Los análisis confirman que el cadáver hallado en Ourense es el de Nerea Añel
Las causas del fallecimiento de la joven, desaparecida desde enero, están por determinarse
La búsqueda terminó, seis meses después, a 400 metros de donde se inició. La Guardia Civil confirmó este miércoles que los restos óseos hallados el domingo en la localidad de Barbadás (Ourense) son de Nerea Añel, la joven desaparecida en la zona desde enero. Los investigadores realizan nuevos análisis para esclarecer las circunstancias del fallecimiento de la mujer, que tenía 26 años al momento de su desaparición.
El cadáver de Nerea Añel fue encontrado por dos senderistas que paseaban en la aldea abandonada de Os Muíños. A menos de un kilómetro de ahí está el motel Cancún, desde donde partieron los perros, drones, voluntarios y motoristas encargados de la búsqueda de la joven. El avanzado estado de descomposición del cuerpo retrasó su identificación y tampoco permitió a los agentes aclarar este miércoles si Nerea fue víctima de una muerte violenta, por lo que las investigaciones continúan.
La policía nacional de Ourense dirigió el operativo a finales de febrero. Contó con el apoyo de Protección Civil y de la Axencia Galega de Emerxencias, dependiente de la Xunta. Se veían voluntarios y agentes en una zona en la que normalmente pasean ciclistas y senderistas. Fueron varios días de búsqueda, en cuatro zonas delimitadas en el perímetro del motel, en el que uno de los allegados de Nerea dijo haberla visto por última vez.
Finalmente el rastreo se interrumpió sin dar con la desaparecida. La investigación continuó en los barrios que frecuentaba Nerea, quien tenía problemas con las drogas, pero se estancó con la llegada del estado de alarma en el mes de marzo. Según explicó la madre de la joven, Belén Vázquez Domínguez, a medios locales.
Fue Vázquez quien denunció la desaparición de su hija el 5 de febrero e impulsó la búsqueda. Estuvo con ella en el día de Reyes, pero la última vez que se supo algo de la joven fue el 20 de enero, según relataron fuentes de la investigación. Vázquez narró su odisea a mediados de julio: empapeló los extrarradios de la ciudad de Ourense a pie con carteles, alertó a medios de comunicación y buscó el apoyo de Paco Lobatón, el periodista que preside la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas.
Fue precisamente Lobatón quien le alertó de que su hija no figura en las listas de desaparecidos del Ministerio del Interior y le ayudó a registrarla. Las páginas de redes sociales de la fundación fueron las primeras en confirmar este miércoles que el cuerpo hallado el domingo en Os Muíños pertenecía a la joven desaparecida.
Seis meses después de que se desvaneciera, la madre acudió a la prensa para pedir que la investigación continuase, que “no se olvide”, pidió. Aseguraba que algo malo tenía que haber pasado, porque a pesar de verse poco mantenía un contacto constante con su hija: “Siempre que necesitaba mi ayuda, me llamaba. Siempre”. Para ella, Nerea, que cumplía 27 años pocos días después de su desaparición, siempre sería “su niña”, repetía. Mantuvo la esperanza de encontrarla con vida incluso después del hallazgo de los restos.
Las pruebas para identificar a Nerea fueron realizadas desde el lunes en el laboratorio de criminalística de la Guardia Civil de Madrid. Tras conocer el desenlace de la investigación, Vázquez agradeció, en sus redes sociales, la atención que se dio a la búsqueda de su hija.
Segundo caso en Galicia
Este es el segundo caso de esta naturaleza en Galicia en menos de un mes. El 27 de agosto, un vecino que buscaba unas lindes en la parroquia de A Barqueira, en el municipio de Cerdido (A Coruña), encontró los restos de un cuerpo humano, que más tarde se identificó como el de Yago de la Puente, desaparecido en la zona en julio de 2019. El hallazgo se produjo en un área apartada de las tres viviendas que configuran el núcleo rural. La pista de Yago se perdió en la estación de Cerdido, cuando regresaba en tren del Festival Internacional del Mundo Celta de Ortigueira (A Coruña).
El cuerpo de Yago estaba a 600 metros de donde se había iniciado la búsqueda, pero a pesar de que se realizaron numerosos rastreos por la zona durante los meses inmediatos a su desaparición, no se halló pista alguna del joven. La familia De la Puente lamentó que, en su caso, no se usaran canes, ni drones de búsqueda, ya que aún estaba calificada como desaparición voluntaria.
El padre del muchacho también luchó por que el caso no pasase al olvido: convocó concentraciones y pidió apoyo en redes sociales. Al igual que Vázquez, la madre de Nerea Añel, encontraba solo una palabra para describir su situación: “Agotadora”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.