Posada El Corcal de Liébana, restaurante y posada junto al río Deva
Un hotel rural en una casona montañesa en Cantabria
A un costado de la carretera que surca el valle del Deva, en el corazón de la Liébana, Adolfo Soberón regenta el mesón Fifo, que alimenta a diario a mucha gente de paso entre Potes y el mar Cantábrico.
Puntuación: 5,5 | |
Arquitectura | 4 |
Decoración | 4 |
Estado de conservación | 8 |
Confortabilidad habitaciones | 5 |
Aseos | 5 |
Ambiente | 5 |
Desayuno | 3 |
Atención | 7 |
Tranquilidad | 8 |
Instalaciones | 5 |
Hace apenas una década se convenció de que esta clientela errante le pedía, sin proclamarlo, un jergón del mismo nivel. Y se dispuso a levantar una posada como Dios manda, que en estos lares no hay otra deidad que la omnisciente arquitectura de estilo montañés con cubierta de tejas a dos aguas, solana de madera con aleros prolongados, cortafuegos de sillería y estragal (portal) en la fachada.
El automovilista lo percibe al primer golpe de vista. O estaciona junto al mesón o desciende con el coche hasta la entrada del hotel para dejar las maletas, en cuyo caso debe regresar a la carretera y utilizar el aparcamiento señalizado en un arcén. Afortunadamente, el trámite de recepción no dura ni un minuto. Para qué perder el tiempo si uno ya viene con la reserva hecha. Detrás de la casa invita a pasar la tarde un jardincito verde con unos sillones de ratán. Otra opción es sacarle partido a la habitación.
Distribuidas en tres plantas, las 14 habitaciones y 2 apartamentos de El Corcal están bien temperadas, lo que es muy de agradecer con el clima fresco y húmedo de la Liébana. No hay ahorro en evitar las humedades en las paredes y los chiflones de aire frío por las rendijas. La hospitalidad de Soberón y su dedicación al oficio hostelero familiar se hace notar en estos detalles, pese a la falta de una botella de agua para pasar la noche y al mal diseño de la ducha, cuya mampara de vidrio es insuficiente para contener el caudal de agua. Otro defecto que corregir es la deficiente iluminación de los cuartos. El Cueto y los apartamentos El Moral y El Doblillo ocupan el primer piso. Arriba se encuentran los denominados La Pasera, La Roja, La Carral, La Fuente, La Panicera, La Tejera, El Regañón, El Chorco y Valdimiores. Y más arriba, El Bú, El Regollino, La Mimbrera y Tres Casas.
Menos hospitalario es el desayuno, en un bufé que soporta aglomeraciones frente al dispensador de café o la vitrina con los productos frescos. Apenas hay cinco mesas, pero el recetario no dista mucho del servido en establecimientos low cost del litoral mediterráneo. La recompensa culinaria llega a la hora de la comida o la cena, donde un cocido lebaniego de los de antes se transforma en un gatillo para el placer del viaje.
Posada El Corcal de Liébana
- Categoría oficial: hotel rural.
- Dirección: carretera General, s/n. Tama, Cantabria.
- Teléfonos: +34 942 73 07 34 y +34 942 73 08 50.
- Web: www.elcorcaldeliebana.es
- Instalaciones: jardín, gimnasio, sauna, bañera de hidromasaje, salón con chimenea y biblioteca, bar, restaurante.
- Habitaciones: 12 dobles, 2 suites, 2 apartamentos.
- Precios: desde 66 euros la habitación doble, desayuno e IVA incluidos.
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