Sueños eléctricos en Zagreb
La capital croata reivindica al ídolo nacional Nikola Tesla, el visionario que concibió la corriente alterna. El diseño brilla en una ruta por las calles de esta tranquila ciudad que orbita alrededor del gran parque Maksimir
Una ciudad que fue concebida en torno a un gran parque en forma de herradura y tiene uno de los bosques urbanos más grandes de toda Europa del sur, Maksimir Park (1, pinche sobre el número para ver el mapa ampliado) con más de 300 hectáreas, es una ciudad que amanece de manera diferente. Con vecinos así de relajados la vida camina a otro ritmo en la capital de Croacia. Zagreb es una urbe de 790.000 habitantes, feliz en sus posturas y ansiosa de coger ritmo en vanguardias desde que finalizara la guerra de Bosnia hace 20 años. Un conflicto que apenas causó mella en la ciudad, y que sirvió para tomar impulso y para que se comenzasen a limpiar las fachadas para mostrar su pasado medieval y austrohúngaro.
9.00 Recuerdos ‘art nouveau’
El Hotel 9 (2), en pleno centro de la capital (Avenija Marina Drzica, 9; www.hotel9.hr), es uno de los establecimientos hoteleros recomendables de la ciudad, con sus habitaciones con fotos de Frank Sinatra en las paredes. Desde aquí vamos a descubrir lo contemporáneo de Zagreb, que se mezcla con la historia de personajes ilustres que siguen marcando la historia croata. La ciudad fue a mediados de los años veinte del siglo pasado parada ilustre del Orient Express, y el famoso hotel de lujo Esplanade (3) (Mihanoviceva ul., 1) sigue hoy intacto para huéspedes que buscan ese esplendor art nouveau o para tardes abrigadas de té.
10.00 Aerosol como bienvenida
Slavoljub Penkala (1871-1922) fue, además del inventor de la pluma estilográfica de tinta sólida y el bolígrafo, un ilustre vecino de Zagreb que marcó la idiosincrasia de esta urbe. De ahí viene en parte el apoyo municipal hacia todo aquello que tenga que ver con la literatura y las vanguardias. Y el arte urbano se cuela entre ambas. Un gran mural en la calle Branimirova (4), de más de 300 metros, recibe a los visitantes en su entrada a la ciudad. Artistas urbanos croatas se rifan por pintar aquí sus obras, renovadas cada cierto tiempo, en lo que es uno de los grandes espacios de grafiti de Europa. Al igual que el colectivo Pimp My Pump, que con apoyo también del Gobierno municipal interviene artísticamente en antiguas bombas de agua del siglo XIX.
11.30 Civilización eléctrica
Siguiendo el rastro de esas bombas de agua pintadas por artistas contemporáneos, nos hemos topado con el mayor mercado de antigüedades de la ciudad, en la plaza Britanski Trg (5). Un cúmulo de recuerdos socialistas, objetos vintage con precios de los años noventa y biografías de los grandes héroes croatas, desde el Mariscal Tito a Nikola Tesla (1856-1943), el célebre ciudadano croata de origen serbio inventor de la corriente alterna y las telecomunicaciones (nació en Smiljan, un pueblecito de las montañas, en la época del Imperio Austrohúngaro). En el Tehnicki Muzej (6), el Museo Técnico de Zagreb (calle Savska Cesta, 18; tehnicki-muzej.hr), hay muchos de sus objetos y hasta una simulación de su laboratorio. Tesla es un icono nacional, hoy considerado un precursor visionario de las nuevas tecnologías y protagonista de la llamada civilización eléctrica; y aquí saben alzarlo bien alto, pese a que murió en 1943 nacionalizado estadounidense.
13.30 El futbolista Boban y sus recetas
Con el aroma del strukli, el pastel de queso gratinado tradicional de Croacia, nos adentramos en el restaurante Vinodol (7) (Nikole Tesle, 10; www.vinodol-zg.hr). Es el espacio gastronómico del que más hemos oído hablar en Zagreb, con templos abovedados y en plena zona comercial. Su jardín vertical nos acompaña junto a una sopa de setas y unos rollitos de solomillo de cerdo con salsa de ciruelas secas. En Zagreb se come rico y a buen precio, y los restaurantes ya han sabido del éxito de la nueva cocina europea y hacia ella caminan. De hecho, en la restauración han refugiado sus fortunas los jugadores de fútbol croatas que han pasado por los grandes clubes europeos, como Zvonimir Boban, ex del Milan, que ha marcado otro gol con su restaurante italiano Boban (8) (Gajeva ul., 9; www.boban.hr), todo un referente social en la ciudad.
15.30 Homenaje a los libros y al café
Repletos de sabores croatas, buscamos un lugar donde hacer honor a uno de los deportes nacionales: tomar café. “Podremos comer de pie y rápido, pero no hay croata que perdone un café con un amigo cada día sentados frente a una mesa”, nos cuentan. Y es el café K&K Milcec (9) (Jurisiceva, 5) el elegido, un local que hace homenaje a los libros —knijga, en croata— y al café —kava— de Zagreb. Y es lo que vemos en sus paredes, fotografías de ilustres literatos y periodistas en un local ecléctico donde se escucha música crooner y los bohemios de la ciudad se dan codazos por tomar asiento en su segundo piso con balcón a la entrada. Hoy la escasa comunidad hipster de la ciudad lo tiene de guarida.
16.30 Diseño sin pasado
Los mismos estudiantes de diseño que charlan animosamente en los cafés del centro tampoco faltan en el Croatian Design Superstore (10) (Marticeva, 4; croatiandesignsuperstore.com), el primer multiespacio dedicado al diseño industrial del país. Café, tienda y estudio de diseño, este local acoge espacios para la moda, muebles, cerámicas, bisutería y envoltorios gastronómicos originales con el sello de jóvenes croatas.
17.30 Ceramistas y artesanos del fieltro
Seguimos buscando huellas de diseño y creación en Zagreb, y nos vamos a la calle Radiceva para descubrir a los jóvenes diseñadores croatas que allí han abierto sus tiendas. Estos creadores tienen también de vecinos a los nuevos joyeros de la ciudad, que han descubierto un nuevo filón en el coral del Adriático como elemento precioso con el que trabajar y diferenciarse. Lapidarium (11) (www.lapidarium.eu), en el número 10 de esta calle, son joyeros de autor y se lucen hasta en los escaparates. Un poco más adelante está Galerija LINK (12) (Radiceva, 27), otro espacio de jóvenes creadores croatas donde la cerámica y el fieltro se trabajan por igual y se encuentran de nuevo homenajes en estampados y objetos a Slavoljub Penkala, el citado inventor de la estilográfica. El círculo se cierra, y en Zagreb parece, y ojalá sea así, que no hay rencor con respecto a los conflictos del pasado reciente.
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