20 fotos20 sorpresas en Sri LankaRuinas misteriosas, playas interminables y su famoso té aguardan en la antigua CeilánLonely Planet21 may 2015 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceDesde el espacio, Sri Lanka aparece rodeada por una definida línea blanca: son sus playas. De cerca se comprueba que la mayoría son idílicas. Eso sí, hay variedad: largas y con partículas doradas, delicadas y de suave arena blanca, ventosas y con bravo oleaje, o kilométricas y, prácticamente, vírgenes. Mientras algunas respiran un ambiente muy pausado otras se entregan a la fiesta. Entre las mejores figuran la playa de Thalpe (en la foto), plácida, tranquila y con algunas pensiones cómodas; Marakolliya, maravillosa, aunque el baño no es siempre seguro; el largo arenal de Rekawa, donde tortugas y bañistas buscan soledad; la bahía de Arugam, un clásico para surfistas; las casi vírgenes playas de Uppuvli y Nilaveli y, para los más aventureros y soñadores, la aislada Batticaloa.Ian CummingNo es fácil conseguir un asiento en el popular (y lentísimo) tren a Ella, pero merece la pena incluso si tenemos que ir de pie para contemplar, por las ventanas, las verdes plantaciones de té salpicadas por los brillantes saris de las recolectoras tamiles. En cada parada, los vendedores pregonan sus mercancías, especialmente buñuelos de maíz y guindilla. Ella es el pueblo más popular de las tierras altas cingalesas, perfecto para descansar unos días en alguna de sus pensiones, hacer excursionismo y visitar las plantaciones de té. Las vistas de la llamada Brecha de Ella son impresionantes y en noches despejadas hasta se puede intuir el tenue brillo del faro de Great Basses, en la costa sur del país.John HarperLa enorme y verde sabana que abraza la presa de Uda Walawe es lo más parecido a África Oriental en Sri Lanka. Hay manadas de búfalos, sámbares, cocodrilos, infinidad de aves y no pocos elefantes. No tiene mucho que envidiar a muchos de los más famosos parques africanos, sobre todo en cuanto a proboscidios se refiere, y se ha convertido en visita imprescindible en cualquier recorrido por la isla, con alojamientos preparados para el turista internacional.corbisEmociona atravesar este centro cultural y religioso cingalés, en cuyas piedras está escrita la historia de la isla. Anuradhapura es una de las imágenes más evocadoras del sur de Asia. En el centro destaca uno de los árboles mas viejos del mundo, el Sri Maha Bodhi, de más de 2.000 años. Los monasterios semiderruidos y enormes dagobas dan fe del papel de la ciudad como sede del gobierno de Sri Lanka durante un milenio. Atravesarlos emociona. Actualmente algunas de sus estructuras (templos, torres, piscinas...) conservan su función como lugares sagrados en los que todavía se celebran ceremonias.AnaGEsta roca que se eleva sobre las llanuras del centro del país es probablemente la imagen más espectacular de Sri Lanka. Sus paredes casi verticales se elevan hasta una cumbre llana que conserva las ruinas de una civilización antigua que en su día fue el epicentro del efímero reino de Kassapa. Desde aquí, las vistas de los bosques envueltos en la niebla a primera hora de la mañana son impresionantes. Aunque solo fuera por los jardines que se extienden a sus pies, también sería una maravilla. Los estanques y los arroyos artificiales vierten el agua en este plácido edén acuático y basta con levantar la mirada para quedarse boquiabierto ante semejante mole de 370 metros de altura que irrumpe en el paisaje. Se suda la gota gorda para subir a la cima, pero merece la pena.Matthew WilliamsEl largo rompiente a la derecha del extremo sur de la bahia de Arugam está considerado el mejor de Sri Lanka y uno de los mejores del mundo. De abril a septiembre siempre hay surfistas cogiendo olas, aunque hasta noviembre hay días buenos. Eso sí, el ambiente surfero se mantiene todo el año: hay chiringuitos que alquilan y reparan tablas e infinidad de sitios económicos, con camas en la playa para quien quiera quedarse. Y si se necesita soledad, hay buenas olas en los cercanos Lighthouse Point, Whiskey Point y Okanda. El pueblo es pequeño, con solo unos cientos de habitantes que habitan una única calle, pero hay pensiones y restaurantes junto a la playa, todo con un plácido ambiente que no tiene nada que ver con la actividad de los resorts de la costa oeste.Christian KoberDurante más de 1.000 años, los peregrinos han subido fatigosamente el Pico de Adán para estar sobre la huella de Buda, respirar el aire allí donde Adán pisó la tierra por primera vez y ver el lugar donde las mariposas van a morir. Hoy, los turistas se suman a los peregrinos locales que suben de noche para contemplar la salida del sol (en la imagen). La sensación de magia sigue siendo tan excepcional como seguramente lo fue para el mismísimo Adán.Asanka Brendon RatnayakeEn realidad, no hace tanto tiempo que las tierras altas de Sri Lanka eran montañas cubiertas de selva, pero entonces llegaron los británicos con ganas de una buena taza de té. Deforestaron la selva y convirtieron las montañas en una gigantesca finca de té. Ahora, Sri Lanka es famoso en el mundo entero por ello y visitar una plantación de té es una experiencia inolvidable. El tren desde Ellla a Haputale nos permitirá ver docenas de plantaciones color verde esmeralda en unas pocas horas. Las factorías organizan circuitos para explicar el sistema de procesado, que prácticamente no han cambiado desde el siglo XIX. Vale la pena visitar el Museo del Té de Ceilán, cerca de Kandy, o algunas fábricas como las de Hundungoda Tea Estate, cerca de Kogala, o Pedro Tea Estate, cerca de Nuwara Eliya, fundada en 1885.Kimberley CooleGalle, el gran destino del sur por excelencia, es un lugar exótico que huele a especias, pero también un maravilloso conjunto de edificios coloniales holandeses. El hombre y la naturaleza han unido esfuerzos para producir en este rincón de la isla una obra de arte de la arquitectura: la fortaleza de Galle (en la imagen, la antigua puerta, de 1669). Los holandeses trazaron calles y edificios, los cingaleses le añadieron color y estilo, y la naturaleza hizo el resto: envolverla de vegetación tropical, humedad y aire salino. El resultado es un encantador casco antiguo con galerías de arte, tiendas singulares, cafés-boutique y pensiones, y algunos hoteles espléndidos. En la fortaleza hay 400 casas históricas, iglesias, mezquitas, templos y antiguos edificios comerciales. Para los turistas es el reclamo urbano número uno del país.Peter StuckingsComo casi todos los turistas suelen ir al cercano parque nacional de Yala, el de Bundala suele pasar desapercibido. Pero es un gran error pasarlo por alto: se trata de un fantástico laberinto de canales, lagunas y dunas que brillan al atardecer, con una belleza con la que otros parques solo pueden soñar. Es también uno de los mejores ecosistemas de avifauna del país: casi 200 especies de aves en 62 kilómetros cuadrados, muchas procedentes de Siberia y el Rann de Kutch, en la India, que migran para pasar el invierno aquí.Sanka VidanagamaQuien empiece a sentir la carga de los siglos en Sri Lanka, agradecerá una sauna ayurvédica; una tradición de más de 2.500 años. El ayurveda es una práctica ancestral y sus devotos aseguran enormes beneficios. Se basa en obtener el equilibrio dentro y fuera del cuerpo aplicando plantas medicinales, especias o aceites. Hay personas que ingresan varias semanas en centros donde se someten a diferentes regímenes, pero a otras les basta con una tarde de mimos en un spa de lujo. Los tratamientos ayurvédicos se han convertido en uno de los grandes atractivos en Sri Lanka, con resorts especializados como el Barberyn Reef Ayurveda (www.barberynresorts.com) o el Heritagce Ayurveda Maha Gedara (www.heritancehotels.com).heritancehotels.comHace 800 años, los reyes gobernaban las llanuras centrales de Sri Lanka desde Polonnaruwa, que entonces era un animado núcleo comercial y religioso. Desde aquí, los mercaderes regateaban para conseguir materias exóticas y los devotos rezaban en alguno de sus numerosos templos. Las glorias de esa época son ahora un tesoro arqueológico: monumentos y construcciones de intrincada labra distribuidos alrededor de un enorme cuadrilátero de césped, como grandes piezas de ajedrez. Hay placas con mucha información, pero tampoco pasa nada por no fijarse en los carteles ante edificios tan extraordinarios. Lo mejor es el amanecer o el atardecer, cuando los rayos del sol colorean las ruinas.Peter StuckingsLas extraordinarias playas de la costa este ya no son una zona vedada por la guerra ni inaccesible por culpa de carreteras primitivas; están listas para apartar a los viajeros de las playas más famosas del oeste y el sur. Son realmente bellísimas, pero incluso puede que nos encontremos solos. Algunas zonas a tener en cuenta son Navalady, Kalkudah (en la foto), las islas próximas al faro de Batticaloa y las playas entre Uppuveli y Nilaveli. Esta zona se vio especialmente afectada por el tsunami de 2004, pero se ha ido recuperando.Tuul / Bruno MorandiLos mercados de Sri Lanka, especialmente los de Colombo y Kandy, son caóticos pero entretenidos. La rica diversidad de comidas y sabores se capta al instante. Un cocinero cingalés se puede pasar varias horas al sol tostando y moliendo especias. El plato nacional, arroz y curri cingalés, es una compleja y elaborada batería de platillos de verduras (también de carne y pescado) preparados con mucho cuidado, que se acompaña de arroz. Son exquisitos y, muchas veces, demasiado fuertes para nuestros paladares.Jose Fuste RagaLas agrestes llanuras de Horton están en lo más alto de una zona que resulta una sorpresa en esta tierra de verdes y azules tropicales. Es uno de los pocos parques nacionales de Sri Lanka donde los visitantes pueden pasear por cuenta propia y sin guía (hay sendas señalizadas). Aunque el reclamo principal sea el Fin del Mundo, también es una maravilla cruzar a pie los prados de hierba. Eso sí, para salir de excursión al alba por esos desolados páramos hay que abrigarse un poco,suele haber escarcha. Y cuando se sale de la neblina aparece, de repente, el Fin del Mundo, y vistas de la mitad de Sri Lanka.ullstein bildKandy es la capital cultural de la isla y el hogar del templo del Diente de Buda, que como se puede suponer, conserva dicha reliquia en su interior. Para los cingaleses es el lugar más sagrado de la isla y para los turistas un destino bastante agradable, gracias a su casco antiguo, el lago central, varios museos y preciosos jardines botánicos en las afueras. Quien busque la bendición de los dioses puede visitar templos tan antiguos como interesantes. La ciudad es conocida por la famosa Kandy Esala Perahera: más de 10 días de celebraciones que desembocan, con luna llena, en la playa de Nikini, a finales del mes de Esala (julio/agosto).Matthew Williams-EllisEste antiguo bastión de la tradición, el arte y la cultura tamil está resurgiendo lentamente, aunque todavía atrae a muy pocos turistas. En Jaffna todo parece distinto, sobre todo el idioma: el tamil se habla muy rápido, completamente distinto al cingalés, más cantado. En la cocina pasa lo mismo; se emplean especias únicas y se acompañan con mango. Y la luz también tiene una calidad particular y característica, que se aprecia en los verdes intensos de los jardines. Conviene no perderse las islas remotas y su encanto de fin del mundo. En la imagen, detalle del templo hinduista de Naga Pooshani Amman.Theekshana KumaraEn el siglo XIX a Colombo se la conocía como a ciudad-jardín de Oriente. El sobrenombre le viene ahora un poco grande, pero la capital vuelve a ser una parada imprescindible para los viajeros. Aunque los británicos se vieron obligados a marcharse tras la independencia de 1948, su legado pervive en buena parte de sus amplias calles arboladas, con construcciones imperiales en todo su esplendor como el edificio del Museo Nacional. Una experiencia interesante es contemplar un atardecer, entre familias y parejitas, desde el césped de Galle Face Green (en la foto) o deambular por los barrios antiguos de Slave Island y Union Place antes de que los urbanicen con nuevos edificios.Philip BrownEn su día, la gente visitaba las playas del sur de Sri Lanka para tumbarse bajo las palmeras y salir en barco para sumergirse y ver pececitos de cerca. Entonces alguien se dio cuenta de que en las profundidades habitaban especies más grandes, como la mayor criatura del planeta: la ballena azul (eso sin mencionar el cachalote, un pelín más pequeño). Ahora, cada temporada, los barcos salen diariamente desde Mirissa en busca de los cetáceos (www.rajaandthewhales.com). Aunque se pueden avistar todo el año, los mejores meses son de diciembre a abrilJohn HarperParte de la magia de Colombo consiste en desmadrarse con las compras y disfrutar de la experiencia. Aunque el mundo parece globalizado, aquí se comprueba que todavía quedan sitios diferentes. En los mercados de Pettah reinan la variedad y el caos. Y si se busca algo más sofisticado, la ciudad cuenta con una creciente oferta de 'boutiques', tiendas y centros comerciales. La ciudad tiene una próspera industria textil que produce telas tejidas a mano y a máquina, y no hay que olvidar el magnífico té como regalo perfecto. Más información en la nueva guía en español de Sri Lanka de Lonely Planet y en www.lonelyplanet.es.Asanka Brendon Ratnayake