Diseño a 15 euros la noche

Mientras en algunos países extranjeros es ya tradicional la cultura hostel, en España va afianzándose. Eso sí, cuando piensen en los hostels de nuevo cuño no lo asocien con la austeridad espartana (o la cutrez) del albergue de toda la vida. Los hostels han iniciado hace ya tiempo un viraje hacia lo cool, como se ve en los madrileños room007, que acaban de sumar una nueva apertura en Chueca (Hortaleza, 74) a su hostel en el barrio de Las Letras (Ventura de la Vega, 5). La cama más barata, en dormitorio de ocho, sale por 15 euros por persona; a precios mayores encontramos habitaciones compartidas más recoletas (desde 18,50) o privadas (la doble, 59).

“Creamos un hostel mirando a Europa, no queríamos el típico barracón de la mili”, explica Ignacio Requena, del Grupo Requena y Plaza, responsable de este proyecto. “Estamos en el término medio entre un hostel y un hotel”, afirma. En estos locales, con wifi y cargados de diseño, existen zonas comunes para socializar porque, al final, viajar no solo consiste en conocer lugares, sino también en compartir con otras personas. “Nos visitan muchos mochileros de toda la vida, pero también familias y gente de otras edades”, dice Requena. Una clientela que quiere ahorrar en alojamiento, “pero que luego llevan gadgets a la última”, añade.

El edificio, de viviendas en el pasado y que llevaba cerrado una temporada, tiene protección arquitectónica (fachada, patio y escaleras). “Buscamos contenedores interesantes y céntricos para romper la asociación entre económico y cutre”, explican Juan Luis Requena y José Plaza, del estudio Requena & Plaza, responsables del proyecto de la reforma.

En los restaurantes Saporem, que los room007 tienen en sus bajos, también se cuida el diseño: exhiben una marcada estética hipster (con mobiliario entre vintage e industrial y recortes de prensa por las paredes). “Se trata de crear espacios atractivos también para la gente que vive en la ciudad”, dicen los arquitectos. El responsable de los fogones de Saporem es el chef César Galán (menú a 10,50 euros), quien tienta con platos como las cocottes de puerro, el tartar de atún y mango o el pulpo a la brasa. El surtido de tartas es excelente, pero el postre más curioso se llama Sin Sentido que lleva mascarpone, fresas y galletas Oreo rotas. Un sinsentidoque tiene una historia: fue creado una madrugada, cuando el chef venía de fiesta y estos ingredientes fueron los únicos que encontró en la nevera.

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