_
_
_
_
Rutas Urbanas

Universos secretos con mucho arte en Turín

Las casas de la pintora Carol Rama y el arquitecto y diseñador Carlo Mollino se suman a la rica ruta artística de la ciudad italiana

Una de las estancias de la casa de la pintora Carol Rama, ubicada en un palazzo de la ciudad italiana de Turín.
Una de las estancias de la casa de la pintora Carol Rama, ubicada en un palazzo de la ciudad italiana de Turín. Jackie Nickerson
Javier Montes

Es por algo que el centro de gravedad del arte italiano se desplazó a Turín en el siglo XX. Y que Artissima, la principal feria de arte contemporáneo de Italia y punto caliente del circuito internacional, cumpla 25 años también es señal de que sigue siéndolo en el XXI. La cercanía a Alemania, Suiza y Francia, las colosales fortunas industriales turinesas (de la Fiat a Barilla) y una potente burguesía, culta y heredera de la tradición de mecenazgo consustancial a la cultura italiana explican en gran parte el éxito y la proliferación en la ciudad de galerías y centros privados y públicos dedicados al arte actual. El más famoso es el Castello di Rivoli, a media hora del centro, con sus fabulosos interiores barrocos diseñados por Juvara y su colección de arte reciente. Pero merece la pena visitar otras obras como antipasto o plato principal del menú barroco insuperable por el que la ciudad tiene justa fama.

La feria de arte Artissima, en Turín.
La feria de arte Artissima, en Turín.Getty Images

Para los españoles, además, el viaje tiene el aliciente de la sede principal de la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, fundada por la coleccionista y mecenas Patrizia Sandretto en 1995. Está previsto que en 2020 abra sede en Madrid, en una nave de Matadero, una propuesta interesante de colaboración público/privada: la intención es prolongar en España, colaborando con el contexto local, el trabajo en Italia y ayudar a la producción y difusión del trabajo de artistas jóvenes de todo el mundo. A esto se dedica, sobre todo, la sede turinesa, ubicada en el barrio industrial de Borgo San Paolo: un edificio voluntariamente neutro proyectado por Claudio Silvestrin (por algo se ocupó de las sobrias reformas de muchas tiendas de Armani), y que sirve como espacioso contenedor para muestras temporales de los artistas y de un ambicioso programa educativo con visitas y talleres con niños y estudiantes.

Tienda de recuerdos de la Fondazione Sandretto.
Tienda de recuerdos de la Fondazione Sandretto.Bob Sacha (Getty Images)

El barrio, lleno de antiguas fábricas y espacios industriales reformados, tiene mucho interés para hacerse una idea del auge de Turín en el siglo XX como locomotora económica de Italia, y un corto paseo permite acercarse a la Fundación Mario Merz, en las salas apabullantes de la antigua fábrica de coches Lancia. Desde 2005 reúne la obra de Merz, uno de los grandes del arte povera, que nació en Turín precisamente. Alterna la exposición de sus fondos con otras temporales de artistas actuales, y es uno de los numerosos ejemplos de arqueología industrial reconvertida para usos culturales en la ciudad: en las antiguas cocheras de tranvías, la Officine Grandi Riparazioni alberga exposiciones, salas multiusos y bares (recuerda a Matadero).

Castello di Rivoli, en Turín (Italia).
Castello di Rivoli, en Turín (Italia).Bob Sacha (Getty Images)

Y la más famosa es la antigua fábrica de Fiat, apodada Lingotto por su forma de gigantesco rectángulo, que empleó a más de 100.000 obreros y dio nombre a este barrio del extrarradio. La construyó en 1918 Giacomo Matté-Trucco y se estudia como un hito de la primera arquitectura propiamente moderna del siglo XX. Es famosa su pista de carreras ovalada en la azotea, donde se probaban sus modelos nuevos, y las colosales rampas helicoidales por donde los coches ascendían y descendían a la calle una vez fabricados. En 1982, un joven Renzo Piano transformó el mastodonte en desuso en un enorme centro comercial y cultural rodeado de jardines, incluida la Pinacoteca Agnelli en la azotea, con la colección de arte de la familia dueña de Fiat: merece la pena pagar la entrada aunque solo sea por las fabulosas vistas de los Alpes nevados.

Exterior de la casa de Carlo Mollino en Turín.
Exterior de la casa de Carlo Mollino en Turín.Museo Casa Mollino

Carlo Mollino

De lo colosal y lo archifamoso a lo recóndito y lo esotérico: en Turín han sido siempre secretos a voces, muy rumoreadas pero poco conocidas, dos casas particulares legendarias: la de la artista Carol Rama y la del arquitecto Carlo Mollino. Esta última puede visitarse previa cita en su web, y merecería por sí sola el viaje. Mollino (1905- 1973) fue un arquitecto de buena familia, autor de edificios públicos interesantes, y buen ejemplo de la fama de esotérica e imán para magos y nigromantes que siempre ha tenido la ciudad. También fue fotógrafo aficionado, fetichista a tiempo completo y gran conocedor de las tradiciones ocultas de la ciudad.

Una de las estancias del apartamento de Carlo Mollino en Turín.
Una de las estancias del apartamento de Carlo Mollino en Turín.Museo Casa Mollino

En una casa hermosa con vistas al Po se dedicó en absoluto secreto durante sus últimos años a reformar y decorar hasta el último detalle un gran apartamento en el que nadie, ni siquiera él, pasó una sola noche: lo preparó como morada de ultratumba, rodeándose como los faraones egipcios de todas las comodidades que podría necesitar en el más allá. El ambiente es de una perversión sofisticadísima e indefinible, a medio camino entre la casa de citas decadente y los interiores de pesadilla de David Lynch. Inquietante, produce una impresión inolvidable: muebles diseñados por él, paredes de espejo, cabezas de gacelas disecadas, vaciados en yeso de desnudos femeninos sin rostro. En el dormitorio principal las paredes están cubiertas de cuadros de mariposas disecadas que representan las almas de sus infinitas amantes con las que esperaba volver a gozar en la eternidad.

Javier Belloso

Carol Rama

Casi enfrente, en otro gran palazzo está la casa-obra donde vivió la legendaria artista Carol Rama, fallecida en 2015 con casi 100 años, que abarrotó de objetos, esculturas, fotografías y collages llenos de significados ocultos: hasta el bibelot más minúsculo sigue en su posición precisa, y se espera que su gestión pase pronto a manos del Archivio Carol Rama y pueda visitarse. Por ahora, es una experiencia para los pocos afortunados que acepta recibir Pier Giorgio Rama, su amable heredero, pero el libro Il magazzino dell’Anima (Skira) es un fabuloso inventario fotográfico y un aperitivo a su apertura al público.

Javier Montes es autor de Varados en Río (Anagrama).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Montes
Novelista y ensayista. Entre sus libros recientes están 'La radio puesta' (Anagrama, 2024), 'Luz del Fuego' (Anagrama, 2020) y 'El misterioso caso del asesinato del arte moderno' (Wunderkammer, 2020). En 2022 publicó la recopilación de sus textos sobre arte contemporáneo 'Visto y no visto' (Machado Libros). Ganador del Premio Anagrama de Ensayo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_