15 fotosTurismo en 15 rutas de transporte público maravillosasDel tranvía número 28 de Lisboa al ferri de Staten Island en Nueva York, transportes públicos no pensados para el turismo que proporcionan magníficas experiencias viajerasElena Sevillano26 sept 2018 - 19:14CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceHay tres tipos de tranvías en Lisboa: los clásicos amarillos y de madera, de principios del siglo XX (la primera de las cinco líneas que cubren la capital portuguesa data de 1901); los modernos, que parecen trenes y son también amarillos; y los rojos, turísticos y más caros. Los primeros se han convertido en uno de los iconos de la capital portuguesa, y también en una inmejorable manera de conocer los recovecos de su casco histórico, a los que no alcanza el metro. Entre los clásicos tranvías destaca el número 28, que une las estaciones de Martim Moniz y Campo Ourique (en Prazeres) y atraviesa los muy turísticos distritos de Graça, Alfama (en la imagen), Baixa y Estrela. Cuesta 2,9 euros por trayecto si el viajero no tiene ninguna tarjeta de descuento. Más información: www.visitlisboa.comRoberto Moiola (Getty images)Siete horas y 22 paradas (incluyendo la de partida y la de llegada) dura el trayecto entre Oslo y Bergen, que está considerado uno de los viajes en tren más pintorescos del mundo. Los pasajeros atraviesan Hardangervidda, una de las mesetas montañosas más altas de Europa (en la imagen), con un paisaje sencillamente espectacular. Hay cuatro salidas diarias y el precio por trayecto cuesta a partir de 900 coronas noruegas (unos 93 euros). Todos los meses, NSB (Ferrocarriles Noruegos) pone a la venta billetes a bajo precio, llamados minipris. En la estación de Myrdal se puede tomar una de sus ramificaciones, el Tren de Flåm, famoso, turístico, y una de las líneas ferroviarias más empinadas del planeta. Más información: www.nsb.noMarius Ltu (Getty images)Tomar la línea Koltsevaya del Metro de Moscú (conocida también como la marrón, circular o número 5) es pasar por 12 opulentas estaciones construidas en la primera mitad de los años cincuenta del siglo XX, en el momento álgido de la arquitectura estalinista, con vocación de pequeños palacios subterráneos. La de Komsomólskaya luce techo barroco en amarillo claro, con mosaicos y flores, y apuntalado por 68 columnas de mármol blanco; en la de Novoslobódskaya brillan 32 vidrieras; la de Belorusskaya tiene techos blancos con grabados y mosaicos; la de Kíyevskaya, con sus mosaicos conmemorativos de la unión entre Rusia y Ucrania, abrió ya bajo mandato de Kruschev. El billete de un viaje cuesta 55 rublos (0,70 euros). En la imagen, la estación de metro de Komsomolskaya, de la línea Koltsevaya, abierta en 1952. Más información: mosmetro.ru/KIRILL KUDRYAVTSEV (Getty images)La ruta del tranvía 2 de Ámsterdam figura entre las más bonitas del mundo en su clase, según National Geographic. Así que no es extraño que los locales que utilizan este medio de transporte para ir al trabajo o al colegio lo compartan con miles de turistas que disfrutan del recorrido y se maravillan con el continuo cruce de canales. La plaza Museumplein con el Museo Municipal, el de Van Gogh y el Rijksmuseum, la bulliciosa plaza Leidseplein, y, todo el centro, la calle Leidsestraat, el mercado de las flores, Het Spui, hasta el Palacio de Dam y la Estación Central. Un viaje cuesta 3 euros, pero la web de Turismo de Holanda sugiere comprar un billete diario (por 7,50 euros) que permite al viajero subir y bajar del tranvía cuantas veces quiera. Más información: www.amsterdam.infopetekarici (Getty images)El autobús número 69 de París no es turístico pero bien podría serlo, ya que su recorrido, del este al oeste de la ciudad, permite conocer algunos de los lugares más emblemáticos de la capital de Francia. Arranca en los Campos de Marte, junto a la Torre Eiffel, y de allí se dirige a los Inválidos, la Rue de Bac y el Pont Royal (en la imagen), para cruzar el río Sena. El bus acerca al museo del Louvre, a la catedral de Notre Dame y a los barrios de Le Marais y Bastille. También llega al famoso cementerio de Père Lachaise. Hay que tener en cuenta que en sentido inverso cambian algunas paradas, lo que aproxima al viajero al Museo d'Orsay. El billete cuesta 1,90 euros por trayecto, pero hay tarjetas de 10 viajes y pases para moverse libremente en autobús durante uno o más días). Más información: www.ratp.frRenaud Visage (age)Uno se sube a un funicular (cable car) de San Francisco y se imagina a Steve McQueen adelantando como una flecha en su Ford Mustang persiguiendo a los malos por alguna de esas empinadísimas calles. Hoy sobreviven tres de las 23 líneas que llegaron a funcionar en la ciudad californiana, pero, por lo limitado de sus recorridos, son más turísticas que otra cosa. Como recorridos viajeros también destaca el autobús número 37, de Corbett a Twin Peaks, que pasa por Cole Valley, Haight-Ashbury o Buena Vista Heights. Los pasajeros descubren así otra manera de ver el emblemático Golden Gate, disfrutan de unas hermosas vistas de la ciudad y pueden subir y bajar en cualquier punto ya que el autobús se detiene cada dos manzanas (esta línea tiene 50 paradas). El precio, 2,50 dólares (2,15 euros), incluye transbordos durante 90 minutos. Más información: ventdusud (Getty Images)Unos 70.000 pasajeros al día de lunes a viernes (unos 22 millones al año) viajan en este ferry entre el distrito de Staten Island y Manhattan. Este es el último vestigio de todo un sistema de ferris puesto en marcha por la ciudad de Nueva York para la movilidad de sus habitantes antes de que se construyeran los puentes. Y, hoy por hoy, demuestra estar muy vivo, gracias a locales y visitantes que admiran desde su cubierta el puerto y el perfil de la ciudad estadounidense, sus rascacielos, los puentes del Bajo Manhattan, la Estatua de la Libertad, Ellis Island. Todo en una travesía de cinco millas y apenas 25 minutos de duración. El servicio funciona con nueve buques (tres en fin de semana), las 24 horas del día, y es gratuito. Más información: www.siferry.comymgerman (getty images)Existe una alternativa al conocido y lujoso Blue Train (Tren Azul), un hotel de cinco estrellas sobre raíles que une Pretoria, Johannesburgo y Ciudad del Cabo. Es el Trans-Karoo Express, que es como se sigue conociendo coloquialmente a la que actualmente es la sección entre Johannesburgo y Ciudad del Cabo operada por Shosholoza Meyl (una subdivisión de la Agencia de Ferrocarriles de Pasajeros de Sudáfrica). Las comodidades son menores (y las ventanas, demasiado pequeñas, según las críticas de algunos turistas) pero, a cambio, los viajeros conviven con sudafricanos que van y vienen por su país. El trayecto es de 26-27 horas (se pernocta en el tren), y cuesta unos 200 euros. En la imagen, el convoy en Nuwekloof Pass, cerca del valle de Tulbagh. Más información: www.shosholozameyl.co.zaJohann van Tonder (age)Los ascensores funiculares de Valparaíso salvan lo empinado de los cerros de la ciudad chilena conectando su parte alta (donde vive el grueso de la población) con el llamado plan (donde se sitúan el comercio y los edificios públicos). Dieciséis de ellos han sido declarados patrimonio mundial por la Unesco, y hay en marcha un proyecto estatal para restaurarlos. Las obras del de Concepción, el más antiguo (data de 1883) y el más concurrido por vecinos y turistas, finalizan el próximo mes de diciembre; antes, en octubre, lo habrán hecho las del segundo en antigüedad, Cordillera. El Polanco tiene la particularidad de realizar un recorrido vertical, a diferencia del resto, que van sobre rieles por las laderas de los cerros. Subir a ellos cuesta 100 pesos chilenos (0,125 euros). En la imgen, el funicular El Peral. Más información: www.vlpo.clAZAM Jean-Paul (Age)El barco es tan importante como el autobús o el tranvía para los habitantes de Estambul que viven en el lado europeo de la ciudad y han de desplazarse al asiático, o viceversa, atravesando el Bósforo. Hay varios muelles en una y otra parte del estrecho, cada uno con su taquilla para comprar los billetes. Las guías turísticas suelen recomendar los ferris que van de Eminönü, en Europa, hasta Üsküdar, en Asia (zarpan con una periodicidad de 20 minutos), por sus vistas, especialmente impresionantes al atardecer. Estos trayectos cuestan 1,5 liras turcas (0,21 euros) mientras que los barcos turísticos que navegan por el estrecho de Estambul son más caros, aunque también hacen recorridos más largos con paradas en varios puntos y ofrecen información. Más información: howtoistanbul.comSimone Bergamaschi (getty images)De las 25 líneas de vaporetti (autobuses acuáticos) de Venecia, el medio de transporte público típico para moverse por la ciudad italiana a otras islas de la Laguna, la más famosa es la número 1. Esta recorre el Gran Canal durante unos 45 minutos, pasando por todos los palacios. No es una ruta turística pero como si lo fuera, puesto que suele ir llena de viajeros ávidos de toparse con la plaza de San Marcos, el palacio Ca' Rezzonico o el puente Rialto en sus sucesivas paradas. Va de la estación de autobuses de Piazzale Roma hasta la isla de Lido. Eso sí, como casi todo en esta ciudad no es precisamente barata: el billete sencillo (válido durante 75 minutos) cuesta 7,50 euros y permite una pieza de equipaje por pasajero. El Pase de Venecia incluye el transporte público ilimitado por 24, 48 o 72 horas. Más información: actv.avmspa.itRaquel Maria Carbonell Pagola (Getty images)El Z6801 es el único ferrocarril que llega directo a Lhasa, ciudad del Tíbet rodeada por las montañas del Himalaya. Está presurizado y provisto de oxígeno, y sus ventanas tienen filtros ultravioletas para proteger de la radiación solar. Una de las rutas más destacadas es tomar el transtibetano, o tren más alto del mundo, en Xining (provincia china de Qinghai), a una altitud de 2.275 metros, y atravesar, durante 1.972 kilómetros, el vasto paisaje de la meseta tibetana. Un días después se alcanza el destino, a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar. Casi la mitad de su recorrido supera los 4.000 metros de altura y su estación del Paso de la Montaña Tanggula, a 5.068 metros, es la más alta del mundo. El trayecto cuesta 794 yuanes (algo más de 99 euros) en cama blanda (en compartimentos para cuatro pasajeros). Más información: www.chinatibettrain.comTren de Xining a Lhasa (China-Tibet) (Getty images)La Heritage Route 15 (ruta patrimonio 15) de los autobuses de Londres se hace con Routemaster (el típico vehículo inglés de dos pisos). El recorrido une Trafalgar Square y Tower Hill, y sirve para ir al palacio de Whitehall o a la Galería Nacional, la catedral de San Pablo, la Tate Modern, el puente y la torre de Londres o Piccadilly Circus. El viajero puede bajarse en la parada de Aldwych, y muy cerca de ella se encuentran Convent Garden y el Museo del Transporte; o en la de Strand, para conocer la estación de tren de Charing Cross. El precio del billete sencillo es de 1,50 libras (1,68 euros) usando la Oyster Card. Más información: heritageroutes.weebly.comAndrew Parsons - PA Images (getty images)La línea 15 de los autobuses urbanos de Bangkok hace parada en algunos de los puntos de mayor interés turístico de la ciudad, incluyendo el teatro y el estadio nacional, el muelle Tha Phra Athit, el monumento a la Democracia (en la imagen), los templos Golden Mount o Wat Khaek Silom o el mercado nocturno de Patpong. También conduce hasta Khao San Road, la calle mochilera por excelencia de la capital de Tailandia: 500 metros repletos de alojamiento baratos, restaurantes variados, agencias turísticas, clubes y discotecas. Otra de sus paradas está en Asiatique The Riverfront, el enorme mercado nocturno al aire libre a orillas del río Chao Phraya, con espectáculos de boxeo tailandés, cabaret o marionetas. Más información: www.tourismthailand.orgjusthavealook (getty images)La línea de ferrocarril entre Chihuahua y Los Mochis (Sinaloa) se llama Chihuahua-Pacífico pero todo el mundo la conoce como Chepe, acrónimo de sus iniciales, Ch y P. Durante 673 kilómetros, el Chepe Regional atraviesa de punta a punta la Sierra Tarahumara y se adentra en los cañones de las Barrancas del Cobre gracias a 86 túneles y 37 puentes. El billete más económico cuesta 1.891 pesos mexicanos (85,80 euros) y hay opción de bajar hasta en tres estaciones diferentes (y pernoctar mínimo una noche) sin coste adicional. Es el único tren de pasajeros de todo el país que no está pensado para turistas, lo que no quiere decir que muchos no viajen en él. Tanto es así que muchos miembros de las comunidades indígenas del norte se ganan la vida vendiendo comida o refrescos a los viajeros en las paradas. Más información: www.chepe.com.mxGetty images