ir improvisando junto a Cruz Roja todo tipo de instalaciones, desde polideportivos a hoteles, mientras trataba sin mucho éxito hasta ahora de contar con espacios más permanentes y adecuados. Las exigencias de la pandemia complicaron aún más la situación y se ha convertido en algo habitual que decenas y hasta centenas de migrantes pernocten al raso durante días en el propio muelle en el que se les desembarca. Actualmente hay cerca de 3.000 plazas de acogida, gracias a la gran capacidad de los hoteles, frente a las 900 que había en enero y las poco más de 70 con las que se contaba en octubre de 2019, tras evidenciarse el repunte de llegadas.

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Las islas además son un embudo porque Interior, convencido de que los traslados a la Península, donde sí hay plazas de acogida, suponen un efecto llamada, solo permite derivar a los migrantes con un salvoconducto que apenas ha concedido a los migrantes con perfiles más vulnerables. Desde el año pasado, solo cerca de 1.000 personas, sobre todo mujeres y niños, han conseguido salir de las islas con esta autorización, según dos fuentes conocedoras de estas derivaciones. Desde el comienzo de la pandemia además no se han realizado deportaciones, aunque Interior ya ha reabierto los CIE para retomarlas.


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