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Pedro Sánchez viajará por primera vez a Argelia en abril

González Laya y su homólogo argelino aseguran en Argel que no hay conflicto por las fronteras marítimas

El presidente del Congreso, Pedro Sánchez, a su llegada al Congreso.
El presidente del Congreso, Pedro Sánchez, a su llegada al Congreso.Chema Moya (EFE)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará a Argelia el próximo mes de abril. Así lo anunció este miércoles la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que visitó el país magrebí tras dos aplazamientos anteriores. El viaje de Sánchez, con el que el Gobierno quiere transmitir que considera a Argelia un socio estratégico, constituye el primer desplazamiento oficial del presidente a Argel después de haber visitado al otro gran socio magrebí, Marruecos, en 2018. El anuncio se produjo en una comparecencia conjunta en la que González Laya y su homólogo argelino, Sabri Boukhadoum, se esforzaron en exhibir consenso sobre la delimitación de las aguas fronterizas.

Argelia aprobó en 2018 un decreto por el que fijaba la demarcación de sus 200 millas marítimas (370,4 kilómetros) pertenecientes a su zona económica exclusiva. La ley pasó inadvertida en España, a pesar de que esa extensión se solapaba con las aguas del Parque Nacional de Cabrera, en el sur de Mallorca.

La noticia de las aguas volvió a aflorar una semana antes del viaje que tenía previsto emprender a Argelia la ministra el 25 de febrero. González Laya advirtió entonces que no estaba de acuerdo con el decreto. Y añadió: “Al contrario que Marruecos, que solo ha expresado un interés por delimitar sus aguas, Argelia ya presentó su visión de cómo delimitarlas”, agregó. Argelia pospuso la visita de la jefa de la diplomacia española y ahora el mensaje de los dos ministros ha sido de pleno entendimiento.

Durante su visita a Argel, González Laya se ha expresado de forma muy parecida a como lo hizo en Rabat el 24 de enero junto a su homólogo marroquí, Nasser Burita, respecto a la misma cuestión. “Sobre las fronteras marítimas, Argelia y España estamos al 100% de acuerdo. Los dos países tienen derecho a fijar sus fronteras marítimas, según las reglas de Naciones Unidas”, ha señalado. “Y los dos estamos de acuerdo en que cuando haya un solapamiento será necesaria una negociación para llegar a un acuerdo”, ha añadido.

Nada más iniciar la conferencia de prensa, la ministra ha recordado que España ha sido “el primer país de la Unión Europea en felicitar al nuevo presidente [Abdelmayid Tebún] después de su elección”. No es un dato baladí, ya que la legitimidad de las elecciones del 12 de diciembre en las que resultó elegido Tebún, es cuestionada viernes tras viernes por decenas de miles de argelinos que se manifiestan en las calles. Los activistas del llamado Hirak, que en árabe significa movimiento, reclaman un poder civil y no militar. A Tebún lo consideran un hombre de paja, una marioneta de los generales. La ministra añadió: “Cuenten con nuestra disposición para ayudar a este nuevo Gobierno”.

Por su parte el ministro de Exteriores argelino, que fue embajador en Lisboa, dijo en español: “Querría decir para todos los medios de habla española que no hay problema para la delimitación de las fronteras marítimas. Hay voluntad para negociar si en el futuro hay solapamiento. No queremos Cabrera, ni Ibiza, ni Formentera. Nosotros solo queremos el diálogo y la colaboración con nuestros colegas de España. (…) España es un vecino importante y estratégico”.

“No hay conflicto”

Ante la insistencia de una periodista que preguntaba a la ministra, su homólogo argelino interrumpió a la reportera para decir: “No hay conflicto. Por favor, no hay conflicto. Es una negociación y vamos a empezar con las negociaciones. Sin problemas”. La ministra apostilló: “Las negociaciones entre España y Argelia gozan de muy buena salud. Y gozan de muy buena salud en todos sus ámbitos: en el político, en el económico, en el cultural y en lo social”.

“Hay un tema”, prosiguió la ministra, “que es el de la delimitación de las aguas marítimas donde Argelia y España estamos 100% de acuerdo. Sobre dos puntos. Uno: los dos tenemos derecho a fijar nuestras fronteras marítimas. Y tenemos derecho porque así nos lo reconoce la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Pero también los dos estamos de acuerdo en que, cuando hay un solapamiento de agua, como es el caso de España con Argelia, el trazado de la frontera necesitará una negociación. Esa negociación no ha comenzado. Porque ninguno de los dos, por ahora, nos hemos sentado a negociar. Cuando estimemos que es necesario nos sentaremos”.

España y Argelia comparten intereses fundamentales. El país magrebí es el principal suministrador de gas a España, que tiene una gran dependencia energética del exterior. En cuanto a intercambios comerciales, España ocupa en tercer puesto como cliente y como suministrador de Argelia. La migración irregular y la lucha contra el terrorismo completan la lista de dosieres prioritarios para el Gobierno.

Aunque este fue el asunto que más atención suscitó ante la prensa, la ministra y su homólogo argelino también hablaron de migración. Los argelinos constituyeron en 2019 la segunda nacionalidad más numerosa en las llegadas a las costas españolas a través del Mediterráneo (el 17% de los arribados, según datos de Frontex, la agencia de fronteras de la UE). Los dos ministros acordaron mantener el nivel actual de cooperación, que permite a España retornar buena parte de esos migrantes sin perfil de asilados.

La ministra también fue preguntada con relación al Sáhara Occidental. Y se limitó a decir lo que ya contestó en Rabat durante su primera visita oficial a Marruecos: que España defiende “la centralidad de Naciones Unidas” y apoyar “los esfuerzos del secretario general por encontrar una solución en el marco de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.

Fuentes del Frente Polisario subrayaron que la ministra eludió utilizar la palabra “autodeterminación”. Esta es una crítica que la organización saharaui ha efectuado en numerosas ocasiones al Gobierno de Pedro Sánchez, a quien acusa de plegarse a los intereses de Marruecos y adoptar su terminología.

Antes de partir de Argel, González Laya se reunió con el presidente, Abdelmadjid Teboune, que mostró interés en un incremento de las inversiones españolas en Argelia y en que se fomente la enseñanza del español, según fuentes de Exteriores.

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