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Nouredine, un yihadista de manual

La Policía detiene en Guadalix (Madrid) a un hombre autoradicalizado con libros sobre técnicas de atropellamientos masivos y degollamientos

Nourendine, llevado por dos agentes el día de su detención, en una imagen de la Policía Nacional
Nourendine, llevado por dos agentes el día de su detención, en una imagen de la Policía Nacional
Patricia Ortega Dolz

Nouredine, un marroquí de 34 años residente desde 2003 en Guadalix de la Sierra (Madrid, 6.200 habitantes), comenzó a acumular manuales yihadistas hace un año aproximadamente. Los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional encontraron en su habitación toda clase de publicaciones sobre técnicas para adquirir un camión sin levantar sospechas para atropellar a peatones, degollar a personas o fabricar explosivos. También tenía juegos para adoctrinar a menores en el odio a las costumbres occidentales. En poco tiempo se había hecho con “gran parte de las publicaciones que difunde el Estado Islámico [ISIS, en sus siglas en inglés] por sus canales y redes de propaganda”, aseguran los investigadores.

Cuando en la madrugada del miércoles, los agentes entraron en la casa en la que vive con sus padres y sus hermanos en Guadalix, ninguno de sus moradores se sorprendió en exceso. “Tras el susto, reconocieron que se lo esperaban”, aseguran fuentes de la investigación, en la que han participado el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y Europol.

Nouredine llevaba años trabajando de albañil en Madrid, adonde iba y venía en transporte público. Nunca fue un chico de muchas amistades ni de salir, según los investigadores, pero tenía una vida virtual muy intensa. “Era un perfecto dominador de la llamada Internet oscura”, aseguran los agentes. “Ahí dentro era un líder y una suerte de espía del Estado Islámico, porque identificaba y señalaba a todos aquellos que se salían de los preceptos de la corriente salafista radical”. Tenía muchos perfiles en redes sociales y de mensajería instantánea, y tomaba muchas medidas de seguridad para evitar ser detectado. Los investigadores detectaron contactos con “individuos del Estado Islámico que se encontraban sobre el terreno”.

Desde hace un año, esa vida oculta, comenzó a tener manifestaciones visibles. “Se rapó la cabeza, se dejó la barba muy larga, comenzó a vestir hábitos blancos de purificación...” En la etapa de confinamiento por la pandemia dejó el trabajo como albañil con una excusa falsa a su jefe. En eso momento, la policía decidió actuar ante la posibilidad de que pudiera atentar: “Es un lobo solitario en toda regla”, aseguran.

Se autodenominaba “hijo del Estado Islámico” y, en los últimos meses, se había centrado en su actividad radical, elevando la agresividad de sus mensajes.

Los investigadores desconocen qué pudo desencadenar su autoradicalicación, porque aunque “rezaba en su casa asiduamente” no era un habitual de las mezquitas. Había sido detenido en varias ocasiones por asuntos de menudeo de droga y por hurtos, aseguran fuentes de la investigación. “Incluso llegó a agredir a un policía en una ocasión, en 2012, en Ávila”, recuerdan.

En sus últimos mensajes “se mofaba de las numerosas víctimas mortales, deseando la propagación del virus y afirmando que se trataba de “un castigo de Alá”; señalaba la nota policial. “Su creciente peligrosidad, junto con las amenazas proferidas en redes sociales contra nuestro país y otras naciones, como Israel y EE UU, precipitaron su detención”, aseguraba la nota.

Ahora está acusado de pertenencia a organización terrorista, autoadoctrinamiento y autocapacitación. La investigación fue dirigida y coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el Juzgado Central de Instrucción número 6, que decretó el viernes su ingreso en prisión.

En los últimos meses, la Comisaría General de Información ha realizado cinco operaciones policiales en las que ha detenido a 11 presuntos yihadistas, algunos de los cuales habían manifestado su disponibilidad para materializar algún tipo de atentado en nuestro país.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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