Cinco sopas frías para sobrevivir al calor
Las frutas y verduras de temporada son productos sabrosos, refrescantes y ricos en agua, justo lo que pide el cuerpo cuando el termómetro aprieta. Pero además de tomarlos en forma de socorrida ensalada, con una batidora también podemos convertirlos en sabrosos platos fríos de cuchara o bebibles
Mantener la hidratación cuando la canícula está en todo su inclemente esplendor es básico para nuestra salud, y además del agua; que debería ser nuestra elección de preferencia como bebida, también podemos hacerlo a través de la comida. Las frutas y verduras de temporada, como el tomate o las cucurbitáceas en forma de pepino, sandía o melón, contienen una gran cantidad de líquido y ofrecen infinitas posibilidades gastronómicas para cualquier comida del día. Hoy proponemos una serie de sopas y cremas frías para salir del -delicioso, pero limitado- dúo de gazpacho y salmorejo, llenas de color para alegrar la mesa y también se sabor, gracias a las hierbas aromáticas, queso, especias, yogur, buen aceite de oliva, vinagre, toques picantes y otros aderezos que acompañan y elevan el sabor de los frutos y hortalizas protagonistas. Dejarlas preparadas en la nevera antes de salir a la playa, la piscina o el trabajo, tiene premio asegurado a la vuelta.
Tomate, albaricoque, queso curado y albahaca
La carnosidad del albaricoque aporta cuerpo a las sopas frías de tomate: unos dados de queso curado, pan soplado para un toque crujiente y trozos de la misma fruta y verdura serán el remate perfecto.
→ Ingredientes. 600 gramos de tomate maduro y carnoso de piel fina, 350 gramos de albaricoques, entre medio y un diente de ajo, 2 ramitas de albahaca, 45 mililitros de aceite de oliva virgen extra, medio litro de agua muy fría, sal, pimienta y vinagre de manzana al gusto, 6 tomates cherri, 60 gramos de queso curado, picos o regañás.
→ Preparación. Para cuatro personas: reservar dos albaricoques para decorar. Deshuesar el resto y pasar a una batidora o robot de cocina. Añadir el tomate sin pedúnculo y troceado, el ajo pelado, el aceite, las hojas de una rama de albahaca, el agua, sal, pimienta y vinagre al gusto. Triturar hasta conseguir una crema fina y enfriar. Servir con los tomates cherri en cuartos, los albaricoques en gajos, el queso en daditos, los picos o regañás y unas hojas de albahaca.
Maíz, pimiento amarillo, feta y lima
Inspirada en los esquites mexicanos, una de las botanas —picoteos— más populares de su comida callejera, esta crema saca el maíz de la ensalada y contrasta su dulzura con el punto ácido del cítrico y el queso salino.
→ Ingredientes. 400 gramos de maíz cocido desgranado, 1 pimiento amarillo, 1 cebolleta, 200 gramos de queso feta, 1 litro de agua muy fría, chile en polvo, zumo de lima y sal al gusto, galletas saladas (opcional).
→ Preparación. Cortar el tallo de la cebolleta y reservar. Pelarla, trocear y pasar a una batidora o robot de cocina. Añadir el pimiento desnervado, sin semillas ni pedúnculo, 150 gramos de queso feta, el agua, la sal —moderada porque el feta ya tiene—, zumo de lima y chile al gusto. Triturar hasta conseguir una textura fina, probar, rectificar el sazón y enfriar un par de horas en la nevera. Rematar al servir con el resto del feta desmigado, rodajitas del tallo de la cebolleta, un gajo de lima, un poco más de chile y, si se quiere, unos trozos de galleta salada.
Remolacha, tomate y cereza
Una crema completamente vegetal con una textura similar a la del salmorejo gracias a la remolacha, que podemos comprar ya cocida para prepararla sin tener que encender el fuego.
→ Ingredientes. 500 gramos de tomates rojos y carnosos, 200 gramos de cerezas maduras, 400 gramos de remolacha cocida, 300 mililitros de agua muy fría, 60 mililitros de aceite de oliva virgen extra, entre medio y un diente de ajo, vinagre de Jerez o manzana, sal y pimienta al gusto, un puñado de picatostes y 2 chiles dulces para emplatar.
→ Preparación. Reservar seis cerezas para decorar, quitar los rabitos al resto y deshuesarlas. Ponerlas en una batidora o robot de cocina, añadir la remolacha troceada, los tomates sin pedúnculo troceados, el ajo, el aceite, el agua, la sal, la pimienta y vinagre al gusto. Triturar hasta conseguir una crema muy fina, enfriar bien y servir con las cerezas reservadas, deshuesadas y troceadas, picatostes y unas rodajas de chile dulce (opcional).
Pepino, judía verde, guisantes, menta y yogur
Con las cantidades de la receta tenemos un plato de cuchara; añadiendo medio litro más de agua y ajustando el aderezo conseguimos una versión aligerada perfecta para beber. Puede hacerse con yogur vegetal, siempre que no sea azucarado.
→ Ingredientes. 300 gramos de judía verde sin puntas, 300 gramos de guisantes, 300 gramos de pepino sin semillas, 2 yogures naturales, 200 mililitros de agua muy fría, 2 ramas de menta, 1 diente de ajo, 60 mililitros de aceite de oliva virgen extra, vinagre de vino blanco o de arroz, sal y pimienta.
→ Preparación. Llevar agua salada a ebullición en una olla. Poner las judías —pueden ser descongeladas—; pasados tres o cuatro minutos desde que arranque el hervor de nuevo, añadir los guisantes. Tres minutos después, añadir el ajo pelado; dos minutos más tarde, sacar todo y enfriar bien con agua helada para cortar la cocción. Escurrir y reservar tres o cuatro judías para decorar. Pasar la verdura y el ajo a una batidora o robot de cocina, añadir un yogur y medio —reservar el resto para emplatar—, el agua, las hojas de una rama de menta, el pepino —dejar un trocito para decorar—, 40 mililitros del aceite, sal, pimienta y vinagre al gusto (de arroz, si se busca un resultado más suave; de vino, si se quiere más ácido). Triturar hasta conseguir una textura muy fina y enfriar bien. Servir con una cucharada de yogur, daditos de pepino, la judía verde laminada, unas hojas de menta, pimienta y un hilo de aceite.
Ajoblanco, tartar de gamba y salmón, aceite picante
El ajoblanco se prepara normalmente solo con almendras crudas; añadirle una parte de almendra tostada no es canónico, pero le da un sabor interesante. En lugar de aceite picante se puede usar la salsa que tengamos más a mano.
→ Ingredientes. 150 gramos de almendras crudas peladas, 100 gramos de almendras tostadas sin piel, 75 gramos de miga de pan, entre medio y un diente de ajo, entre 30 y 60 mililitros de vinagre de Jerez, 150 mililitros de aceite de oliva virgen extra, 1,2 litros de agua muy fría, sal. Para el tartar: 150 gramos de gamba roja pelada, 150 gramos de filete de salmón sin piel, 1 cucharada de alcaparras, sal y aceite picante al gusto.
→ Preparación. Poner las almendras a remojo desde el día anterior en medio litro de agua, en la nevera. Remojar el pan en 200 mililitros de agua fría. Poner en una batidora o robot de cocina las almendras y el pan con su agua, el ajo pelado, un poco de sal y el vinagre. Triturar hasta conseguir una crema fina, seguir batiendo e incorporar el aceite a hilo. Añadir el resto del agua y llevar a la nevera fría hasta obtener el espesor deseado y batir (si se va a tomar bebido, más agua; si se va a tomar como crema con otros ingredientes, menos). Guardar en la nevera y dejar que se enfríe bien. Justo antes de servirlo, preparar el tartar: desvenar las gambas y cortarlas en daditos, cortar también el salmón y las alcaparras, mezclar todo y aliñar con sal y aceite picante al gusto. Servir el ajoblanco en cuatro boles con tartar y, si se quiere, más aceite picante.