El ritmo de Belgrado

Su más reciente proyecto musical es Viaja la palabra, con el que además Fran Perea contribuye a la enseñanza del español. El cantante y actor presentó el disco en Serbia en primavera, pues allí es una celebridad gracias a la serie de principios de 2000 Los Serrano.

¿Ya conocía Belgrado?

No, y ha sido una sorpresa enorme. Al ser un país eslavo, se nos olvida que su estilo de vida es muy mediterráneo. Ese fue el primer impacto, ver que la sociedad lleva una vida volcada hacia la calle. Me recordaba a Madrid o Málaga. Además, en Serbia miran mucho a España, les interesa todo lo de aquí.

Y le gustó tanto que regresó…

Sí, la primera fue de promoción con Viaja la palabra. Y la segunda es muy reciente: fui cinco días de conciertos a Belgrado y Novi Sad. Me llamó mucho la atención la cantidad de bandas musicales que hay. En Serbia mantienen algo muy auténtico porque no hay tanto turismo internacional.

Seguro que probó la rakija.

¡Claro! Es un aguardiente de ciruela que beben a todas horas. Pero hay que andarse con cuidado: es muy fuerte y ellos lo toman con el estómago vacío.

¿Fue a comer recetas serbias?

Por supuesto: de mi profesión me encanta disfrutar de la comida en las giras. Probé carne cocinada de muchas maneras: los ćevapi de carne picada a la brasa, diferentes tipos de salchichas y hamburguesas riquísimas.

¿Comió también pescado?

Cocinan una sopa muy rica de pescado de río. La probé en Belgrado, en un restaurante en la confluencia de los ríos Sava y Danubio, frente a la fortaleza Kalemegdan.

¿Le dio tiempo a pasear?

En mi primer viaje visité la fortaleza del parque y recorrí de arriba abajo la calle peatonal Knez Mihailova. Allí está el Instituto Cervantes y es también una zona de mucho ambiente.

Se traería algún recuerdo…

Una placa en cirílico como las de las calles de allí. Y artesanía en cuero, que en Novi Sad la están recuperando los nuevos artesanos.