Donde comen los bandoleros
Ca Pinet, en Tárbena, una escapada sabrosa y surrealista a 30 kilómetros de Benidorm
Ca Pinet es un lugar peculiar. De su techo pueden colgar desde chorizos a tres muñequitos ahorcados del trío de las Azores (José María Aznar, Tony Blair y George W. Bush). El comensal puede que, antes de probar la comida, dude de si está en un restaurante o en un museo de la rebelión, del comunismo o de cualquier tipo de insumisión concebida. Y cuando Jeroni, al que todos llaman Pinet, traiga la paella a la mesa con la Internacional sonando a todo trapo, ya no podrá salir de su asombro.
El restaurante Ca Pinet abrió sus puertas en 1974 en el pueblo de Tárbena (de aproximadamente 800 habitantes); una hilera de casas blancas, que parecen a punto de despeñarse sobre unos bancales en la comarca de la Marina Baixa. Llegar aquí desde Benidorm es como una buena etapa de la Vuelta: caminos sinuosos de asfalto quebrado, que serpentean hasta este pueblo alicantino en el que sus habitantes todavía hablan la lengua con matices mallorquines.
Entre embutidos de montaña y alcoholes herbáceos, Jeroni Pinet Moncho, ya jubilado, recibe, socarrón y divertido, a todo aquel con ganas de charla amigable y de escuchar historias. Aunque no esconde su preferencia por los librepensadores. En Ca Pinet hay que estar preparado para la conversación irreverente y el intercambio de puntos de vista políticos, siempre rodeados de los objetos de una curiosa colección de parafernalia de izquierdas.
Jeroni abandonó a principios de los años setenta su Benidorm natal en busca de tranquilidad, cansado en parte por cómo le trataban las autoridades de la época, y subió a este pueblo donde su tío-abuelo, el mítico bandolero del siglo XIX Josep Martorell i Llorca -el auténtico Pinet-, solía transitar en sus escaramuzas contra el poder establecido. Desde entonces, el nombre de Pinet está marcado: el tío abuelo bandolero murió en un penal de Ceuta; el padre de Jeroni pasó 14 años en prisión por transportar durante la dictadura a condenados a muerte de Argelia. Y el propio Jeroni vivó el presidio durante ocho meses, aún sin saber muy bien los motivos, según cuenta.
Guía
Información
- Cómo llegar: Desde Benidorm se tardan 40 minutos en coche a través de la carretera CV-715. En la ruta se encuentran los pueblos de La Nucía y Callosa d'en Sarrià.
- Ca Pinet (965 88 42 29). Carrer de San Miquel, 1.
- Casa Petito, junto a la piscina del pueblo, ofrece buenos embutidos, sobrasadas y 'herbero'.
Las historias de Pinet acompañan los buenos arroces y el vino de montaña. Incluso puede sentarse en la mesa y acompañar al comensal mientras degusta butifarras del pueblo o la maravillosa sobrasada con miel y romero que prepara su mujer, Anita. Antes de que llegue el gazpacho, la fideuá o el arroz, Pinet invita a darse una vuelta por su salón-museo, donde cuelgan desde fotos del socialdemócrata alemán Willy Brandt hasta un texto de un falangista elogiando la hospitalidad del anfitrión. No es raro. Este es un lugar donde pensionistas y jubilados laboristas llegaron a celebrar el 1 de mayo junto a exbrigadistas internacionales.
Tras la comida se impone un paseo por Tàrbena, un pueblo fácil de recorrer al ser peatonal y bastante recogido. Desde su cementerio, donde los apellidos de las lápidas delatan la procedencia balear de sus moradores, también puede verse Benidorm y la sierra de Bernia. La plaza Mayor puede ser un buen punto de reposo. Así como cualquier rincón en el que brote agua fresca de la montaña con la que refrescarse. Todo invita a la tertulia mientras cae la tarde a la espera del frescor montañero en pleno veraneo mediterráneo.
Y además...
En Pasada Callosa d’en Sarrià, en Bolulla, están las fuentes del río Algar, donde además de disfrutar del paisaje se pueden encontrar algunas pozas o cascadas donde bañarse.
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