Zaragoza, donde se cruzan los caminos
Un paseo subterráneo por la antigua urbe romana, los arabescos del palacio de la Aljafería y tapeo por los bares del Tubo o La Magdalena. Una ciudad como para no parar
Dicen los aragoneses que todos pasan por Zaragoza pero pocos se detienen en ella. Ciudad fluvial, su situación a orillas del río Ebro y a mitad de camino entre Madrid y Barcelona la convierten en un nudo estratégico del noreste peninsular. Lo mismo que ocurría hace más de 2.000 años, cuando se llamaba Cesaraugusta, la única urbe romana que gozó del privilegio de llevar el nombre completo del primer emperador de Roma.
9.00 Tras la Puerta Cinegia
Fundada en el año 14 antes de Cristo por legionarios licenciados, en el plano de Zaragoza aún se distingue el característico urbanismo romano, definido por el cardus maximus (actual calle de Jaime I) y el decumanus (calles Mayor y Espoz y Mina), perpendicular al anterior. La ciudad estaba rodeada por una muralla, parte de cuyo recorrido —cursus— se corresponde con la calle del Coso. En la plaza de España estaba la Puerta Cinegia, su vía de acceso meridional. Una opción para desayunar es el mercado gastronómico Puerta Cinegia (1), presidido por una estatua del emperador Augusto de 10 metros de altura, que ya ha reabierto. En cambio, ya dentro del casco antiguo, el modernista Gran Café Zaragoza (2) (Alfonso I, 25), la antigua Joyería Aladrén, permanece cerrado por el momento debido a la pandemia. El primer chocolate de Europa se elaboró en el siglo XVI en esta ciudad con las semillas de cacao que envió fray Gerónimo de Aguilar desde México. Una antigua tradición chocolatera que alcanza lo sublime con las tradicionales Frutas de Aragón, que elabora desde 1856 la confitería Fantoba.
10.00 Dos catedrales
A unos cinco minutos a pie se encuentra el Museo Pablo Gargallo (3) (plaza de San Felipe, 3), un palacio del siglo XVII que alberga más de 150 obras del escultor aragonés. La jornada puede continuar después hasta la cercana plaza del Pilar y su famosa basílica (4), con cúpulas pintadas por Goya y La Pilarica, la diminuta estatua de la Virgen del Pilar. Junto al templo está la Lonja (5), de estilo renacentista, y la contigua plaza de la Seo, donde se alza la otra catedral, la del Salvador (La Seo) (6), con su preciosa fachada mudéjar y una importante colección de tapices flamencos. A dos pasos, en el Museo Goya. Colección Ibercaja-Camón Aznar (7) se pueden ver las cuatro series de grabados de Goya.
11.30 Regreso a Cesaraugusta
Las cuatro paradas del Itinerario Caesaraugusta (entrada conjunta, 7 euros) permiten descubrir cómo era la ciudad hace 20 siglos. Bajo la plaza de la Seo, el Museo del Foro (8) muestra el interior de una gran cloaca y restos del mercado y del foro. Todas en el casco histórico, también son muy interesantes los restos de las termas públicas (9); el teatro romano (10), redescubierto en 1972 durante las obras de ampliación de un banco, y el puerto fluvial (11), junto al medieval puente de Piedra.
13.30 Mil opciones para comer
La hora del aperitivo tiene como territorio la animada zona del Tubo (12), el corazón gastronómico de Zaragoza, que tras un año difícil quiere dar la imagen de entorno seguro con una campaña que incluyó el reparto gratuito de mascarillas FFP2. En su web se pueden consultar los locales que ya han abierto y los que siguen cerrados. La oferta actual pasa por los pinchos de setas de El Champi (Libertad, 16; 976 20 46 45), los callos de bacalao de El Balcón del Tubo, las frituras y mariscos de El Hormiguero Azul (Estébanes, 8), las verduras de Casa Lac o las raciones de Bodegas Almau, veterano bar de tapas fundado en 1870.
16.00 Un palacio árabe
Ya fuera del casco viejo, la ruta sigue hasta el renacentista Patio de la Infanta (13) (San Ignacio de Loyola, 16), con una galería de columnas abalaustradas y alegorías sobre el amor y la fortuna. Arquerías lobuladas de estuco y columnas de mármol adornan el palacio de la Aljafería (14), la residencia de verano que Al-Muqtádir, el rey moro de la taifa de Saraqusta, levantó en el siglo XI. Hoy es la sede de las Cortes de Aragón, y se puede visitar previa reserva por internet. Y una pista si se viaja con niños: el Museo del Fuego y los Bomberos (15) (Ramón y Cajal, 32).
18.00 Arquitectura contemporánea
Si dispone de tiempo, puede acercarse hasta el parque de José Antonio Labordeta para ver el Rincón de Goya, de los primeros edificios del movimiento moderno en España, obra de 1927 del arquitecto Fernando García Mercadal. En la margen izquierda del río, la Expo 2008 dejó iconos contemporáneos como la Torre del Agua (16), de Enrique de Teresa; el Pabellón Puente (17), de Zaha Hadid; el Palacio de Congresos (18), de Nieto y Sobejano, y el Acuario Fluvial (19). Otro edificio sorprendente es el del museo IAACC Pablo Serrano (20), una atrevida ampliación en vertical de José Manuel Pérez Latorre sobre la primitiva construcción industrial de Julio Bravo.
21.00 Los sitios de Zaragoza
Durante los Sitios de Zaragoza de 1808, el barrio de La Magdalena actuó como línea defensiva por el Este. Las huellas de los combates con las tropas francesas se pueden ver en la esquina de las calles del Pozo y Doctor Palomar, en la llamada Casa de los Sitios (21). La Magdalena, que vivió épocas de abandono y degradación, se ha recuperado como una de las zonas más modernas y alternativas de la ciudad. La pandemia y el cierre de algunos bares ha obligado a suspender el famoso Juepincho de los jueves, una ruta de cañas y tapas a un precio único de dos euros. También permanece cerrado temporalmente El Plata (22), una antigua sala de variedades en la zona del Tubo convertida en Cabaret Ibérico por el fallecido cineasta Bigas Luna, nacido en Barcelona aunque aragonés de adopción.
Fe de errores. En una versión anterior del texto se decía que el mercado gastronómico Puerta Cinegia estaba temporalmente cerrado por la pandemia y que el Gran Café Zaragoza había abierto cuando es al revés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.