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La vida en un rodaje consiste básicamente en esperar. Los simples mortales —actores y actrices secundarios, figurantes, miembros del equipo técnico, periodistas...— suelen hacer lo bajo condiciones a menudo poco apetecibles: soportando 40 grados, aguantando frío, lluvia e intemperie durante horas, deteniendo el tráfico, resolviendo sobre la marcha los mil y un problemas que asaltan a cada poco la producción de una película... Peros los personajes de esta colección de fotografías, dioses y diosas del celuloide y, por tanto, ya con el pasaporte de inmortales en el bolsillo, lo hacían en hoteles o caravanas de lujo, rodeados de amplios séquitos que atendían todas sus necesidades/ caprichos. Luego saltaban a la arena y en cuanto retumbaba el “¡cámara, acción!” hacían estallar su arte interpretativo, aparcando las rencillas y disputas que a menudo mantenían. Marilyn Monroe y su sonrisa de muñeca triste, John Wayne en el vaquero y soldado supremo, Chaplin bailando, Romy Schneider haciendo sufrir al espectador a cada plano, Liz Taylor causando estragos en la Costa Brava... Durante años todos quedaron atrapados por las cámaras de gente como Dennis Stock, Eugene Smith, Inge Mo- rath, Cornell Capa o Elliott Erwitt, otros tantos fotógrafos de la agencia Magnum que no hicieron otra cosa que la ya dicha: saber esperar para, de pronto, irrumpir y crear arte. La foto fija del cine hecha arte. En la fotografía, el rodaje en 1960 de 'Vidas rebeldes' en el desierto de Nevada: uninfierno por el calor y por las malas relaciones entre John Huston y Marilyn Monroe.
9 fotos

La foto fija elevada a categoría de arte

Candilejas, De repente, el último verano, Rebelde sin causa, La tentación vive arriba, Lo importante es amar... Los rodajes de algunas de las películas inolvidables en la historia del cine fueron inmortalizados por algunos de los grandes maestros de la fotografía del siglo XX, enrolados en las filas de la agencia Magnum: Elliott Erwitt, Cornell Capa, Inge Morath, Eugene Smith, Bruce Davidson...

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