Templo, tienda y ‘yakiniku’ en Tokio
El músico y productor Riki Rivera nos cuenta algunas de sus mejores anécdotas en la ciudad japonesa
Es gaditano, vive en Madrid y se mueve en Tokio como Pedro por su casa. Riki Rivera, ganador del Goya a la mejor canción original (Niño sin miedo) en 2015, está de gira por España con su último lanzamiento discográfico, titulado Las que nadie quiso. Aquí nos cuenta algunas de sus anécdotas tokiotas.
¿Qué le ha llevado a la capital japonesa tantas veces?
El flamenco: por esa vía conecté con la ciudad. Sobre todo porque allí vive mi amigo el coreógrafo cordobés Benito García, que me invitó a pasar más de un mes en su casa en una ocasión. Fue una gran experiencia porque me enseñó la cultura japonesa a través de la televisión y del día a día. Todo era sorprendente, hasta los electrodomésticos, que son más pequeños por el tamaño reducido de las casas.
Recomiéndenos un plan.
Pues comer yakiniku, que es la variante local de la barbacoa. La brasa está en el centro de la mesa y te van trayendo las carnes crudas para que tú te las hagas a tu gusto y les añadas las salsas que quieras. No sabes bien qué carnes son, pero todas saben riquísimas.
¿Y a la salida?
Puedes ir a ver tiendas al barrio de Akihabara, que es un distrito tecnológico. Hay una tienda de electrónica llamada Yodobashi Camera que tiene nueve plantas y hay muchas otras donde venden muñequitos y gadgets que te dejan impresionado. Después, como antídoto a tanta tecnología hay que ir a un templo. Te los encuentras en distintos barrios: en Shibuya, en Akabane… Ves cómo su tradición espiritual permanece intacta desde hace siglos, con sus monjes y cánticos, que se acompañan con el koto, un instrumento musical de cuerda. En un templo le pedí matrimonio a mi novia con anillo y todo, y el monje que estaba allí se echó a llorar de la emoción.
¿Cuál fue el mayor choque cultural?
Quizá el de comer natto, que en un principio parece queso fundido, pero no tiene nada que ver. Son granos de soja fermentados de olor fuerte, textura pegajosa y sabor agrio. Lo comen incluso para desayunar porque es muy sano.
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