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El PP lleva a Bruselas su guerra contra el Gobierno de Sánchez por Venezuela

La izquierda acusa al partido de Casado de desgastar al Ejecutivo español en la UE

El líder del PP, Pablo Casado, en una reunión por videoconferencia con Juan Guaidó el pasado viernes. En vídeo, Pablo Casado acusa a Podemos de querer "socavar la democracia".Vídeo: EFE / EUROPA PRESS
Lluís Pellicer

El Partido Popular ha hallado en las relaciones de la UE con Venezuela un arma para cargar contra el Gobierno de Pedro Sánchez en Bruselas. El jefe de la diplomacia europea, el socialista Josep Borrell, comparecerá esta semana en la Eurocámara después de que los populares, arropados por Ciudadanos y Vox, lo acusaran de seguir los dictados de Sánchez al mandar una misión comunitaria a Caracas para pedir un aplazamiento de las elecciones. La Comisión Europea rechaza esas afirmaciones y la izquierda europea denuncia una estrategia de desgaste del Ejecutivo español en Bruselas por parte de los populares. La ofensiva por Venezuela se suma a otros intentos anteriores de deslegitimar al Gobierno a cuenta del estado de alarma o de la negociación del fondo de recuperación europeo.

El presidente del PP, Pablo Casado, decía antes de entrar a las reuniones de su familia europea, previas a las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno, que no iba a Bruselas a hablar mal de España. Sin moverse de Madrid, la semana pasada el jefe del PP se reunió con los embajadores de todos los países de la UE acreditados en España. Según el propio partido, en ese encuentro sacó varios de los asuntos que han provocado encontronazos con el Gobierno, como la Monarquía o los planes de recuperación. En la reunión, celebrada en la embajada de Alemania en Madrid, también expuso su rechazo a la misión de la UE en Caracas y advirtió, según el PP, de que “no se puede dialogar” con Maduro.

El viaje diplomático que denuncian los populares se produjo del 22 al 26 de septiembre, cuando dos altos funcionarios comunitarios acudieron a Caracas. Allí se reunieron con miembros del Gobierno de Maduro, los líderes de la oposición y representantes de la sociedad civil, como la Iglesia Católica. Según fuentes comunitarias, Bruselas teme que las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre alejen definitivamente a Venezuela de la comunidad internacional. Estas fuentes razonan que, sin tiempo para organizar una delegación de observación, esos comicios no podrían ser reconocidos y la figura del “presidente encargado” que ahora ocupa Juan Guaidó quedaría en el aire.

Los diplomáticos pidieron más tiempo al régimen de Maduro, aunque este de momento ha respondido que no retrasará los comicios. “No se puede blanquear a un régimen totalitario como el de Maduro ni ir contra la posición de la UE sobre Venezuela”, sostuvo la jefa de filas de los populares españoles en la Eurocámara, Dolors Montserrat en su cuenta de Twitter. Fuentes comunitarias defienden que ese diálogo está avalado por el Grupo Internacional de Contacto, que busca una salida ante la crisis de Venezuela, y por el propio Consejo de ministros de Exteriores de la UE. Y dicen sentirse sorprendidos de que parlamentarios europeos avalen una “línea dura” más propia de la Administración de Donald Trump que de las cancillerías europeas.

Casado se reunió por videoconferencia el pasado viernes con la oposición venezolana. Entre otros asuntos, se abordó el viaje diplomático de la UE y el líder popular cargó contra Borrell por “saltarse el confinamiento democrático del régimen de Maduro”. Previamente, Casado había firmado una carta junto al líder de Vox, Santiago Abascal; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y varios exlíderes latinoamericanos y miembros de la oposición venezolana en la que afeaban a Borrell que actúe como “aliado del Gobierno español” y cargaban contra el PSOE y Podemos.

No es la primera vez que la situación venezolana se debate en el Parlamento Europeo. En lo que va de legislatura, ya habido seis debates y tres resoluciones. Muchos de ellos han sido broncos y protagonizados por diputados españoles. “Es casi una cuestión interna que traen a la Eurocámara”, sostienen fuentes parlamentarias. El pasado mes de febrero, se produjo un debate agitado por el encuentro del ministro de Transportes, José Luis Ábalos y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas.

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La presidenta del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo, Iratxe García, atribuye esa actuación del PP español a su “desaparición” en la Cámara. “En un momento delicado, con prioridades como el plan de recuperación económica, el PP se dedica a atacar al Gobierno de España con el argumento de Venezuela”, sostiene García, quien lo califica de “irresponsable”. El diputado de En Comú Podem y Los Verdes, Ernest Urtasun, señala que el PP está siguiendo una “estrategia de desgaste del Gobierno en Europa”. “Fue bastante vergonzoso la manera como Casado se reunió con los embajadores para decirles que el Gobierno no prepara bien la gestión de los fondos europeos”, añade el diputado, que tacha de “desleal” la actitud de los populares.

La izquierda europea recuerda intentos anteriores del PP español de torpedear la actuación del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Por ejemplo, cuando los populares europeos se alinearon con los halcones para pedir más condicionalidad macroeconómica en los fondos comunitarios o cuando el pasado mes de junio Dolors Montserrat mandó una carta al comisario de Justicia, Didier Reynders, para expresar su “fundada preocupación” ante los “abusos” que, en su opinión, cometió el Gobierno de coalición durante el estado de alarma. Y lejos de amainar, todo apunta a que la tormenta de Venezuela va a ir a más. Fuentes parlamentarias señalan que el próximo mes de noviembre la Comisión de Peticiones, presidida por Montserrat, podría examinar el asunto del viaje de Delcy Rodríguez a Barajas.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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