Bodega Iniesta, el descanso de un campeón en La Mancha

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre nos acordaremos siempre porque está asociado al gol con el que España se proclamó campeona mundial de fútbol, Andrés Iniesta posee una bodega con 300 hectáreas de viñedo y un negocio de enoturismo consistente en la gestión de tres casas rurales con cinco habitaciones y un hotelito de ocho dormitorios más a punto de inaugurarse. La sede industrial tiene capacidad para procesar dos millones de kilos de uvas de las variedades macabeo, bobal, graciano y otras con menos tradición en la denominación de origen Manchuela, como la petit verdot, la sauvignon blanc y la chardonnay. Hay que bordearla, en su descomunal estampa, para acceder a las parcelas bajas donde están las tres viviendas enoturísticas con los nombres de dos de sus hijos, Valeria y Paolo Andrea, y una tercera que recuerda el dorsal del jugador durante su etapa como centrocampista del Barça: A.I.8.

El equipo profesional es muy amable, pero su servicio está limitado a las horas laborables comunes. Además de las llaves, a cada huésped se le entrega un mando a distancia para accionar la verja que da salida a la carretera de Fuentealbilla a Villamalea. Aquí no se cocina, a menos que cada cual quiera hacerse algo para cenar en casa. Lo recomendable es ponerse 20 minutos al volante tras haber reservado mesa en el restaurante El Mirador, cuyas espectaculares vistas de Alcalá del Júcar suplen las cortas sensaciones de la oferta gastronómica.

De día cobran más realismo los detalles obviados durante la noche en una cama algo estrecha y espartana. El lugar puede servir para un entrenamiento deportivo, pero no para unas vacaciones enológicas. Ni para estar conectados, por lo mal que llega la señal wifi. Tampoco el baño responde a la categoría esperada cuando se pagan 120 euros por dormir aquí. Se agradece en su lugar la insonorización, porque en tiempo de vendimia la maquinaria trabaja prácticamente las 24 horas. Fiel a su propietario, hay que felicitarse de que la humildad sea santo y seña de la casa, aunque ello signifique soportar unos cosméticos pobretones y una iluminación algo deficiente. Falta orden en el porche que resguarda la entrada, faltan detalles personales del futbolista y, sobre todo, faltan vistas de su viñedo, propósito cuasi iniciático de este viaje.

Todas las habitaciones incluyen: aire acondicionado, cocina totalmente equipada con zona de comedor, TV de pantalla plana y baño privado con ducha, secador de pelo y artículos de aseo gratuitos.

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Desde 120€ por noche en Booking