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17 imprescindibles en San Fermín

Desde los churros de doña Paulina Fernández al Baile de la Alpargata, la fiesta grande de Pamplona ofrece momentos inolvidables

Pañuelos rojos de las fiestas de San Fermín, en Pamplona.
Pañuelos rojos de las fiestas de San Fermín, en Pamplona.Jasper Juinen (Getty Images)

En ningún lugar del mundo el estallido de un simple cohete genera tanto desmadre como el que se lanza el 6 de julio a las 12.00 del mediodía en Pamplona por San Fermín. En total, más de un millón de personas acudirán al encuentro de los cabezudos, txistularis y gigantes, así como de los toros bravos. Aquí arrojamos las propuestas imprescindibles para evitar ser un guiri y por el contrario convertirte, como Hemingway, en embajador de una de las mejores fiestas de Europa, las de San Fermín, las que se viven entre churros, chistorras y charangas: ¡Chis-pún!

El chupinazo en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona.
El chupinazo en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona.Age

1. ¡Al txupinazo sin bota, ni calcetín, ni tópicos!

Lo dicho, todo empieza con un cohete. Una hora antes, 11.00 de la mañana, del día 6 de julio, no cabrá nadie más en la plaza del Ayuntamiento. Todos de rojo y blanco, tensos por lo que traerán los nueve días siguientes de fiesta. Sé valiente, camina por el entorno y contágiate. A las 12.00, con el estallido del cohetico, arrancarán los encuentros, almuerzos y música en la calle. Eso sí, olvídate de los tópicos, “de la bota y del calcetín” de la canción. Luce pañuelo rojo (nada de atárselo antes del cohete), ropa blanca, y déjate llevar por el ritmo alegre de la calle.

2. El toque diario de las dianas

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A las 6.45 de la mañana, la actividad comienza en las calles del Casco Viejo de la ciudad a golpe de orquesta y, a su paso, recoge a los más madrugadores, noctámbulos e inicialmente a los corredores que después conducirán a los toros del corral a la plaza con sus carreras. Un momento genial para comenzar el día.

Fotografia de los San Fermines del fotógrafo Pedro Armestre que ganó el Premio Ortega y Gasset 2014.
Fotografia de los San Fermines del fotógrafo Pedro Armestre que ganó el Premio Ortega y Gasset 2014.Pedro Armestre

3. El encierro desde un balcón

Del día 7 al 14, a las 8.00 de la mañana, todas las miradas están puestas en el encierro. Dos minutos de carrera que encoge el corazón a la ciudad e incluso arranca alguna que otra lágrima de emoción, en especial a aquellos que lo ven desde un balcón. La calle Estafeta es la que cuenta con los mejores miradores, desde los 50 a los 170 euros por persona, donde se puede desayunar con una familia junto a la televisión y asomándote a la calle para apreciar en vivo los nervios, los jadeos, los silencios. Rosa lleva tan sólo cinco años con su balcón en alquiler y ya cuenta con amigos de medio mundo. “Para mí se ha convertido en otra manera de vivir las fiestas”. Desde febrero tiene reservado todos los días. “Ahora bien, como en la tele no se ven en ningún sitio”, reconoce.

El baile de la alpargata, en Pamplona.
El baile de la alpargata, en Pamplona.Pablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

4. Pasodoble en alpargatas

Tras el encierro sigue la música y la fiesta. El día coge el testigo de la noche y todas las familias están de nuevo en la calle en riguroso rojiblanco. La tradición marca el Baile de la Alpargata en el Casino (plaza del Castilo, 44), con música en directo y un desayuno a ritmo de pasodoble. Los que amanecen más despacio necesitan un poco de tregua: van inundando las terrazas de la Plaza del Castillo. Increíble, hay sillas para todos.

Un churro recién hecho de la churrería Mañueta, en Pamplona.
Un churro recién hecho de la churrería Mañueta, en Pamplona.

5. Mañueta, churros con 145 años de historia

A sus 94 años, Paulina Fernández sigue siendo el alma mater de la Churrería Mañueta (Calle Mañueta, 8), y desde las seis de la mañana habrá una larga cola de personas para llevarse los churros artesanos a la boca: leña de haya de Navarra y aceite de oliva. Eso ha convertido este local en toda una referencia de los sanfermines. Eso, y la brasa que por primera vez encendió su abuelo, Juan Fernández Calero, en 1872. Hasta las 11.30 del mediodía tendrás la oportunidad de degustar uno de los sabores de las fiestas.

El baile de los gigantes, en Pamplona.
El baile de los gigantes, en Pamplona.Pablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

6. Gigantes, cabezudos y regreso a la infancia

El baile de los Gigantes acompañados por los cabezudos, kilikis y zaldikos, es otro de los grandes momentos de los sanfermines. Momento marcado en rojo para las familias, hasta una aplicación de móvil te indica el lugar exacto en el que se encuentran, y también momento ingenuo para volver a la infancia, recordar sustos pasados y contagiarte de más ganas de fiesta. Un seguro cubre la rotura de gafas de los más pequeños por los cabezudos. Ya sabes, esto es Navarra, aquí todo es intenso.

Y cuando veas su paso, descifra a qué rey representa cada gigante, de qué continente procede y cuál es el Kiliki que pone rostro al cartel de las fiestas de este año. Te acabarás descargando la aplicación para contagiarte de su alegre fiesta.

7. Cómo ser feliz con un bote de melocotones en almíbar, la tómbola solidaria

La Tómbola es en sí toda una experiencia. Cuenta con 71 años de vida, ha sorteado pisos, generado matrimonios y regalado grandes momentos. Muchos de ellos los están recogiendo ahora en un blog a la vez que sigue sorteando premios desde los 0,80 céntimos de euro que valen los boletos. El dinero va íntegro a Cáritas y la felicidad que genera participar es tan curiosa como la estampa de ver a los premiados caminar por la calle con un bote de melocotones en la mano, un juego de vasos de chupito de colores o un recipiente para escurrir ensaladas. Lleva suelto y apunta alto, quién sabe qué te traerá la tómbola. Estamos en San Fermín.

Los bailarines de San Lorenzo, en Pamplona.
Los bailarines de San Lorenzo, en Pamplona.Pablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

8. A todo esto, el Santo en su capilla

No muy lejos de la tómbola, entre las calles de la parte vieja, San Fermín espera la visita de los pamploneses. En su capilla de la iglesia de San Lorenzo, engalanado con flores, bien merece una visita.

Un pincho en el bar Otano, en Pamplona.
Un pincho en el bar Otano, en Pamplona.

9. Pintxos de txistorra, migas y magras: el almuerzo es parte de la fiesta

La hora del aperitivo: magras con tomate, huevos fritos con patatas, ración de txistorra. Y las barras de pintxos poco tienen que envidiar durante estos días a los de la parte vieja donostiarra. Calles de referencia: Comedias y San Nicolás, sin dejar de pasar por el Gaucho (calle Espoz y Mina, 7), Roch (Comedias, 6), Otano (San Nicolás, 5)... Otra excelente opción es el entorno de la Plaza de Toros, donde se montan grandes terrazas y barras al aire libre como la de La Olla (Avenida Roncesvalles, 2,) . De nuevo, increíble, hay sillas para todos en las terrazas.

Si desea mantel, y la ocasión lo merece, no dude en degustar, previa reserva, los menús diseñados para estos días en el Josetxo (plaza Príncipe de Viana, 1), Europa (Espoz y Mina, 11), la Alhambra (Francisco Bergamin, 7), Casa Manolo (García Castañón, 12) o Rodero (Calle de Emilio Arrieta, 3). Que aproveche.

10. “¡Qué pasa o qué!, ¿agustico?”. Ojo, ya salen las peñas

El momento de los toros, polémicas aparte, ha sido siempre una referencia. A la sombra de la Plaza, los entendidos; al sol, las peñas. Y en la salida, todos esperando ver a las peñas pasar con sus charangas, pancartas y pasión por las fiestas.

Al margen de los toros, las peñas ofrecen la manera más low cost de disfrutar los sanfermines, y son la mejor red social para socializar. Sus sedes están repartidas en torno a las calles Jarauta y Navarrería, y sus puertas están abiertas a todos con precios asequibles (cañas a un euro). Basta con un “Qué pasa o qué” para entablar una conversación que seguro te arrancará más de una sonrisa.

Un evento de la Sociedad Gastronómica Gazteluleku.
Un evento de la Sociedad Gastronómica Gazteluleku.

11. Sorbete de champán con los P.T.V.

El sorbete de champán delata a los de Pamplona de Toda la Vida o PTV, como se conoce a los que lucen con orgullo sus ocho apellidos navarros. La Sociedad Gastronómica Gazteluleku (San Francisco, 1 Bis) cuenta con las reservas necesarias para que nadie se vaya sin probarlo. Más de 15.000 litros preparan cada año y con los calores que anuncian para este año sin duda será otro lugar de referencia. Recuerda también que en las terrazas en torno a la Plaza de Toros siempre hay sillas.

12. Bocadillo, fuegos artificiales y lo que surja

Cae la noche y las familias vuelven a reagruparse. En esta ocasión será otro cohete el que marque el ritmo, el cohete de inicio de los fuegos artificiales. En torno a las 23.00, es el momento de comer un bocadillo y acudir a la Vuelta del Castillo para verlos. Y entre los reflejos de los fuegos, y entre los grupos de familias y amigos, verás de todo: gente que duerme, gente que se ama, gente abierta a lo que surja.

13. Música en directo, conciertos gratuitos y para todos los gustos

Una vez llegada la noche, la música reclama su protagonismo de nuevo. Con diferentes escenarios repartidos por la ciudad (plaza de los Fueros, Compañía, del Castillo, de la Cruz), pondrán sonido a la noche grupos como Columpio Asesino, Skatalites, Lágrimas de Sangre, Gipsy King y músicas de todo el mundo.

El Estruendo, una de las citas de las fiestas de San Fermín de Pamplona.
El Estruendo, una de las citas de las fiestas de San Fermín de Pamplona.Pablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

14. El Estruendo, retumban las calles

De nuevo en la calle, con el apoyo de las peñas, lleno de familias, los sanfermines tienen en El Estruendo un momento muy especial. Está fuera del cartel oficial, se anuncia una vez que han empezado las fiestas pero nadie falla. Y es que en 1964 unas peñas se quedaron sin subvención y decidieron salir a la calle con bombos para reclamar su espacio en las fiestas. Ahora ya es todo un clásico y… habrá que estar atentos. Ni te imaginas la cantidad de bombos que esconde esta ciudad.

La despedida de los sanfermines al ritmo de 'Pobre de mí', en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona.
La despedida de los sanfermines al ritmo de 'Pobre de mí', en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona.Luis Azanza

15. Pobre de mí, entre la alegría y la tristeza

El día 14, a medianoche, terminan las fiestas. De nuevo en la plaza del Ayuntamiento, pañuelo rojo en mano, los mozos y las mozas se despiden de las fiestas al canto del “Pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín”. Felices porque el cuerpo ya pide tregua, tristes por llevar todo un día despidiéndose de las charangas, gigantes, cabezudos, peñas… En esta ocasión también hay que ir con tiempo y merece la pena unirse al coro.

Edifico del museo Oteiza, a las afueras de Pamplona.
Edifico del museo Oteiza, a las afueras de Pamplona.María Galán (Age)

16. Ya que estamos, descubre Navarra

Más de un millón de personas recorren Pamplona a lo largo de los nueve días de fiesta y muchos son los que ya aprovechan para visitar después la zona norte de España. Navarra ofrece una buena oportunidad para encontrar paz rodeados de naturaleza por los vallesde Ulzama, Baztan o Roncal. El Museo de la Fundación Oteiza (Alzuza, Navarra), a pocos kilómetros de la ciudad, es también un atractivo cultural imprescindible.

17. No desfases: lo mejor está en la calle, durante el día

La sensibilidad por unas fiestas inclusivas, pacíficas, sanas y limpias es cada vez mayor. Tanto que no hace falta la presencia policial para que alguien ponga orden a un posible altercado o salida fuera de tono. Lo verás, la verdadera fiesta es de día, en torno a la hora del vermú, en la calle, gratuita y entre amigos. No desfases, que lo mejor sucede de día.

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