Las playas más cinematográficas del mundo
De Ses Illetes, en Formentera, a la costa de Queensland, en Australia, arenales para cinéfilos
Les invitamos a tomar asiento para una de las proyecciones más refrescantes del verano, con la Caleta de Cádiz como el malecón de La Habana y las espectaculares playas de Baja California, en México, como compañeras de rodaje de Brad Pitt en Troya.
Estas son solo algunas de las zonas costeras más filmadas del mundo, celebrities costeras que os invitamos a descubrir 3, 2, 1… ¡Acción!
1 Playa de la Caleta (Cádiz)
Ha pasado a la historia del cine como uno de los baños más sensuales de la cinematografía: una espectacular Halle Berry emerge de las caribeñas –en la ficción– aguas de Cuba. La realidad es que esta escena –y algunas más de 007: Muere otro día– se rodaron en la Caleta, una de las playas más populares de Cádiz. Situada entre los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, el paseo marítimo que la acota, bordeando la arena, se ha comparado no pocas veces con el famoso malecón de La Habana.
2 Halona Cove (Hawái)
En la punta sureste de Oahu, una de las islas que forman el archipiélago hawaiano, se rodó una de las escenas más románticas y apasionadas de la historia del cine: Burt Lancaster y Debora Kerr fundidos en un beso de arena y sal interminable con una pequeña cala paradisiaca como decorado natural. Se trata de Halona Beach Cove, una playa que no solo ha sido testigo de esta mítica secuencia de De aquí a la eternidad –se la conoce, de hecho, como Eternity Beach–, en ella se rodó también el ataque de las sirenas al capitán Jack Sparrow y a los piratas de Barbanegra en Piratas del Caribe: en mareas misteriosas.
3 Los Cabos (Baja California Sur, México)
México y sus impresionantes paisajes han sido elegidos en cientos de ocasiones para rodar determinadas escenas. Las playas de Los Cabos, en la paradisiaca Baja California, figuraron como costas griegas en Troya. Concretamente, el rodaje se realizó en Cabo San Lucas, localidad ubicada en la punta de esta estilizada península y que por un lado baña el océano Pacífico y por el otro el mar de Cortés. Otra de las localizaciones es el Faro Viejo, rodeado de dunas y con unas panorámicas que lo convierten en uno de los lugares más visitados del Estado mexicano. Está a 240 kilómetros de La Paz, capital de Baja California.
4 Playas de Cabo de Gata (Almería)
“Dejen salir un rodaje antes de entrar con otro”. No sabemos si será una leyenda urbana o no, pero hay quien dice que este mensaje se podía leer en carteles ubicados en playas tan solicitadas del Cabo de Gata como las de Carboneras o el Algarrobico, que se vistió de la ciudad de Áqaba (Jordania) durante el rodaje de Lawrence de Arabia. La playa de Monsul, en el mismo parque natural almeriense, aparece en Indiana Jones y la Última Cruzada –Henry Jones (Sean Connery) cita a Carlomagno tras derriba un caza alemán con la ayuda de su paraguas– o en Las aventuras del barón Münchausen.
5 Zuma Beach (Malibú, Los Ángeles)
Probablemente, uno de los escenas más impactantes que se han filmado jamás es el descubrimiento que realiza el personaje de Charlton Heston en la escena final de El planeta de los simios’; la visión de la cruda realidad. Se tira sobre la arena y grita eso de “Maniáticos, ¡la habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos, maldigo las guerras, os maldigo!” La Estatua de la Libertad (o lo que queda de ella) cierra plano, semi enterrada, en la playa de Zuma, en California. Este arenal es el más grande de Malibú y uno de los más populares en la ciudad de Los Ángeles, donde se mezclan turistas, surferos y alguna que otra celebritie que acude a darse un baño.
6 Martha’s Vineyard (Cape Cod, Estados Unidos)
En la parte sur de Cape Cod, en Massachusetts, en la costa este de Estados Unidos, se encuentra una pequeña isla que hizo pasar mucho miedo a muchos de los que vimos Tiburón por primera vez. En este gran clásico cinematográfico de Steven Spielberg, estrenado en 1975, el islote fue bautizado como Amity, y aunque el éxito de la película lo convirtió en un popular destino vacacional, ya era conocida gracias a la gran residencia familiar del clan Kennedy, en Hyannis Port. Las playas de Cape Cod son de fina arena blanca y especialmente espectacular es la de Joseph Sylvya State Beach, con más de dos kilómetros de longitud.
7 Illetes (Formentera)
Lucía y el Sexo contiene secuencias que hacen reflexionar sobre el paraíso; si este existe realmente no está muy lejos de aquí. Las playas de Illetes, en la zona norte de la isla de Formentera, formaron parte del paisaje de esta película. S’Arenal, Es Caló, Ses Platgetes y Es Cavall d’en Borras son parajes vírgenes de una belleza natural arrebatadora. No se puede llegar a ellas en coche, por lo que resulta muy recomendable –por tierra– alquilar una bicicleta. También se puede llegar hasta Ses Illetes en barco, desde el puerto de La Sabina.
8 Costas de Queensland (Australia)
Si nos apresuramos puede que aún podamos ver en pantalla grande una de las playas de Queensland, en uno de los estrenos de este verano, Infierno azul. Antes que la actriz Blake Lively, pasaron por aquí Johnny Deep para la quinta entrega de la saga Piratas del Caribe o los actores de la bélica La Delgada Línea Roja. Ha sido incluso recreada en el cine de animación, siendo el punto de partida de Buscando a Nemo (islas Whitsundays).
9 Castaway Cay (Bahamas)
Una jovencísima Daryl Hannah se metía en la piel de una sirena que se enamoraba de un también jovencísimo Tom Hanks en 1, 2, 3… ¡Splash!. Ocurría en la minúscula isla de Castaway Cay, en Bahamas. A día de hoy, este trozo de tierra pertenece a Disney, que la ha reconvertido para el uso exclusivo de sus cruceros. El archipiélago de las Bahamas se ha dejado ver en otras superproducciones de Hollywood, como Casino Royale, El Silencio de los Corderos, Cocoon y, cómo no, Piratas del Caribe.
10 West Sands (Escocia)
Otro momento imborrable para los más cinéfilos: jóvenes atletas corriendo la playa de West Sands, en Sant Andrews, en la costa este de Escocia. De fondo, la música de Vangelis como banda sonora (inconfundible) de Carros de fuego, de Hugh Hudson. Tres kilómetros de arena rodeados de dunas que actualmente conforman un espacio protegido al que solo se puede acceder por caminos expresamente señalizados para ello.
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