11 fotos10 pistas imprescindibles en DubáiHipermoderno y lleno de energía, ruta por el pequeño emirato de los récords con propuestas para sibaritas y comidistas, e incluso una escapada sin riesgos por el desiertoLonely Planet24 mar 2016 - 00:00CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceHito de la arquitectura y la ingeniería, el edificio Burj Khalifa (828 metros y 163 plantas) es el más alto del mundo. Cuanta con dos plataformas de observación (pisos 124 y 148) el restaurate-bar más elevado del planeta, el At.mosphere, en la planta 122.Tom Lau/gettyEl complejo Madinat Jumeirah (en la foto) es una interpretación contemporánea de una aldea tradicional árabe, con su zoco, sus villas de color arena con torres de viento, tiendas y restaurantes. Todo entre fotogénicos canales al estilo veneciano bordeados de palmeras por los que dar un paseo en abra, barca de madera tradicional.Amanda Hall/CorbisEn el llamado zoco del oro no podría haber otra cosa; es justo lo que esperamos: un caótico laberinto lleno de resplandecientes joyas y gemas bajo un techo de celosía de madera que remite al ambiente de 'Las mil y una noches'. Incluso aquí se expone (frente a la joyería Kanz) el anillo de oro más grande y pesado del mundo: 21 quilates y 64 kilos, valorado en tres millones de dólares (más de dos millones y medio de euros).SCOTT E. BARBOUR/GETTYSímbolo de los años de prosperidad de Dubái, la silueta del emblemático hotel Burj Al Arab (en la foto), que evoca la vela de un 'dhow', barco árabe tradicional, representa el summun de la experiencia de lujo. Levantado en una isla artificial, tiene su propio helipuerto y una flota de limusinas Rolls Royce con chófer a su disposición.JOSEPH PLOTZ/GETTYPara comprender la curiosa (y reciente) historia del país, merece la pena visitar el Museo de Dubái, instalado en el fuerte Al Fahidi, la estructura más antigua de la ciudad. Ofrece una excelente visión de la transformación estratosférica que ha experimentado Dubái en pocos años: de una perdida aldea beduina a un centro mundial del comercio y el turismo.AMAR GROVER/GETTYLejos del ruido del tráfico, las laberínticas calles de Al Fahidi, el barrio histórico de Dubái, conocido como Bastakia, albergan tiendas de artesanía, exposiciones, cafés con terraza, galerías de arte y dos hoteles 'boutique'. Podemos tomarnos un delicioso expreso en el Museo del Café, o atrevernos con una hamburguesa de camello en la Local House.MATILDE GATTONI/CORBISEl Dubai Mall tiene 1.200 tiendas, pero es mucho más que un gigantesco centro comercial; es una forma de vivir y, para los visitantes, una oportunidad de entender a los dubaitíes entre atracciones de todo tipo: desde un acuario gigante hasta un parque temático a cubierto con un enorme esqueleto de dinosaurio.BRUNO MORANDI/GETTYPara sentirse como un dubaití hay que seguir sus costumbres y sus tradiciones locales. Una de ellas es juntarse con los amigos en el 'brunch' de los viernes. Hay mucho donde elegir. Uno de los destacados es el del hotel Al Qasr, tan grande y variado (champán y sushi incluidos), que a los clientes se les da un plano para ayudarles a escoger. En el Onshore Social, el 'brunch' del club Zero Gravity (en la foto), piensan en los trasnochadores: sirven el desayuno más tardío en el club de playa, desde las 15.00.0-GRAVITY.AEDeira es uno de los barrios más antiguos y carismáticos del emirato, nada que ver con los rascacielos del Dubái moderno. Lo mejor son sus mercados (de oro, de especias, de perfumes, de pescado e incluso de productos agrícolas), conformados por una maraña de estrechas calles llenas de sonidos y olores que cobran vida al atardecer.gettyRascacielos y centros comerciales pueden hacernos olvidar que Dubáis está rodeado por uno de los desiertos más rigurosos del mundo; hasta hace muy pocos años aquí solo había tribus beduinas. Con tiempo, lo mejor es recorrerlo en camello o durante un safari de varios días en todoterreno (agencias como Arabian Adventures ofrecen circuitos guiados), con cena en un campamento beduino bajo las estrellas incluida.JUERGEN STUMPE/GETTY