La exjefa etarra ‘Anboto’ niega haber ordenado el asesinato del militar por el que es juzgada por primera vez en España
Soledad Iparraguirre asegura que la acusaron porque era la portavoz de los presos de la banda cuando fue encarcelada en Francia
La histórica dirigente de ETA Soledad Iparraguirre, Anboto, ha negado este miércoles en la sesión inaugural de su primer juicio en España haber participado en el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, perpetrado el 22 de diciembre de 1995 en León mediante la colocación de una bomba lapa en los bajos de su vehículo. La terrorista está acusada por ser entonces la máxima responsable de los comandos de la organización terrorista. Anboto ha negado su implicación y ha asegurado que fue acusado de este crimen porque se convirtió en la portavoz del colectivo de los presos de la banda (EPPK en sus siglas en euskera) tras ser detenida en Francia en 2004. El fiscal pide 122 años de prisión para la dirigente etarra por un atentado en el que otro miembro de la organización terrorista, Sergio Polo, ya fue condenado a 110 años de cárcel al ser quien colocó la bomba bajo el asiento del conductor del coche del militar.
Tras cumplir varias condenas en Francia, donde fue detenida en 2004, Anboto fue extraditada a España en 2019 para responder de doce atentados, entre ellos el asesinato del comandante Cortizo. Al juicio ha asistido entre el público uno de los últimos jefes de la banda terrorista, Mikel Albisu, Mikel Antza, pareja de Anboto, con quien tuvo un hijo. Ambos fueron detenidos en Francia en octubre de 2004 y condenados a 20 años de cárcel. Él fue entregado a España en enero de 2019 y quedó inmediatamente en libertad al no tener causas pendientes en España. La exdirigente de ETA, junto con José Antonio Urrutikoetxea, Josu Tenera, fue la encargada de leer el comunicado del 3 de mayo de 2018 con el que la banda armada anunció su “disolución” definitiva.
Según el fiscal, Anboto entregó a Sergio Polo el material explosivo para cometer la acción terrorista que costó la vida al militar y provocó graves heridas a su hija, que le acompañaba en el vehículo. Anboto ha negado tener relación con esta acción. La dirigente etarra ha afirmado que ni la ordenó ni facilitó el material para llevarla a cabo ni dio instrucciones para realizar vigilancias y perpetrarla. A la pregunta de cómo explica que varios detenidos la hayan identificado como la jefa de los comandos legales de ETA [formados por militantes no fichados por la Policía], Anboto se ha limitado a responder que por su “experiencia” esas declaraciones no se hacen de forma “voluntaria”. Ha recordado que hasta 2014 no le comunicaron que estaba acusada de participar en el asesinato del militar, cuando ella ya llevaba 10 años encarcelada en Francia tras su detención.
En la sesión de este miércoles han testificado dos presos de ETA que cumplen diversas condenas, Ibón Etxezarreta Etxaniz y Agustín Almaraz Larrañaga. El fiscal ha recordado a Etxezarreta que, tras ser detenido, declaró que en una reunión en la localidad francesa de Anglet Anboto “riñó” a varios etarras porque llevaban un tiempo sin cometer atentados y que añadió que, tras aquella reprimenda, “se pusieron las pilas”. Sin embargo, en su declaración como testigo de hoy ha asegurado que no recuerda dicho encuentro y que creía que nunca se reunió con Anboto. A Almaraz el fiscal le ha preguntado también por las declaraciones que prestó tras ser arrestado, y en las que dijo que, tras huir a Francia, le visitaron en el piso donde estaba escondido Anboto, como jefa de los denominados comandos legales, y José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, en aquel momento responsable de los llamados comandos ilegales, formado por terroristas fichados por la Policía. Sin embargo, Almaraz ha asegurado no saber quién era Iparraguirre.
También han testificado varios policías nacionales que acudieron al lugar del atentado tras ser perpetrado. Los agentes han recordado que la acción fue cometida en una zona céntrica y concurrida de León y que la explosión causó la muerte del militar, heridas graves a su hija -a la que encontraron gritando junto al coche destrozado-, y lesiones a más personas. El juicio continuará este jueves con las declaraciones periciales sobre el registro del piso del también etarra Sergio Polo en Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), donde se intervino una comunicación interna de la banda firmada por Anboto en la que manifestaba su deseo de un atentado. En el lugar, además de una pistola, explosivos y cinco artefactos listos para ser utilizados, los agentes localizaron un documento titulado “Tupper explosivo” elaborado a ordenador y redactado en castellano con los detalles para fabricar y colocar bombas.
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