El Austin más creativo

Construida en 1959, la autopista interestatal 35 cruza Texas desde Laredo en la frontera con México, en dirección norte hacia el Río Rojo situado en Gainesville. En uno de sus puntos, la autopista I-35 corta el corazón de Austin formando una linde entre el centro de la ciudad y los distritos situados al este. Hace pocos años, casi nadie encontraba razones para cruzar esa frontera salvo que estuviese buscando piezas baratas para el coche, casas de empeño o algo auténticamente hispano que llevarse a la boca.

Hoy, todo es otra historia en East Austin. Sus calles residenciales, con hileras de casas de tejados a dos aguas y cuidados jardines delanteros, han presenciado la llegada de una nueva generación, de un grupo de jóvenes emprendedores rebosantes de energía. Son los que están al frente de las tiendas artesanales de diseño que han tomado las esquinas donde en su día se hallaban fumaderos de crack, justo enfrente de los antiguos aparcamientos vacíos, hoy llenos de camiones de comida que venden sándwiches veganos. Aquí es donde los ciclistas que van a piñón fijo se paran a beberse un té kombucha casero y estiran las piernas, cansados de rondar de arriba abajo las calles que en su día fueron enclaves de prostitución.

“Hace diez años, mis amigos no entendían por qué me mudaba a esta parte de la ciudad”, dice Stephanie Moore, una interiorista que montó su taller de tapicería Cush Cush en su casa de San Marcos Street. “Ahora se pasan casi todo el tiempo aquí porque se puede ir a pie desde la calle East 6”.

El centro neurálgico del vecindario, la calle East 6, es el hogar de algunos de los mejores restaurantes y bares de la ciudad, como el restaurante del famoso chef de la zona Paul Qui, que lleva su propio nombre, y Papi Tino’s, un diner mexicano instalado en una casa de madera del siglo XX restaurada. Alan González, su propietario, no vive muy lejos de él, en una casa construida empleando materiales reciclados y mobiliario recuperado que comparte con Taco, un perro labrador negro. “A esta zona era mejor no venir, pero el pequeño comercio local ha ido gentrificando esta parte y ahora todo el mundo se quiere mudar aquí”, dice dándole un sorbo a su cerveza en el porche, rodeado de una frondosa vegetación que mantiene a raya el sofocante calor texano. “Pero no es que estemos echando a los de aquí. En realidad estamos trabajando con ellos”.

Mercado de granjeros

González nos habla de Eden East, un restaurante al aire libre construido en el espacio de Springdale Farm, una granja de producción ecológica de dos hectáreas cuyos propietarios son Paula y Glenn Foore (que viven en ella). En la granja cultivan 75 variedades de vegetales y organizan un mercado de granjeros los miércoles y sábados por la mañana. “Se trata de integrarnos con la comunidad”, dice el socio de González, Andrew Ashmore. “Lo primero que hice cuando me mudé a esta zona fue presentarme a todos los que vivían en mi manzana”, añade al presentarnos a Ramón, uno de los agricultores. “Aquí no nos escondemos en nuestras casas o jardines traseros: interactuamos con nuestros vecinos en el césped delantero”, prosigue, mientras un hombre que vende polos de frutas desde su bici le saluda al pasar, en una escena que parece casi representada.

Esta actitud amistosa entre los vecinos de toda la vida (en su mayoría familias hispanas y afroamericanas que llevan años viviendo en el vecindario) y los jóvenes recién llegados no resulta sorprendente en Austin. Distinta de otras ciudades más conservadoras de Texas como Houston o Dallas, en Austin las cosas siempre se han hecho de otro modo. El eslogan no oficial de la ciudad es: “Que Austin siga siendo rara”, un alegato que la ha visto convertirse en una capital musical y cultural donde tienen lugar eventos como el festival SXSW de música y el Bat Fest, una feria de arte y comida que se celebra en el puente de la Avenida Congress, por la que cada noche sobrevuelan miles de murciélagos.

“Tenéis que ir a ver los murciélagos”, dice Margaret Vera entusiasmada, con su acento sureño, desde el jardín interior de su casa en Garden Street. “Es muy divertido, ¡a nuestro hijo Hugo, de cinco años, le encantan!”, añade su marido Mark. Su moderna residencia se construyó empleando hormigón aireado en autoclave, un material que mantiene fresca la casa y el aire acondicionado bajo, o incluso apagado. “Si queremos enfriar la casa más aún, solo tenemos que abrir las ventanas”, dice Mark. “Pedimos que nos las hicieran en México y tardaron un tiempo en llegarnos, pero la espera mereció la pena”.

Materiales sostenibles

En East Austin, propietarios y arquitectos concentran sus esfuerzos en conseguir materiales sostenibles y mantener la huella de carbono al mínimo. Tal es el caso de la residencia de John Hart Asher. Diseñador ambiental de la Universidad de Texas, Asher decidió convocar al estudio de arquitectos Thoughtbarn para que le diseñaran una vivienda ecológica; su casa es parte del programa Austin Energy Green Building, un proyecto de edificios sostenibles que comenzó en 1990. Incluso cuenta con una microgranja en su jardín trasero. En ella, Hart Asher tiene a sus pollos salvajes deambulando por especies nativas de pasto que planta con su mujer, Bonnie Evridge. Embarazada de su primer hijo, Bonnie aparece momentáneamente en la cocina minimalista para echarle un vistazo a las costillas a la barbacoa que lleva cocinando durante horas. Cuando abre el horno, un aroma de madera ahumada y carne a la brasa inunda el aire y se mezcla con el de los olmos en flor y los nogales que rodean la casa, olor que a muchos austinitas les resulta familiar.

» Traducción de Mercedes Cebrián.

Las direcciones

Dormir

» Hotel Heywood. 1609 East Cesar Chavez. Austin. El alojamiento más nuevo de Austin es perfecto para los que quieran explorar sus lugares favoritos de East Austin a pie. La habitación doble, desde 178 euros.

Tiendas

» Rosewood Collective. 1223 Rosewood Avenue. Austin. Tres jóvenes emprendedores se juntaron en este punto para abrir una boutique especializada en moda, decoración y papel; Olive, Sound & True and Paper Party.

» Helm. 900 East 6th Street. Austin. Botas de piel hechas a mano y otros complementos procedentes de los estados sureños.

» Windmill Bikes. 2209 Manor Road. Austin. Casi toda la gente de la zona se mueve por East Austin en bicicletas de piñón fijo o vintage. Aquí puedes hacerte con la tuya a medida.

» Farewell Books. 913 E Cesar Chavez. Austin. ¿Creías que la letra impresa estaba a punto de decir adiós? Las ediciones raras y los fanzines de aspecto artístico de esta agradable librería te harán cambiar de opinión.

Comer

» Eat & Drink Qui. 1600 East 6th Street. Austin. El restaurante que acaba de abrir el gran chef premiado Paul Qui. La mantequilla de salmón de verdad merece que hagamos cola.

» Papi Tino's. 1306 East 6th Street. Si quieres cocina mexicana auténtica no busques más. Alan González, su propietario, se pasó un año viajando por su país natal para aprender cómo hacer los mejores tacos.

» East Eden. 755 Springdale Road. Austin. Restaurante y granja de frutas y verduras ecológicas.

» Flat Track Coffee. 913 E Cesar Chavez Street. Austin. Tras tostar café y distribuirlo por la ciudad durante varios años, estos chicos decidieron abrir su propio café en el mismo lugar que Farewell Books y la tienda de moda Las Cruxes.

Información

» Turismo de Austin.

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