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“Llueve, ¡cochino Gobierno!”

El cuarto pleno desde el inicio de la pandemia se ha celebrado sin aplausos por respeto a las víctimas. Eso no obvió las críticas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el Pleno de este miércoles. En vídeo, Sánchez recrimina a Casado que insinúe que el Gobierno está promoviendo la desinformación y los bulos.Vídeo: J. J. Guillés (EP) | Atlas
Elsa García de Blas

El cuarto pleno desde el inicio de la pandemia fue un pleno casi sin aplausos, a petición del presidente del Gobierno, por respeto a las víctimas. Ese silencio confirió al debate un aire dramático, junto a la imagen desangelada que ofrecía el hemiciclo por la presencia de solo 50 diputados de los 350. Pedro Sánchez trató de zafarse de las críticas de todos los portavoces, que le acusaron de innumerables errores, a veces incluso contradictorios entre sí. Se le criticó por abrir demasiado la mano con el confinamiento (lo hizo Gabriel Rufián, portavoz de ERC), a la vez que se le reprochaba que los niños no puedan salir cuanto antes a airearse en parques de juego.

Llueve, ¡cochino Gobierno!

El presidente echó mano de un dicho italiano para quejarse de esa tormenta de culpas. Piove, ¡porco Governo! (Llueve, ¡cochino Gobierno!), dicen los italianos refiriéndose a que al Gobierno tiene la culpa de todo, hasta de llover. Sánchez pidió a los partidos que esperen a conocer los verdaderos datos de todos los países para juzgar la actuación de España. “Un país que no haga test podría afirmar que no tiene ningún caso”, contrapuso. Los líderes de PP y Vox, Pablo Casado y Santiago Abascal, utilizaron como prestigiosa referencia a un instituto australiano, el Institute of Certified Management Accountants de Australia, para sostener que España es el país que peor ha actuado de todo el mundo ante la pandemia.

Churchill, Varoufakis, Maduro y Chávez.

Los venezolanos Nicolás Maduro y Hugo Chávez son un clásico en boca de Vox. También el revolucionario cubano Fidel Castro. Santiago Abascal, el líder de la extrema derecha, insistió este miércoles en estas referencias porque el Gobierno pretende, en su opinión, “convertir a España en una inmensa cárcel chavista”. El líder de Vox se refirió a las residencias de ancianos, especialmente golpeadas con la tragedia de la pandemia, como “auténticos gulags”.

El presidente del PP optó por evocar la referencia griega, para advertir a Sánchez de las consecuencias de tratar de doblar el brazo a los ortodoxos de Europa: “Recuerde a [Yanis] Varoufakis, y cómo acabó [Alexis] Tsipras”. Y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, recordó al estadista británico Winston Churchill para alertar a Sánchez de un mal destino político incluso a pesar de un éxito en la gestión: “Churchill ganó la guerra y dos meses después perdió las elecciones, porque no lo supo comunicar”.

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Este virus lo paramos… separados.

La portavoz de Junts Per Catalunya, Laura Borrás, sorprendió con un lema a contracorriente. “Este virus no lo paramos unidos, sino separados”, proclamó en la tribuna, en contraposición al del Gobierno ante la Covid-19, “Este virus lo paramos unidos”. Borrás aclaró después que se refería al distanciamiento social. Sus palabras, viniendo de un partido independentista, adquirían un evidente doble sentido.

“Esto no es una guerra” y el desembarco de Normandía.

“Esto no es una guerra, es una hecatombe”, proclamó el líder del PP, Pablo Casado, para desmarcarse del lenguaje bélico que suele utilizar el Gobierno para referirse a la lucha contra la pandemia. A renglón seguido, Casado utilizó, no obstante, un paralelismo bélico de la Segunda Guerra Mundial: “En España han muerto por coronavirus más personas que soldados aliados en el desembarco de Normandía".

“Cójanos la mano” (sin guantes).

Ciudadanos lleva semanas tendiendo la mano al Gobierno para pactar las medidas contra la emergencia sanitaria. “Venga con nosotros, cójanos la mano”, subrayó ayer el portavoz parlamentario Edmundo Bal. Esa imagen de darse la mano, encaja, no obstante, con dificultad con el distanciamiento social. Ni Bal ni Sánchez (como prácticamente ningún portavoz) acudieron al Pleno con guantes. Solo llevó mascarilla Laura Borrás, de Junts per Catalunya. Una limpiadora desinfectó la tribuna de oradores y las barandillas.

Contra los expertos “intransigentes”.

No solo fue el Gobierno destinatario de reproches en la gestión. También, gracias al portavoz del PNV, Aitor Esteban, los expertos que asesoran al Ejecutivo. El peneuvista cargó contra “la intransigencia de los expertos que no se quieren pillar ni un solo dedo meñique”, a cuenta de la rectificación de Sánchez sobre el desconfinamiento de los niños. La teoría de Esteban es que fueron los especialistas los que se opusieron a que los menores salgan de casa. “Seguro que dijeron que ni un solo movimiento. Y lo seguirán diciendo”, se quejó.

La fábula de la cigarra y la hormiga.

Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, convirtió en hormigas a los países del norte de Europa refractarios a los coronabonos. “No permita que las pretendidas hormigas vuelvan a despreciar los mecanismos de solidaridad”, pidió Echenique al presidente, tras alertar de que se quiere “imponer la fábula de la cigarra y la hormiga” en Europa.

El minuto de silencio lo convoca el líder del PP.

El Pleno guardó un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus a petición de Pablo Casado, líder del PP, lo que despertó algunas críticas en redes sociales porque no hubiera sido el presidente del Gobierno, o la del Congreso, Meritxell Batet, quienes hubieran convocado antes esa deferencia con los fallecidos. Batet se refirió a las víctimas en su intervención inicial. Casado recibió las condolencias personales desde la tribuna de la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, por la muerte de su tío paterno el martes a consecuencia del virus.

El debate sobre el pelo del presidente.

Pese a la solemnidad que el líder popular quiso dar al debate, otros diputados del PP no siguieron ese tono. El parlamentario Antonio González Terol llamó la atención sobre el corte de pelo del presidente. “Hemos renunciado a algo que no ha renunciado el presidente del Gobierno. Felicítele, porque el corte de pelo que se ha hecho es muy bonito, la pena es que el resto de españoles no nos lo podemos hacer”, se quejó. Recibió un correctivo de la ministra portavoz, María Jesús Montero: “Me parece una broma de mal gusto que se suba usted a esta tribuna a hablar del corte de pelo del presidente”.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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