Helsinki, año Sibelius

Quienes visiten Helsinki este año se toparán por todas partes con el grabado de un señor con mostacho, pajarita, canotier en una mano y en la otra una copa de champán. Y una tremenda cara de felicidad. Es Jean Sibelius. El finlandés más conocido (si no el único conocido) en todo el mundo. Lo que se celebra es el 150 aniversario de su nacimiento. Sibelius, uno de los grandes compositores de todos los tiempos, vivió los días apasionantes en que artistas e intelectuales luchaban por la independencia de su país del Imperio ruso. Esta se consiguió con la caída de los zares, en 1917. El poema sinfónico Finlandia de Sibelius no es el himno oficial del país, pero como si lo fuera. Y desde luego es una de las propinas o encores más socorridas en conciertos. El Año Sibelius no solo se festeja en Helsinki, toda Finlandia hierve en celebraciones. Sobre todo los lugares más próximos al compositor. Estos que siguen son algunos.

01 Una ciudad olímpica

Hämeenlinna es una ciudad más fácil de vivir que de pronunciar. Está asentada sobre un laberinto lacustre y presidida por un castillo (linna), como su propio nombre indica. Aquí nació Jean Sibelius en diciembre de 1865. En una casita de madera al estilo ruso. Esa casa es ahora un santuario y museo: allí están su cuna, sus objetos, fotos, instrumentos... El padre, que era el médico del pueblo, murió por un contagio a los tres años de nacer Jean. La familia se tuvo que mudar a otra vivienda en la que ahora se llama Sibeliuksenkatu (calle Sibelius), frente a un parque que también lleva su nombre, con una enorme estatua del músico. La escuela donde cursó sus primeros estudios está al lado. Muy cerca también se encuentra el Sibelius Center, una especie de bazar donde los artesanos locales venden todo lo imaginable con la marca Sibelius. En el castillo se alojan un par de museos.

A la salida de la población, siguiendo la orilla del lago, se encuentran las colinas de Aulanko, cuyo paisaje inspiró al músico su Finlandia, según propia confesión. Allí, en los años treinta, se construyó un hotel en el más puro estilo funcionalista que sirvió para acoger a los atletas de los Juegos Olímpicos de 1952, durante los que la ciudad fue sede para las pruebas de pentatlón.

02 Hogar, dulce hogar

Sibelius, ya famoso y viajado por América, se hizo construir una villa en el campo a orillas del lago Tuusula, a unos cuarenta kilómetros de Helsinki y con el tren al lado. Estaba casado con Aino Järnefelt, así que llamaron a la casa Ainola. Allí vivieron hasta su muerte, con sus cinco hijas y dos sirvientas que eran como de la familia. Ainola es otro santuario nacional para los finlandeses, y para melómanos de todo el mundo (se abrió como museo hace más de cuarenta años). La casa está construida toda en madera, al estilo finlandés, en medio de un extenso jardín. Su interior se muestra tal cual lo dejó la familia, con sus fotos y cachivaches. Allí compuso Sibelius la mayor parte de su obra y pasó sus últimos veinte años dando vueltas a una Octava sinfonía que fuera digna del éxito de la Séptima. Pero la Octava no existe. Entre sus papeles solo se encontraron esbozos para diez minutos de música, del total de una hora prevista. Aino, por su parte, se ocupaba del jardín y de un pequeño huerto. Jean murió en 1957, con 91 años. Aino fallecería doce años después. Ambos están enterrados en el jardín, a la sombra de un abedul, bajo una losa de granito donde nunca faltan flores frescas.

03 Colonia de artistas

Las orillas del lago Tuusula se convirtieron en un vivero de artistas y escritores de la llamada Edad de Oro finlandesa. Los Sibelius vinieron porque aquí tenía su taller el hermano de Aino, Eero Järnefelt, pintor, que fue quien les persuadió. Otro pintor, Pekka Halonen, el más importante de esa generación, se hizo construir una casa de troncos en Halosenniemi, cerca de los Sibelius, los cuales visitaban con frecuencia al pintor y su mujer Maija (no sin envidia: la casa del pintor es mucho mejor que la del músico). La casa-taller se conserva tal cual, con decenas de cuadros de Halonen. También se pueden visitar las casas Erkkola, del poeta Erkko (a cuyos versos puso música Sibelius) y Ahola, del escritor Jahani Aho y su mujer, la pintora Venny Solden Brofeldt. Esta casa se halla a las afueras de Järvenpää, un pueblecito delicioso en cuyo museo se puede ver (hasta primeros de octubre) una exposición dedicada a Aino; muy reivindicativa: una especie de ilustración del dicho de que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer.

04 La región de los lagos

A unos ochenta kilómetros de este auténtico avispero intelectual se encuentra Lahti, en la llamada región de los mil lagos (aunque, en realidad, son 187.000 los lagos finlandeses, casi todos aquí). En Lahti pasó algunos veranos la familia Sibelius, pescando en el bucólico lago Vesijärvi. Junto a la orilla había una fábrica de muebles, construida en ladrillo, que se ha transformado en el espectacular Sibelius Hall, ganador de varios premios de arquitectura. Allí se celebra anualmente, a finales de septiembre, el Sibelius Festival, con una orquesta sinfónica local especializada en el músico que ha editado su obra completa en 65 CD. Pero sin duda, la ciudad más encantadora de esta región de Saimaa es Savonlinna, en cuyo castillo medieval, que parece flotar sobre un lago, se celebra uno de los festivales de ópera más prestigiosos del mundo.

05 Helsinki, capital musical

Sibelius vino a estudiar a Helsinki en 1885. En la capital maduró como hombre y como artista, se casó, triunfó. En el Ayuntamiento, junto al muelle, puede verse la exposición El mundo de Jean Sibelius (gratis, hasta mediados de septiembre). Son muchos, claro está, los enclaves urbanos relacionados con el músico. Algunos imprescindibles; como el Hotel Kämp, donde se alojaba en sus escapadas desde Ainola (a veces semanas enteras, para desesperación de Aino). Casi enfrente está el Teatro Sueco, donde debutó con música incidental y en cuyo foyer discutían los intelectuales. Y más abajo, en el paseo Esplanadi, el Kappeli, restaurante de lujo donde se fumaba sus buenos puros (este año jubilar ofrecen un menú Sibelius).

Cerca de un apartamento donde vivió pusieron su nombre a un parque y en él se instaló un monumento al músico que causó polémica por lo abstracto de sus tubos, como de órgano; ahora es el más visitado de Finlandia (uno de los enigmas locales consiste en descifrar si los tubos son exactamente 600 o 604) aunque, dicho sea de paso, Sibelius jamás compuso música para órgano. Lo último en relación con Sibelius es el Helsinki Music Centre, un soberbio edificio de cristal inaugurado hace cuatro años frente al KIASMA (museo de arte moderno), muy cerca del emblemático edificio Finlandia, de Alvar Aalto, y de la Ópera. En el Music Centre, sede de la Academia Sibelius, tiene lugar cada día la Sibelius Finland Experience, un concierto espectáculo que se remata muy al gusto de Sibelius: con una copa de espumoso.

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