La taberna de Albert Adrià
Una vermutería de aspecto 'vintage' para compartir tapas y raciones en Barcelona. Patatas chips con salsa de vermú, rollitos de algas crujientes, conservas...
Aunque aparenta llevar muchos años funcionando, Bodega 1900 es un local nuevo de estética retro cuidadosamente estudiada. Veladores de mármol, sillas de madera, espejos de estilo antiguo, ristras de tomates, embutidos, latas de conserva y quesos añejos contribuyen a prestar carácter de antigua bodega a un local perfectamente rehabilitado. Un rincón próximo al Paralelo barcelonés que comenzó su andadura a principios de septiembre.
Así es el nuevo juguete de Albert Adrià, una vermutería sin barra, como él mismo la define, concebida para compartir tapas y raciones. Un lugar donde el propio Albert Adrià, con la ayuda de un gran equipo que dirige Pedro Asensio, cocina a placer, trincha embutidos, prepara raciones y monta platos que él mismo lleva después a las mesas en funciones de camarero.
Sus especialidades no son otras que las típicas de una taberna con un punto canalla, pero revestidas del inevitable refinamiento que acompaña a este grandísimo cocinero. Para empezar es inevitable tomar el vermú de la casa. Magnífico. Y entre las tapas, un surtido escogido que en cierto modo representan un viaje en el tiempo por este tipo de establecimientos. Especialidades en las que la calidad de las materias primas configura el primer argumento.
Son magníficas las patatas chips con salsa de vermú; refinadísimos los rollitos de algas crujientes; suculentas las cortezas gigantes y correctas las gambas blancas hervidas. No faltan conservas de gran talla como sus berberechos, así como las anchoas San Filippo. También están a la altura todos sus confitados y escabeches, algunos de lata y otros de elaboración casera. Es deliciosa su versión de las gildas, y resultan muy conseguidos los salazones mediterráneos de pescados como la mojama casera con almendras tostadas. En la misma línea se encuentra la ventresca de atún confitada con salsa catalana. Es imprescindible probar el bocata de calamares a la salsa kimchi coreana, una verdadera delicia. Un golpe de fusión entre Oriente y Occidente.
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