Arquitecto, interiorista, acuarelista, restaurador de arte, bodeguero, amante de la gastronomía… En Zamora y provincia, todos los caminos conducen a Paco Somoza. Ni una piedra se toca si no es con su consentimiento y sabiduría. Suya ha sido la rehabilitación serena y meticulosa del castillo de Zamora, durante años abandonado por la desidia de sus propios conciudadanos. Suyo también fue el rescate de una fábrica de luz del siglo XIX adosada a una iglesia del XII, donde hoy se levanta el hotel NH Palacio del Duero. Lo último, en el casco histórico de la ciudad, ha sido la reconstrucción de un edificio ecléctico para dar cuartel a siete únicas habitaciones, no por recluirse en el negocio hotelero, sino por darle salud y brillo a una plaza que es uno de los espacios urbanos más proporcionados y deliciosos de Zamora.
Puntuación: 7 | |
Arquitectura | 8 |
Decoración | 8 |
Estado de conservación | 9 |
Confortabilidad habitaciones | 6 |
Aseos | 6 |
Ambiente | 6 |
Desayuno | 8 |
Atención | 8 |
Tranquilidad | 7 |
Instalaciones | 3 |
En realidad, el hotel no es casi nada pero lo es todo en su plaza. A ver qué otro lugar en la ciudad reúne semejante colección pictórica y mobiliaria, sin otros espacios para ser exhibida que las escaleras y los rellanos, pues no hay metros siquiera para instalar un salón social. Hay un pequeño vestíbulo de espera con mostrador de recepción y una mínima sala de catas con bodega en los sótanos. Pero la promesa artística merece renunciar al ascensor y subir las escaleras, peldaño a peldaño, disfrutando de los cuadros de Mariscal, El Hortelano, Rafael Alberti, Jacobo Pérez Enciso y otros amigos personales de Somoza.
De las habitaciones puede decirse otro tanto. Son escuetas y medidas al centímetro para no escatimar comodidades. Pero lo emocional salta enseguida a la vista: piezas de Eero Saarinen, Arne Jacobsen y Verner Panton para sentarse, mesitas de Carlo Mollino para tomar notas de lo retratado, camas de última generación para soportar mejor los sueños. Y cuadros, más cuadros de la colección personal del propietario.
Uno de los dormitorios por planta se abre a la plaza, donde da gusto reconocer los inmuebles característicos de una época, los albores del siglo XX, que empezaba a respirar modernismo. A un lado se encuentra el antiguo hotel Franco-Español, diseñado por García Sánchez Blanco. Al otro, fuera de la plaza, el Círculo de Zamora, obra de Mathet y Coloma concluida cinco años antes que el Casino de Madrid. El hotelito carece de servicio de desayunos. Se toma incluido en el precio en la taberna colindante Alsiguiente.
San Gil Plaza
- Categoría oficial: 3 estrellas.
- Dirección: plaza del Maestro Haedo, 5. Zamora.
- Teléfonos: 980 04 84 70 y 675 44 92 78.
- Internet: www.sangilplaza.es.
- Instalaciones: vestíbulo, sala de catas con bodega.
- Habitaciones: 6 dobles, 1 suite en el ático.
- Servicios: una habitación adaptada para discapacitados; animales domésticos prohibidos.
- Precios: desde 80 euros la habitación doble.
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