Interior abre una investigación para averiguar quién filtró los informes de la Guardia Civil sobre el 8-M
El departamento de Grande-Marlaska asegura que se trata de una “información reservada que se activa de manera habitual cuando se producen estos hechos”
El Ministerio del Interior ha abierto una investigación en la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid para tratar de averiguar quién y cómo se filtraron los informes de la Policía Judicial sobre la manifestación del 8-M, dentro de la causa que dirige la juez Carmen Rodríguez Medel en el juzgado número 51 de la capital. La magistrada investiga si existió prevaricación por parte del delegado del Gobierno, José Manuel Franco, al autorizar la marcha feminista durante la fase de expansión del coronavirus en España. La filtración, el pasado 21 de mayo, del primer informe, —que contenía numerosas inexactitudes y distorsionaba declaraciones de testigos para apuntar a las posibles responsabilidades del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, en la propagación de la pandemia— conllevó el cese fulminante (el día 25) del coronel Diego Pérez de los Cobos, hasta entonces al mando de la Comandancia de Madrid.
La razón se conoció una semana después, tras varias justificaciones ofrecidas por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska , que en un primer momento atribuyó la destitución simplemente a una “pérdida de confianza” dentro de una “reconstitución de equipos” más general en su departamento. La divulgación de la nota interna del cese firmada por la directora general del instituto armado, María Gámez, ofreció una versión diferente. El documento justificaba la destitución del coronel al “no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento”. Esa frase, al final del documento, elevó aún más el tono de las críticas contra el ministro del Interior por parte de la oposición, que ha pedido desde el principio la dimisión de Grande-Marlaska al entender que se ha producido un “injerencia” del poder político en una investigación policial que solo debería conocer la juez que la encargó.
La investigación que se abre ahora en la Comandancia de Madrid, tras tomar posesión el sustituto de Pérez de los Cobos, el teniente coronel David Blanes, “es una información reservada que suele activarse de manera habitual cuando se producen filtraciones de este tipo”, aseguran fuentes del Ministerio del Interior. “Es un procedimiento habitual, a iniciativa de la Guardia Civil, ante hechos tan graves como que los informes de la Guardia Civil estuviesen en posesión de medios de comunicación antes de que hubiesen llegado a las partes implicadas en la causa”, señalan las mismas fuentes.
“Los del Servicio de Información están mirándolo todo, realizando copias de seguridad de los ordenadores, mirando teléfonos, revisando documentación...”, aseguran fuentes próximas a la comandancia de Madrid. “Pretenden llevar a cabo una investigación a fondo”, dicen.
El segundo informe del instituto armado incluye correcciones y es más amplio, aunque insiste en la misma tesis del primero: que el Gobierno tenía conocimiento desde muchas semanas antes del peligro de propagación del coronavirus y que, aun así, permitió celebrar la marcha feminista el 8-M. El segundo informe se filtró también “a los 20 minutos de haber sido entregado al juzgado”, el pasado día 1, según fuentes de Interior, que recalcan que el documento entró en la sede judicial a las 17.00 horas y a las 17,21 estaba publicado en el periódico digital Ok Diario, “con marcas de agua y todo”. Fuentes próximas al coronel cesado aseguran que no tiene ningún problema en “que miren e investiguen hasta el fin del mundo”. Las mismas fuentes señalan que Pérez de los Cobos no tienen la menor responsabilidad en la filtración y esperan que así se determine para que sea repuesto en su cargo.
La destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos, que ha anunciado que va a recurrirla por considerarla “ilegal”, ha llevado la crispación política a sus más altas cotas en las dos últimas semanas. Y, al mismo tiempo ha abierto una crisis interna dentro de la Guardia Civil. La dimisión del número dos del cuerpo, el director adjunto operativo (DAO), Laurentino Ceña, una semana antes de jubilarse, puso de relieve la disconformidad con el cese de Pérez de los Cobos. La propuesta de nombramiento del nuevo director general adjunto, el general de brigada Felix Blázquez, conllevó también el relevo del número tres del cuerpo, el llamado mando de operaciones (MOP), el teniente general Fernando Santafé, que no aceptaba estar a las órdenes de alguien con un rango inferior al suyo.
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