Cómo elegir las mejores botas para hacer senderismo
Un calzado adecuado es fundamental para que cualquier caminata sea un éxito. Con estas claves para elegirlo, y ocho ejemplos, acertará seguro
Practicar senderismo aporta una gran cantidad de beneficios psíquicos, físicos e inmunológicos. Los japoneses lo conocen como shinrinyoku (literalmente, “baño en la naturaleza”), y es la medicina preventiva que prescriben los facultativos nipones: un paseo por la naturaleza. La idea surgió cuando los investigadores japoneses observaron que en extensas zonas boscosas del país las tasas de mortalidad por cáncer eran significativamente menores con respecto a las de las zonas urbanas.
Pero para acceder a esos beneficios uno debe prepararse y equiparse adecuadamente. De todo el material que requiere una jornada de caminata, el más importante sin duda es el calzado, dado que será la equipación que mantenga al senderista en contacto con el terreno. Las botas para el senderismo deben cumplir varias funciones: proporcionar un buen agarre, dar estabilidad y amortiguar la pisada, funcionar como escudo a golpes fortuitos contra rocas o raíces, proteger de los elementos climatológicos, deben ser confortables, transpirable y, en la medida de lo posible, ligeras.
Consejos para escoger un buen calzado
Comprar en tienda
Si va a hacerse con su primer par de botas senderistas es mejor que se dirija a una tienda especializada, donde se las podrá probar, andar con ellas por superficies especiales y además recibirá el consejo de profesionales. Si compra su calzado online, procure que sea de la misma marca y el mismo modelo, o la nueva versión, del último modelo que le ha dado buen resultado.
¿Caña alta o caña baja?
Es importante tener en cuenta por dónde planea realizar sus rutas. Si es por senderos bien cuidados y limpios, una zapatilla ligera de caña baja será suficiente, sobre todo si además las jornadas son breves. Pero si planifica rutas por montañas con maleza y terrenos rotos, con rocas, piedras y raíces, necesitará una bota de caña alta que estabilice la pisada en un firme irregular y proteja el pie de posibles golpes hasta por encima del tobillo.
Sujeción y espacio
Cómprese el calzado al final del día, cuando el pie esté más hinchado. La talla ideal debe sujetar el talón, sin que este se mueva en cada pisada, y los dedos deben tener espacio suficiente para cuando el pie se hinche y en los descensos no choquen con la puntera.
Invertir en tecnología
Para climas fríos y húmedos necesitará una membrana impermeable y un forro térmico que mantenga el pie seco, mientras que para climas más cálidos lo importante es que el tejido sea transpirable para que el pie se mantenga fresco.
Marchas cortas o largas
Si va a realizar un viaje de senderismo por la montaña de varios días, cargado con una mochila de varios kilos, quizá le convenga una bota más rígida, con mediasuela de poliuretano que protegerá más al pie en las largas jornadas
Un buen agarre
La suela es muy importante para la seguridad. Debe estar construida en caucho, no excesivamente rígida para evitar resbalones, con tacos que se agarren al terreno pero lo suficientemente separados como para que evacuen el barro pegado. Y el talón debe incorporar un diseño de freno para que el calzado no resbale en descensos pronunciados.
Dominar la lazada y potenciar las prestaciones
Los cordones tienen la función de ajustar el pie a la bota correctamente y que no exista un espacio entre el empeine y el upper. Dominar las distintas formas de atarlos permite liberar de prensión en el empeine o proporcionar más espacio a los dedos. Y una pista más: utilizar unos buenos calcetines especiales para senderismo (sintéticos, no de algodón) mejorará el funcionamiento del calzado.
Ocho ejemplos que garantizan el éxito
1 Amortiguación
Las Escape Thrive Endure de Columbia (160 euros) incorporan una mediasuela Techlite Plus Sole y una estructura de zapatilla Trailrunning que las convierten en la opción ideal para los que van a practicar un hike rápido con el máximo confort y amortiguación.
2 Sin lesiones
Chiruca se ha especializado en largos recorridos. Las Mulhacén 19 Gore-Tex (122,99 euros) están armadas con suela muy ligera y flexible que amortigua la pisada, evitando lesiones en tobillos, rodillas y cadera.
3 Por terrenos abruptos
Las zapatillas Predict Hike Mid GTX de Salomon (180 euros) están diseñadas con tecnología running pero dotadas de la suela Anatomic Decoupling, lo que permite que la zapatilla sea muy flexible para adaptarse y agarrarse al terreno más complicado.
4 Media Distancia
Decathlon dispone de las botas de caña media MH500 (69,99 euros) para rutas de 10 a 20 kilómetros y hasta unos 1.200 metros de desnivel. Perfectamente impermeabilizadas, son la opción perfecta para los senderistas que salen a la montaña un par de veces al mes.
5 Retorno de energía
Las botas Vectiv Exploris Futurelight the The North Face (170 euros) están diseñadas para largas rutas por la montaña con una media suela rocker y agarre SurfaceCTRL que proporciona ultraligereza, comodidad y retorno de energía en cada pisada.
6 Contra el frío
Si busca un calzado muy versátil en la montaña para climas fríos, la bota Monashee ULLR de la marca noruega Helly Hansen (150 euros) proporciona impermeabilidad y cortavientos al 100 %, además de un diseño, comodidad y agarre fantásticos.
7 Una jornada rápida
La tercera generación de botas MQM de Merrell presenta las ligeras botas Moab 3 GTX Mid (165 euros), concebidas para ir veloz por la montaña. Su suela Vibram hace que la agilidad y el agarre sea perfecto.
8 Para correcaminos
Cada vez más senderistas utilizan zapatillas trailrunning para sus rutas por pistas de montaña. Las Trabuco Max de Asics (160euros) proporcionan un agarre perfecto en todos los terrenos, desde suelos sueltos a piedras mojadas o incluso nieve.
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