Iglesias, tras suspender sus vacaciones por amenazas: “Lo que hace a mi familia la extrema derecha es grave”

Mientras crece la polémica por el acoso que está sufriendo la familia de Pablo Iglesias por grupos de extrema derecha, Unidas Podemos denunció la inacción de la fiscalía y de las fuerzas de seguridad pese a las reiteradas denuncias por los ataques diarios frente a la vivienda del vicepresidente primero. Lo hizo a través de Enrique Santiago, diputado de IU, secretario general del PCE y propietario de la casa en Asturias donde intentó descansar la familia Iglesias, que se vio obligada a abandonarla antes de tiempo ante algunas pintadas y la presión en las redes sociales incluso a un restaurante que les sirvió comida y fue acosado. El propio Iglesias reaccionó sin embargo tratando de evitar el victimismo. “Lo que le hace a nuestra familia la extrema derecha y algunos medios es grave, pero hay que poner las cosas en su contexto”, ha explicado. “Hay gente que ha pagado con su libertad, con su vida o con torturas defender sus ideas y hacer política. No es nuestro caso”. “El victimismo no va conmigo. Su odio y sus amenazas no frenarán nuestro trabajo. El ejemplo de la gente corriente, honesta y valiente que no tiene miedo al fascismo es para nosotros la mayor motivación para continuar”, sentencia Iglesias en un breve texto difundido en las redes sociales.

Iglesias y su pareja, la ministra de Igualdad Irene Montero, abandonaron este lunes el municipio asturiano de Felgueras, donde iban a pasar una semana de vacaciones después de que aparecieran mensajes en las redes sociales con la ubicación del lugar en el que se encontraban. El líder de Unidas Podemos también agradece en este mensaje a todas las personas que se han solidarizado con la pareja y que les han ofrecido su casa para descansar, en un movimiento en redes sociales con el hashtag micasaeslatuya. Numerosos políticos también se han solidarizado con el vicepresidente segundo, incluido el presidente, Pedro Sánchez, que trasladó en las redes sociales su “cariño y solidaridad” a los dos ministros. “Rebajar la gravedad de lo ocurrido equivale a normalizar la intimididación y el fascismo. Ninguna democracia ampara el hostigamiento por motivos ideológicos”, ha sentenciado José Luis Ábalos, ministro de Fomento y secretario de organización del PSOE. La ministra de Defensa, Margarita Robles, también se solidarizó, pero lanzó una pulla al propio Iglesias. La ministra dio que ella rechaza “cualquier tipo de escrache” y aseguró que no puede “compartir la opinión de algunos que dicen que son jarabe democrático cuando se hacen a unos y no está bien cuando se hacen a otros”, en referencia a las palabras de Iglesias en 2013.

Enrique Santiago, diputado de Unidas Podemos y dueño de la casa donde intentaron veranear los Iglesias con sus tres hijos, ha asegurado que la familia lleva cuatro meses sufriendo acoso en su domicilio sin que se hayan atendido las “decenas de denuncias” que han interpuesto. “La impunidad es absoluta, la Fiscalía no hace nada”, se ha quejado el diputado durante una entrevista en la cadena SER.

Enrique Santiago, diputado de Unidas Podemos, asegura que la familia ha denunciado que les acosan "decenas de veces"

Un día después de abandonar Asturias, Iglesias ha agradecido a través de las redes sociales a todas las personas que les han dado su apoyo. “Lo que hace a nuestra familia la extrema derecha y ciertos medios es grave, pero hay que poner cada cosa en su contexto. Hay gente que ha pagado con su libertad, con su vida o con torturas defender sus ideas y hacer política. No es nuestro caso. No hay derecho a que mis hijos tengan sufrir las consecuencias del compromiso y las tareas políticas de sus padres, pero hay millares de niños en situaciones mucho más vulnerables. No va conmigo el victimismo”, ha escrito en un mensaje de Facebook. “Su odio y sus amenazas no frenarán nuestro trabajo. El ejemplo de la gente corriente, honesta y valiente que no tiene miedo al fascismo, es para nosotros la mayor motivación para continuar”, ha añadido.

La familia Iglesias-Montero lleva efectivamente varios meses sufriendo a diario el ataque de un grupo pequeño pero persistente de ultraderechistas que les acosan con megáfonos a las afueras de su domicilio y, según sus reiteradas denuncias, les impiden descansar y alteran a sus hijos menores, que escuchan perfectamente las agresiones verbales que vienen del exterior. Tanto Iglesias como Montero han interpuesto sendas denuncias que no logran prosperar. En el caso del vicepresidente segundo, la denuncia se hizo por coacciones, acoso, revelación de secretos y alteración del orden público contra Miguel Frontera, que según el texto presentado por Iglesias desde el 15 de mayo se presenta a diario en su casa y lidera un grupo de hostigadores que le insultan cada día entre las 20.00 y las 22.00.

Para evitar el perímetro de seguridad fijado por la policía ante el acoso a la familia, Frontera, según la denuncia, coloca su vehículo con una potente megafonía en lo alto de un cerro próximo a la vivienda y desde allí a todo volumen les acosa. También coloca a diario carteles como “Irene Montero, ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas”. En otras ocasiones se sube al muro de protección y desde allí graba a la familia, según la denuncia. Frontera, que fue detenido una vez por este acoso, ha seguido adelante después sin problemas a diario con su actitud y se ha convertido en un referente en el mundo de la extrema derecha por estos ataques y ha sido entrevistado en varios programas cercanos a estos grupos.

Irene Montero también ha presentado otra denuncia contra Cristina Gómez, concejal de Vox en Galapagar, donde está la residencia de la familia, en la que le acusa de presentarse también a diario en las afueras de la vivienda animando a la ministra y a su familia a marcharse de España. Todos los protagonistas de este acoso graban y difuden en las redes sociales los ataques, y es precisamente eso lo que las denuncias presentan como prueba, aunque ninguna ha prosperado, como denunciaba Santiago. “No nos rendiremos, Pablo, hasta que te vayas de España no nos vamos a parar”, se escucha decir a la concejal de Vox en plena cacerolada frente a la casa de los Iglesias con un grupo de unas 20 personas. Tras suspender sus vacaciones en Asturias por el acoso sufrido allí, la familia vivió otro nuevo en Galapagar cuando regresó.

Montero también ha publicado en las redes sociales una serie de mensajes en la misma línea que Iglesias. “No hace tanto que por ser de izquierdas, sindicalista, por defender la democracia o por ser homosexual, la extrema derecha te perseguía” (...) No perdemos la perspectiva y seguimos cumpliendo nuestra tarea. Los avances sociales y democráticos siempre tienen enemigos. Frente al odio: justicia social y democracia”, ha escrito Montero en un hilo de Twitter.

Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España, ha explicado que la pareja llegó el pasado viernes, con la idea de pasar una semana de descanso. “El mismo jueves o viernes hubo una filtración que en apariencia venía del hotel en el que se habían alojado los escoltas, que ubicó el concejo”, ha detallado en una entrevista radiofónica. Según el diputado, unos simpatizantes de Vox que residen en el concejo que se encargaron de señalar la casa y el lugar. “No es más que un capítulo del acoso sistemático que la ultraderecha tiene contra esta familia en los últimos cuatro meses. Un caso inusitado y nunca visto en España, un caso permitido por las fuerzas de seguridad y por el poder judicial”, ha valorado.

El diputado ha asegurado que la familia ha interpuesto “innumerables” denuncias. “No se puede estar todo el día denunciando. Es un vicepresidente y una ministra, hay situaciones de acoso, violencia y amenazas que son perseguibles de oficio, pero la Fiscalía no hace nada. Basta ver las redes sociales”, ha relatado. Santiago ha subrayado que las personas encargadas de perseguirles no se ocultan. “Ellas mismas se han sacado fotos (...). La impunidad es absoluta, la Fiscalía no hace nada, los juzgados de Collado Villalba [Madrid], que son los competentes para investigar el acoso en el domicilio, constantemente inadmiten las denuncias”, ha añadido. El acoso a la familia Iglesias sigue así sin ningún tipo de freno legal ni político, no cesó en sus vacaciones en Asturias y continúa a su regreso a Madrid.