La ministra de Exteriores invita a Madrid a su homólogo argelino cuando reabran las fronteras
González Laya evita hablar de migración y de delimitación de aguas con el jefe de la diplomacia argelina
El Ministerio de Exteriores piensa ya en reanudar una de sus labores esenciales, interrumpida por el coronavirus: los viajes de trabajo. La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, planea reunirse con su homólogo argelino, Sabri Boukhadoum, en cuanto se normalice la reapertura de fronteras. La jefa de la diplomacia española invitó al ministro a Madrid durante una conversación telefónica que mantuvieron este jueves, según explican fuentes de Exteriores. En esa conversación se evitó hablar de los dos asuntos más espinosos en la relación bilateral: la inmigración irregular de argelinos hacia las costas andaluzas y el litigio a cuenta de la delimitación de aguas que hizo el país magrebí y que provoca un solapamiento con aguas cercanas a Mallorca.
Argelia es un socio cada vez más importante para España en la denominada vecindad sur. A la enorme dependencia del gas proveniente de ese país —más de la mitad del suministro español— se ha sumado en los últimos meses un fenómeno diferente. Se trata de la creciente llegada de migrantes sin papeles que se embarcan desde el país magrebí. Los argelinos constituyen la primera nacionalidad por número de llegadas a España en lo que va de año, una tendencia que Bruselas observa con preocupación porque supone una intensificación de la actividad de las mafias en esa ruta, antes mucho menos activa.
Aunque las migraciones fueron materia de discusión en la visita que González Laya realizó a Argel poco antes de que prácticamente se cerraran las fronteras por la pandemia, el pasado 4 de marzo, en la charla telefónica de este jueves no hubo referencias a la migración. Tampoco a un asunto que había calentado los ánimos a principios de año pese a que databa de 2018: la delimitación unilateral que hizo Argelia de sus aguas y que incluía algunas pertenecientes al Parque Nacional de Cabrera, al sur de Mallorca.
Fuentes de Exteriores argumentan que la conversación entre los dos ministros se enmarcó en “los contactos regulares con los países amigos de nuestra vecindad inmediata”. La charla se centró en el impacto tanto sanitario como económico de la covid-19, el asunto más recurrente entre mandatarios en los últimos meses. También se refirieron a las tensiones en Libia, que vive un conflicto abierto por el poder entre el llamado Gobierno de Unidad y las fuerzas del general Hafter. La ministra, poco dada a los litigios y a las reclamaciones, ha preferido dejar estos asuntos para un encuentro cara a cara, que previsiblemente se producirá en las próximas semanas.
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